El otro muro de México

RAMY WURGAFT SANTIAGO DE CHILE / E. LA VOZ

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GUILLERMO ARIAS | afp

El país azteca deportó en el 2016 a 147.000 centroamericanos que prentendía cruzar hacia Estados Unidos de forma ilegal

24 feb 2017 . Actualizado a las 08:12 h.

En el ideario de Donald Trump México aparece como el origen de la marea de la inmigración ilegal que inunda a su país. Pero, revisando más a fondo los datos, resulta que el país azteca se alza como un muro ante los inmigrantes provenientes de Centroamérica que pretenden llegar a Estados Unidos.

En su informe sobre el 2016, Amnistía Internacional (AI) revela que, ese mismo año, las autoridades mexicanas deportaron a 147.000 personas. El 97 % de estas personas procedían de El Salvador, Guatemala y Honduras. El documento, dado a conocer esta semana en París, señala que unos 400.000 inmigrantes ilegales cruzan cada año la frontera sur de México. Y que en el 2016 a 2.162 de los indocumentados se les otorgó el estatus de refugiados. Cabe destacar que hasta octubre de 2016 el Estado mexicano recibió 6.898 peticiones de asilo, la mayoría de las cuales fueron denegadas. «México evita hasta donde puede que su territorio sirva a los extranjeros de vía de acceso para infiltrarse a Estados Unidos. El presidente Trump debería reconocer que los mexicanos no somos el problema sino parte de la solución», destacó Aurelio Monje, alto funcionario de la Oficina de Inmigración.

El presidente mexicano, Enrique Peña Nieto, presentó en julio del 2014 el programa integral de la frontera sur, con el objetivo de reforzar las operaciones de seguridad en la frontera de su país con Guatemala y Belice. Sin embargo, los agentes fueron incapaces de contener la ola de inmigrantes que avanzan con ayuda de los «coyotes», que conocen el territorio como la palma de su mano. Estos guías reciben hasta 5.000 dólares por cada individuo que recurre a sus servicios.

1.200 menores

De acuerdo con los datos de AI, el problema que plantea la inmigración ilegal no se limita a América del Norte. Esta organización de defensa de los derechos humanos advierte que la República Dominicana cerró el paso o deportó a más de 40.000 individuos provenientes de la vecina Haití, entre enero y septiembre de 2016. Otros 50.000 volvieron tras sus pasos luego de recibir amenazas e incluso malos tratos por parte de la policía o de civiles. Entre los expulsados figuran 1.200 menores de edad que intentaron trasponer la frontera sin compañía de adultos. Según las Organización Mundial para las Migraciones (OIM), citada por AI, unos 2.200 haitianos permanecen en campos provisionales a lo largo de la frontera, desde el terremoto del 2010.

Aparte de la miseria, la violencia es la que empuja a decenas de miles de personas a abandonar sus hogares. El Salvador y Honduras figuran entre los países más violentos del mundo. En el primero se registraron (en el 2016) 108 homicidios por cada 100.000 habitantes. En Honduras no se ha recabado información, pero según el testimonio de diferentes organizaciones, en los primeros diez meses del 2015 se cometieron unos 15.000 asesinatos. «En México se llevaron a cabo 30.000 homicidios en los primeros meses del 2016, un 30 % más que en el año anterior», afirma Genevieve Garrigos, la responsable para América de Amnistía Internacional. «En caso de que América continúe siendo una de las regiones más violentas y desiguales del mundo, no se resolverá el problema de la inmigración ilegal», resumió la activista.