El exalcalde de Marbella declaró que no tenía «ni idea» de administración pública ni de urbanismo y que se fiaba de los técnicos
13 feb 2017 . Actualizado a las 16:18 h.El exalcalde de Marbella (Málaga) Julián Muñoz ha asegurado este lunes al Tribunal que lo juzga en la Audiencia Provincial de Málaga que «el más listo fue Jesús Gil, que nunca firmó nada», y ha lamentado «el calvario sufrido».
Muñoz se enfrenta esta semana a un nuevo juicio tras conseguir la semana pasada cumplir lo que le queda de su condena en su casa, atendiendo a su estado de salud, y este lunes no ha querido hacer declaraciones a los periodistas al asegurar que no se encontraba bien.
Durante su comparecencia en la Sala ha explicado que él no tenía «ni idea» de administración pública ni de urbanismo y que firmaba cientos de convenios y decretos que le daban porque se fiaba de los técnicos, al tiempo que ha insistido en que Gil no firmó nunca nada.
En el banquillo de los acusados también están sentados el que fuera secretario del consistorio, Leopoldo Barrantes, y una hija de este último por la adjudicación presuntamente irregular de una vivienda a ésta.
Por este procedimiento, el exalcalde se enfrenta a una petición fiscal de tres años de prisión e inhabilitación especial para empleo o cargo público por ocho años por los delitos de prevaricación en concurso ideal con otro de fraude.
En el relato acusatorio, se señala que en enero de 1997 se celebró un convenio con una entidad constructora que se comprometía a trasmitir al Ayuntamiento la propiedad de tres viviendas y un local comercial en un edificio que aún estaban construyendo.
Cuando ya fueron bienes patrimoniales, el Ayuntamiento decidió la venta de las tres viviendas mediante subasta pública y se inició el expediente en el negociado de bienes, aunque en el citado expediente figuraba como tasación la cantidad existente en el convenio formalizado con la empresa.
En 1998, se constituyó la mesa de contratación, con Muñoz y el secretario, donde se adjudicaron dos viviendas y se declaró desierta la tercera, la cual en 2000, «sin iniciar procedimiento alguno y contraviniendo la normativa», se adjudicó a la hija de éste «a la que pretendía beneficiar omitiendo cualquier posibilidad de concurrencia», según mantiene el fiscal.
El exsecretario municipal, acusado por los mismos delitos que Muñoz y al que se le pide la misma pena, ha negado también los hechos y ha asegurado que se siguió el procedimiento y que nunca ayudó a que se le adjudicara la vivienda a su hija.
Por su parte, la hija, considerada inductora y que se enfrenta a dos años de prisión y seis de inhabilitación, ha explicado que se interesó por la vivienda al verla disponible en el Boletín Oficial de la Provincia y que nunca comentó nada a su familia.
Anticorrupción mantiene que dicha adjudicación «obedecía al acuerdo entre los acusados para obtener un beneficio en perjuicio del Ayuntamiento».
La adjudicación se formalizó por el mismo precio por que el que había salido a subasta dos años antes, 84.750 euros, «sin proceder, como es preceptivo, a una nueva valoración para ajustar el precio al valor real del mercado».
Hasta este momento, sobre Muñoz recaen siete condenas firmes por un total de 22 años de prisión, entre ellas una por un delito continuado de blanqueo de capitales en el mismo procedimiento en el que también fue condenada su expareja, la tonadillera Isabel Pantoja.