Más de 270 electores acabaron con cualquier esperanza de boicot a la llegada del magnate a la Casa Blanca
20 dic 2016 . Actualizado a las 07:53 h.Con un ritual mucho más tenso de lo habitual, los miembros del Colegio Electoral votaron ayer para confirmar a Donald Trump como presidente número 45 de EE.UU. «Allí donde esté Alexander Hamilton debe de estar revolviéndose en su tumba», dijo uno de los comentaristas de la televisión estadounidense. Y es que como padre fundador de la patria, Hamilton estaba obsesionado con que un demagogo no llegase nunca al poder, por eso se creó el colegio electoral, para que funcionase de filtro de la voluntad de un pueblo que en esta ocasión, optó en su mayoría por Hillary Clinton, por casi 3 millones de votos de diferencia.
Así, el cónclave que certifica al presidente del país enfrentó ayer una jornada inusual rodeada de protestas y presiones para que los electores republicanos se convirtiesen en héroes y dijesen no a Trump. «El odio no nos hará grandes de nuevo», se leía en una pancarta a las puertas del Capitolio de Georgia, antes del encuentro de los 16 electores de este estado. La indignación también se dejó sentir en Washington: «Señores miembros del Colegio Electoral, respeten la voluntad del pueblo», pedía una de las manifestantes.
«Hay que acabar con el Colegio Electoral. Dolido porque esto no es a lo que una democracia debería parecerse. Una persona, un voto es el único camino justo», lamentaba desde Nueva York su alcalde, Bill de Blasio.
Sus plegarias no fueron suficientes y los 38 electores de Texas ayudaron al empresario a cruzar la barrera de los 270 votos necesarios y así acabar con la esperanza a la que se aferraron todos aquellos que pensaron que se podía cambiar la historia, tras conocer las evidencias sobre la interferencia rusa en las elecciones y la implicación directa de Putin.
El órgano electoral nunca se ha opuesto al hecho de que quien consigue los 270 electores se proclama presidente. Eso sí, el protocolo no evitó a los «infieles» en ambos lados. En la parte republicana, Cristopher Seprun, elector de Texas, fue uno de los dos que puso cara al descontento, mientras que en Washington o Minnesota se dejaron oír cuatro infieles demócratas, que votaron incluso por Colin Powell.
Sea como fuere, Trump superó el número mágico de 270 votos electorales, después de que cada uno de los electores emitiese dos votos, uno por el presidente y el otro por el vicepresidente, Mike Pence. Una copia de la resolución será enviada al Archivo Nacional y otra al Congreso, donde el viernes 6 de enero, la Cámara de Representantes y el Senado se reunirán en sesión conjunta para recontar los votos y anunciar el ganador.
Tillerson dirigía una petrolera ruso-estadounidense en Bahamas
El empresario Rex Tillerson, nuevo secretario de Estado, es el director de una compañía petrolera ruso-estadounidense basada en el paraíso fiscal de las islas Bahamas, desde al menos 1998.
Así lo muestran los documentos publicados por el diario alemán Süddeutsche Zeitung en los cuales se establece que Tillerson, exdirector de Exxon Mobil, comandó la filial rusa de la compañía Exxon Neftegas. Pese a no haber nada ilegal, lo cierto es que no se tenía conocimiento del movimiento y es más que probable que genere más dudas sobre la relación entre Tillerson y Rusia.
Su amistad tiene muy nervioso a un Senado que debe confirmar su cargo en enero y donde ya han pedido la creación de una comisión para investigar los ciberataques rusos durante el proceso electoral estadounidense. «Tenemos que llegar al fondo del asunto, especialmente cuando estos ciberataques afectan a nuestras elecciones», urgió el senador republicano John McCain. Él fue uno de los solicitantes además del republicano Lindsey Graham y los demócratas Jack Reed y Charles Schumer.
De momento, y aún sin inclinarse por crear la comisión, el líder de la mayoría republicana en el Senado, Mitch McConnell, sí ha reconocido que las alegaciones de las agencias de inteligencia son «muy preocupantes».
Trump sigue tratando de quitar hierro al caso considerando que dichas informaciones solo tratan de desprestigiarle. «James Comey (director del FBI) debería hablar públicamente», pidió el futuro jefe de gabinete, Reince Priebus.
Obama prometió el pasado viernes que las conclusiones de las investigaciones llegarán antes de la investidura de Trump y que habrá consecuencias para Rusia.
Una de las víctimas de los ciberataques fue John Podesta, jefe de campaña de Hillary Clinton, quien cree que el papel de Trump va mucho más allá de ser un «beneficiado». En una entrevista en NBC, Podesta dio un paso más y aseguró creer que el entorno del presidente electo podría haber colaborado directamente con los piratas informáticos rusos. «No es cierto en absoluto», contestó Kellyanne Conway, la portavoz del magnate.