Rajoy ignora a los críticos de la secretaria general y a los que le reclamaban más cambios, confirma a toda la cúpula del partido y advierte de que él todavía puede dar «mucho más»
12 feb 2017 . Actualizado a las 11:50 h.Mariano Rajoy presume de ser un hombre previsible y de tomar sus decisiones sin que le afecte para nada la presión exterior. Y ayer dio buena muestra de ambas cosas. El líder del PP decidió reelegir como secretaria general a María Dolores de Cospedal, que compatibilizará así el cargo con los de ministra de Defensa y líder del partido en Castilla-La Mancha, aunque esa posibilidad había sido rechazada solo unas horas antes por casi la mitad de los compromisarios del congreso del PP que votaron una enmienda que se oponía a esa acumulación de cargos. Pocos pensaban que eso le haría cambiar de opinión. Y no defraudó. Rajoy mantiene así el esquema de tensión política entre la secretaria general y la vicepresidenta del Gobierno, Soraya Sáenz de Santamaría, que junto al presidente de la Xunta, Alberto Núñez Feijoo, conforman ahora el núcleo duro y más influyente en el PP.
Pese a renovar su confianza en Cospedal, Rajoy limita su poder al recuperar la función del coordinador general. Este cargo, que llevará el día a día de la gestión del partido, queda en manos de Fernando Martínez-Maillo, que ya lo estaba ejerciendo de hecho y que conserva además sus actuales competencias de vicesecretario de organización y electoral, con lo que se convierte en el verdadero contrapeso de la secretaria general.
«Lo han hecho bien»
La gestión que Maillo hizo de la enmienda de un compromisario de Castilla-La Mancha, en la que se evidenció el fuerte rechazo a Cospedal en un sector del partido, provocó tensiones entre ambos, que deberán superar. La número dos del PP, en todo caso, sale debilitada tras una votación que solo superó por 25 votos y que provocó incluso acusaciones de «pucherazo» entre los perdedores.
Rajoy dejó claro que no está dispuesto a que nadie le obligue a cambiar un equipo con el que ha ganado las dos últimas elecciones generales. De hecho, además de a Cospedal y Martínez-Maillo, mantiene en el cargo a los otros cuatro vicesecretarios generales: Javier Maroto, Pablo Casado, Andrea Levy y el incombustible Javier Arenas. «Son los que había. No los he cambiado porque lo han hecho bien. Y en esta vida solo se cambia lo que no funciona», dijo Rajoy para justificar su inveterada aversión al cambio.
La división evidenciada en torno a la figura de Cospedal ha enturbiado un congreso del PP que se preveía plácido y que se concibió como una plataforma para reforzar exclusivamente a un líder indiscutido, sobre el que ya nadie duda de su intención de volver a ser candidato a la presidencia. Así lo entendió el propio Rajoy, quien se presentó como una opción de futuro. «Quiero continuar trabajando por este país», afirmó nada más arrancar su intervención. «He dado todo lo que podía. Todavía puedo dar mucho más. Y estoy absolutamente convencido de ello», añadió luego entre aplausos.
Rajoy hizo una reivindicación de su forma de hacer política, presumiendo de la calma con la que abordó uno de los momentos más críticos del partido tras la ajustada victoria en las elecciones del 2015. «Las cosas primero se piensan y luego se deciden. O no, que también es una forma de decidir», dijo en el más puro estilo Rajoy, al tiempo que cargó contra Podemos, un partido que, dijo, «cabe en una plaza de toros».
El PPdeG amplía su poder
En lo que afecta a Galicia, el presidente de la Xunta, Alberto Núñez Feijoo, reclamó a Rajoy la inclusión del secretario general del PPdeG, Miguel Tellado, en el comité ejecutivo reducido y más cercano a la cúpula. El líder popular atendió esa petición. Además, renuevan los seis dirigentes gallegos que ya estaban en el comité ejecutivo. Como miembros natos están el propio Feijoo; el secretario general de Nuevas Generaciones, Javier Dorado; la presidenta del Congreso, Ana Pastor, y el portavoz en el Senado, José Manuel Barreiro. Se mantienen también la diputada Pilar Rojo, amiga de Rajoy, y el eurodiputado y cuñado del presidente, Francisco Millán Mon. Además, entran en la directiva los presidentes locales de Santiago, Agustín Hernández, y de Vigo, Elena Muñoz.
Martínez-Maillo, de apagafuegos a responsable del día a día de los populares
Fernando Martínez-Maillo (Zamora, 1969) es ya un peso pesado en el PP, el número tres del partido y el hombre que se hará cargo del día a día de los populares. Todo un ascenso tras una carrera política que comenzó en 1999, cuando fue elegido concejal de un pueblo de Zamora, y que en su mayor parte ha desarrollado en esa provincia, como presidente de diputación, del PP provincial y como alcalde -que sigue siendo- del pequeño municipio de Casaseca de las Chanas.
Hasta este nombramiento de coordinador del PP, Maillo ha intentado huir de las especulaciones, asegurando a los medios de comunicación que él estaba muy bien donde estaba, recordando que solo lleva «un año y medio en Madrid», apagando fuegos y trabajando con las organizaciones territoriales. Ayer, se mostró «muy contento» cuando se hizo pública su nueva responsabilidad. También «alegre» porque De Cospedal mantenga su cargo y lo compatibilice con el de ministra de Defensa, a pesar de la fuerte contestación interna que ha tenido esta decisión en el PP.
Las salidas
Maillo explicó que Rajoy le comunicó ayer su decisión de colocarle como coordinador, justo antes de votar la ponencia de estatutos de la que ha sido responsable. El presidente del PP mantiene así casi intacto el núcleo duro de la dirección del partido, aunque introdujo numerosos cambios en la lista de los miembros del comité ejecutivo nacional, un órgano del que salen varios cargos próximos a José María Aznar como la exalcaldesa Ana Botella y mujer del expresidente del Gobierno; el expresidente de Castilla y León Juan José Lucas y el exministro Alberto Ruiz Gallardón. Igualmente, desaparecen de la lista otros veteranos exdirigentes como el exministro Federico Trillo. Tampoco acompañarán a Rajoy en esta nueva etapa el exministro de Exteriores José Manuel García Margallo y el de Industria José Manuel Soria.