Torsten Wiesel: «La próxima década iremos al médico con una tarjeta con nuestros datos genéticos»

Raúl Romar García
raúl romar REDACCIÓN / LA VOZ

ACTUALIDAD

PACO RODRÍGUEZ

Explica que la prevención de enfermedades neurodegenerativas empieza en el embrión a través de la madre

03 feb 2017 . Actualizado a las 08:46 h.

Disciplina. Es una palabra que se cuela varias veces en la conversación, como si quisiera aferrarse a ella para resaltar que, junto a su talento, es lo que lo ha llevado no solo a convertirse en el premio nobel de medicina de 1981, sino también en uno de los grandes referentes mundiales en neurociencia y en una de las personas que han revolucionado nuestro conocimiento sobre el funcionamiento del cerebro. Torsten Wiesel (Upsala, Suecia, 1924) habla con convicción y una gran energía, mucha más, desde luego, de la que cabría atribuir a una persona de 92 años. La disciplina a la que se refiere es, quizás, la que aún le permite mantener su cuerpo y su mente en forma, como demostró ayer en la Domus de A Coruña, durante la presentación de las CorBI Torsten Wiesel Lectures, un ciclo de conferencias al que ha dado su nombre y que ayer tuvo como primer ponente a Charles Gilbert, director de laboratorio de neurobiología de The Rockfeller University. Los ponentes fueron presentados por Julio Casal, fundador y presidente de CorBI Foundation, y por el neurocientífico Luis Martínez, también cofundador de la entidad.

-¿El cerebro sigue siendo ese gran desconocido?

-Sí, pero el universo también lo es. La gente tiene que pensar que el cerebro es como un universo que está metido dentro del cráneo, en un lugar muy complicado. Y si el universo tiene cientos de miles de millones de estrellas, el cerebro también tiene miles de millones de neuronas.

-¿Quedan misterios por resolver?

-La energía oscura del universo sigue siendo aún hoy en día un gran misterio. Y el 90 % del universo es energía oscura. Pero sí, sí que necesitamos saber mucho más sobre nuestro cerebro, porque el conocimiento que tenemos de él es como el que tenían nuestros antepasados del universo en la época de Galileo.

-El cerebro, y ahora se está viendo cada vez más, también sigue teniendo una plasticidad mucho mayor de la que creíamos, por lo que nuestra capacidad de aprendizaje también puede ser mayor. ¿Cuál sería el límite?

-De adultos seguimos teniendo las mismas células nerviosas, las neuronas, en el cerebro que cuando teníamos cinco años, pero si fumas o bebes demasiado se van muriendo. Pero esto no tiene nada que ver con la plasticidad. La plasticidad es la capacidad de moldear el cerebro, de tal forma que si tú sabes español y quieres aprender inglés es muy fácil hacerlo si eres un niño, pero cuando vas cumpliendo años ya no es tan fácil aprender un idioma. La plasticidad del cerebro, la habilidad de aprender, sí va cambiando según los años van pasando, pero cada uno tiene sus limitaciones.

-Le he entendido que para curar enfermedades neurodegenerativas como el alzhéimer aún queda mucho, que lo que hay que hacer ahora es poner el foco en prevenirlas. ¿Cómo?

-Pues puedes aprender a prevenirlas ya desde el principio de todo, cuando eres un embrión en el vientre de tu madre. Ella no debe beber alcohol, ni fumar, y su dieta debe ser muy meticulosa y muy controlada. La prevención, entonces, empieza en el embrión a través de la madre y, después, continúa a lo largo de toda tu vida. Hay que ser constante. Disciplina y ayuda son los secretos.

-Entonces, retomando la idea, el alzhéimer sí se podría prevenir años antes de su aparición.

-Sí, el alzhéimer se puede prevenir desde el principio, aunque aún no se sabe a ciencia cierta, porque también puede ser que estemos predispuestos para ciertas enfermedades: cardíacas, pulmonares, neurodegenerativas... Por eso en el futuro será muy importante para todos nosotros tener una especie de tarjeta de identificación genética.

-Sobre este chip genético de fácil acceso médico que contenga todos nuestros datos se ha hablado mucho. ¿Es algo lejano?

-No. No es ciencia ficción. Yo creo que en la próxima década ya podríamos tener esta tarjeta de identificación genética e ir al médico con ella, porque ahora los análisis genéticos son mucho más baratos. Hace años, y yo lo he vivido, obtener tu historial genético costaba unos 100.000 dólares, pero ahora puedes tener un análisis parcial por diez dólares y uno completo de todo el genoma por 1.000 dólares. Y poco a poco irá bajando el precio, porque el trabajo lo hacen máquinas. Luego la única muestra que necesitas es, por ejemplo, un poco de saliva de tu lengua [el propio Wiesel recurre al gesto de sacarse saliva de la boca].

«La mayoría de la gente inteligente está preocupada con Donald Trump»

Torsten Wiesel no disimula cuando habla de Donald Trump y de las políticas que ya aplica el nuevo presidente de Estados Unidos.

-El Gobierno de Donald Trump también está empezando a preocupar a los científicos. ¿Es o puede ser una amenaza para la ciencia?

-Yo creo que la mayoría de la gente inteligente está preocupada con Donald Trump. La Administración del país no parece prestarle una consideración profunda a asuntos importantes y relevantes, y la comunidad científica está intentando alertar al Gobierno, al Estado, de que tienen que prestar atención a un tema prioritario como es la ciencia. No solo debemos preocuparnos por la investigación en biomedicina, sino también por la del medio ambiente o de otras áreas que tienen que ver con la realidad que vivimos. Tenemos un presidente llamado Trump que no lee, que no lee libros. La información que maneja es la que sus asesores le cuentan. Y si no tiene los amigos correctos, tomará las medidas equivocadas.

-La base del éxito de Estados Unidos, también a nivel científico, es que atrajo talento de todo el mundo. ¿Esto se perderá?

-Por supuesto que sí, es algo terrible. Las nuevas leyes de inmigración que Trump se está sacando del bolsillo hacen que Estados Unidos sea un país de acceso mucho más limitado para los científicos de todo el mundo.

-Y sobre la situación de la ciencia en España y los recortes de los últimos años, ¿qué opina?

-La ciencia siempre ha sido intelectualmente importante en España. Es un país que cuenta con muy buenos investigadores. Pero el problema que tiene es la falta de apoyo a los jóvenes científicos. Hay que asegurarse de que su talento sea apoyado. Es muy importante llevar a la gente a formarse fuera, pero más importante aún es poder traerlos luego de vuelta.