Su entrada se produce pese a que el líder supremo, Alí Jameneí, le aconsejó no concurrir a la cita para evitar «una polarización» de la sociedad
12 abr 2017 . Actualizado a las 17:29 h.El expresidente iraní conservador Mahmud Ahmadineyad dio este miércoles un vuelco al panorama electoral con su registro inesperado y desafiante como candidato a las presidenciales de Irán, en las que se espera busque la reelección el moderado Hasan Rohaní.
Su entrada en la carrera presidencial despierta incertidumbre ya que se produce pese a que el líder supremo, Alí Jameneí, le aconsejó no concurrir a la cita del 19 de mayo para evitar «una polarización» de la sociedad.
Sonriente y haciendo la señal de la vitoria, Ahmadineyad dijo a la prensa en la sede del Ministerio del Interior en Teherán que su participación tiene el objetivo de apoyar la candidatura de Hamid Baqaí, uno de sus hombres de confianza y dos veces vicepresidente.
«El líder supremo me recomendó que no participara en las elecciones como candidato. Yo cumplo con mi promesa moral y mi registro es solo para apoyar a mi querido hermano el señor Baqaí», subrayó.
En este sentido, el que fue presidente entre el 2005 y el 2013 y azote de Occidente insistió en que la recomendación de Jameneí «no significaba una prohibición».
Su candidatura puede ser una estrategia para forzar al Consejo de Guardianes a aceptar a Baqaí, de quien se baraja su descalificación debido a que en 2015 pasó siete meses en la cárcel.
Cualquier iraní puede ser aspirante a la Presidencia, pero el Consejo de Guardianes tiene la prerrogativa de seleccionar a los candidatos aptos, que normalmente no llegan a la decena.
El proceso de registro se prolongará hasta el 15 de abril y, tras un plazo para apelaciones, el Ministerio del Interior anunciará la lista definitiva de candidatos a finales de mes, cuando se conocerá el futuro del impredecible tándem formado por Ahadineyad y Baqaí.
Ahmadineyad defendió de nuevo la inocencia de Baqaí, asegurando que «estuvo siete meses y medio en la cárcel pero no pudieron probar ninguna de las acusaciones contra su persona».
«Es un hombre educado en la Revolución Islámica», de principios firmes y dispuesto a «servir al pueblo», destacó el expresidente, quien apostilló que él estará «al servicio de Baqaí».
En su opinión no hay motivos para que el Consejo de Guardianes rechace la candidatura de su exvicepresidente o la suya y con sus palabras dio a entender que se retiraría en favor de Baqaí, de ser los dos aceptados.
Preguntado por qué pasos adoptaría si Baqaí es descalificado y él no, se limitó a contestar: «No tengan prisa, todo se va a aclarar».
«Espero que las elecciones sean el inicio de unos cambios positivos en el liderazgo del país y en la vida del pueblo», concluyó Ahmadineyad, que se considera un independiente al margen de los principales bloques conservador y reformista.
El paso dado hoy es también una sorpresa porque hace justo una semana presentó públicamente a Baqaí como su candidato a la Presidencia y negó que fuera a concurrir a los comicios.
Esa misma postura expresó en una reciente entrevista con Efe, en la que sobre el aviso de Jameneí señaló: «Él es el líder. Me recomendó que no me presente y yo acepté».
Las reacciones no se hicieron esperar. El jefe de la Agencia Iraní de la Energía Atómica (AIEA), Alí Akbar Salehí, dijo hoy que todos deben «actuar de acuerdo a la opinión del líder», al igual que varios diputados, que incidieron en que ningún presidente ha desobedecido a Jameneí.
El parlamentario conservador Elias Naderan afirmó en Twitter que esta decisión es «el final de Ahmadineyad», mientras que el analista Hosein Kanani Moqadam calificó de «actitud suicida y desobediencia» su candidatura.
No obstante, los seguidores de Ahmadineyad le habían pedido que se presentara a las elecciones y habían convocado incluso una concentración para este viernes frente a su casa con este objetivo.
Su decisión tambalea la carrera electoral, en la que por el momento se perfilaban como favoritos Rohaní y el clérigo conservador Ebrahim Raisi, próximo al líder y custodio del mausoleo del imán Reza en la ciudad santa de Mashad.
Raisí anunció la semana pasada su candidatura, aunque todavía no se ha registrado, mientras que Rohaní ha rechazado confirmar su participación en las elecciones.
Pese a ello se espera su candidatura ya que a finales de febrero uno de sus vicepresidentes reveló que buscaría la reelección a un segundo mandato, que han conseguido hasta ahora todos los presidentes desde la instauración de la República Islámica.
El Frente Popular de las Fuerzas de la Revolución Islámica, que agrupa a los conservadores o principalistas, ha dado su respaldo a Raisí en un intento de unificar filas de cara a unas elecciones que cada vez se vislumbran más reñidas.