Los implicados en la lucha contra las cláusulas suelo confiesan la satisfacción de vencer a bancos y cajas que han utilizado todo su dinero y contactos en protegerse
22 dic 2016 . Actualizado a las 05:00 h.No es solo cuestión de dinero. Muchos de los implicados en la lucha contra las cláusulas suelo en las hipotecas de bancos y cajas reconocen una satisfacción mucho más íntima. Es la que se produce cuando, contra todo pronóstico, con todos los poderes establecidos en contra, se vence al gigante. Confiesa Dacio Alonso que, cuando preparaba la rueda de prensa que iba a dar después de conocerse la sentencia del tribunal de la Unión Europea, creía que iba a ser negativa. Así que a las diez menos cuarto de la mañana, cuando supo que aplicaba la retroactividad total y la devolución íntegra de las cantidades cobradas de forma abusiva, pegó hasta un salto en la silla. Algo parecido le ha pasado a Ignacio García, abogado de Gersa, especializado en este tipo de reclamaciones. Le ha cambiado la vida. Ha pasado de llevar casos de empresas, encorsetado en un traje con corbata, ha ganar casi 300 casos de asturianos cazados por los bancos, a los que representan en vaqueros y camisa. Así, de una forma tan gráfica lo explica al teléfono y también en su canal de Facebook, donde sube sentencias, vídeos explicativos y todo tipo de post.
Dacio Alonso habla de la paciencia que ha sido necesaria, de los recortes de subvenciones que UCE ha padecido en los últimos años, de la acuciante escasez de medios. Pero también de la recompensa y la gratificación que ha supuesto el respaldo judicial de Europa. «David ganó a Goliat casi en solitario. Nadie nos ha ayudado. Ni organizaciones ni partidos, ni de derechas ni de izquierdas. Hoy todos se felicitan. Pero hasta ahora nadie ha arrimado el hombro», explica Alonso, que señala que la defensa legal se está costeando con las aportaciones de los socios. Se acuerda también de las familias desahuciadas por los bancos, «por haber cometido el delito de quedarse sin trabajo». Puntualiza que muchos de ellos tenían cláusulas suelo y pagaron intereses abusivos. Para esas víctimas la justicia parece llegar tarde. Critica la argumentación política y económica, en lugar de jurídica, del Supremo que quería limitar la retroactividad a mayo de 2013. El sabor de la victoria es dulce, pero queda el regusto amargo de los últimos años.
También Ignacio García recuerda a los 300 clientes que ha llevado en los últimos tres años. Ganó todos los casos salvo uno, que tenía unas condiciones muy específicas, ya que había subrogado la hipoteca y modificado algunos apartados. Hasta esta sentencia colgó en Facebook, para que otros compañeros tuvieran en cuenta todos los puntos de vista. Este abogado asegura que le ha cambiado la vida, que se ha reconciliado con su profesión y que ha conseguido recordar la razón por la que había estudido Derecho. Algunos ya le han gastado las primeras bromas. Si la UE les ha dado la razón, pronto se quedará sin clientes. Él no lo cree. «Siempre va a haber un Goliat abusador contra el que luchar», defiende.
A David Solís, del colectivo Adicae, aún le escuece la falta de transparencia del Banco de España. Muestra su satisfacción pero precisa que hay mucho trabajo por delante. Ahora hay que intensificar la labor de información para no dejar a ningún afectado atrás.