El Gobierno de Hollande reprocha a Le Pen y Fillon que utilicen la conmoción causada por el atentado en París como arma electoral y los acusa de elegir el «ultraje y la división»
22 abr 2017 . Actualizado a las 09:45 h.El atentado terrorista en los Campos Elíseos terminó de crispar ayer el final de una campaña en Francia que ya estaba bajo máxima tensión. Tanto Marine Le Pen como François Fillon no han dudado en utilizar la conmoción causada por el tiroteo de la noche del jueves como arma electoral. El Gobierno reprochó a ambos el «explotar sin vergüenza el miedo y la inquietud con fines exclusivamente políticos».
El atentado se produjo durante el último acto electoral televisivo, que reunió a los once candidatos para entrevistas individuales. Mientras que Emmanuel Macron, Jean-Luc Mélenchon y Benoît Hamon dedicaron únicamente mensajes de solidaridad y apoyo a la familia del agente fallecido, Fillon aprovechó que la suya era la última entrevista de la noche para preparar su intervención y centrarla en el ataque.
«Hay que luchar contra el fundamentalismo dentro del islam», martilleó el conservador, antes de promocionar las medidas de seguridad de su programa. «Aquellos que se vayan a hacer la yihad a Siria no volverán, utilizaré un artículo olvidado que permite anular la nacionalidad», declaró. El candidato de Los Republicanos se empeñó además en afirmar que esa noche se produjeron «otros episodios violentos en París» aparte del tiroteo, pese a que tanto la Prefectura de Policía como el Ministerio de Interior le desmintieron.
La líder del Frente Nacional (FN) tampoco dejó escapar la oportunidad de capitalizar el atentado a su favor. Si bien su turno de entrevista ya había pasado cuando se produjo el ataque, Le Pen hizo ayer una declaración pública en la que cargó sin tregua contra la política antiterrorista del Gobierno de François Hollande. «El islamismo es una ideología totalitaria monstruosa que ha declarado la guerra a nuestra nación, a la razón y a la civilización», clamó, antes de proponer de nuevo el cierre de las fronteras Schengen, la expulsión inmediata de todos los extranjeros fichados por radicalización islamista, la prohibición de organizaciones salafistas y cierre de las mezquitas integristas así como regulaciones restrictivas en materia de inmigración, asilo y acceso a la nacionalidad francesa. «Esta guerra no podemos perderla. Pero desde hace diez años, bajo los Gobiernos tanto de derecha como de izquierda, se ha hecho todo para que la perdamos», planteó.
El primer ministro, Bernard Cazeneuve, salió en persona a la palestra para lamentar que Fillon y Le Pen eligiesen «el ultraje y la división». El mandatario socialista denunció el «desconocimiento» de la aspirante ultra en seguridad. A Fillon le recordó que mientras fue primer ministro de Nicolas Sarkozy suprimió «13.000 puestos en las fuerzas de seguridad nacionales», por lo que su promesa de crear 10.000 puestos nuevos no es creíble. Finalizó su alocución haciendo un llamamiento a la unión de los franceses ante «los agitadores de odio del Frente Nacional».
Un solo mitin
Le Pen, Fillon y el centrista Emmanuel Macron, la terna favorita en las encuestas, anularon los mítines previstos a lo largo del día para sustituirlos por declaraciones desde sus cuarteles generales electorales. El neocomunista Jean-Luc Mélenchon mantuvo el programa previsto, que incluyó un acto en París en el que participó el secretario general de Podemos, Pablo Iglesias, que aseguró que Europa «necesita» un presidente como el líder de la Francia Insumisa para hacer «frente a Merkel». El socialista Benoît Hamon modificó en parte su agenda con el argumento de que sería un grave error «poner entre paréntesis el debate democrático».
Emmanuel Macron, que ayer seguí liderando los sondeos, recibió ayer el apoyo de Dominique de Villepin. El ex primer ministro de Jacques Chirac confirmó que votará por el centrista, siguiendo los pasos de otros seis exministros del Gobierno de ese presidente conservador.
La peregrinación a los colegios electorales se hará mañana bajo la más alta seguridad. Más de 50.000 policías y gendarmes serán movilizados para proteger los 67.000 puntos de voto, considerados «blancos extremadamente simbólicos» por el sindicato de comisarios de la policía nacional.
Trump echa un cable a la líder del Frente Nacional
Aunque los expertos opinan que el atentado tendrá poco impacto en el resultado del domingo, Donald Trump decidió echarle un cable a Marine Le Pen. Después de ver el programa matinal, Fox and Friends, tuiteó: «La gente de Francia no va a aguantar esto mucho más. ¡Va a tener un gran impacto en las elecciones!».
Mensaje que sonó más a deseo que a predicción. Más tarde afirmó a la agencia Associated Press que pensaba que el ataque «ayudaría probablemente» a Le Pen porque «es la más firme sobre las fronteras y la más firme sobre los eventos recientes en Francia».