La curvatura de la falla puede controlar dónde se producen los grandes terremotos

Europa Press

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SGT SAM SHEPHERD / NEW ZEALAND DE | EFE

Los científicos no confían en que este descubrimiento tenga un impacto directo en la capacidad de los científicos para predecir cuándo ocurrirá un seísmo

25 nov 2016 . Actualizado a las 07:43 h.

Los grandes terremotos -de magnitud 8,5 en la escala de Richter y más fuertes- se producen donde las fallas son en su mayoría planas, afirman geólogos de la Universidad de Oregón (UO), en Estados Unidos, y franceses. Las fallas más curvadas, informan en la revista Science, son menos propensas a experimentar terremotos que exceden esa fuerza.

Se pensaba que los terremotos de gran magnitud, conocidos como mega-terremotos, sólo eran posibles en el límite entre las placas tectónicas de convergencia rápida hasta que dos terremotos gigantes -el terremoto de magnitud 9,4 en Indonesia en el 2004 y el terremoto de 9 en Japón en el 2011- echaron por tierra la teoría. Desde entonces, se ha creído que los terremotos gigantes pueden darse en cualquier falla grande, pero en el nuevo documento, investigadores de la UO muestran que el tamaño máximo de los terremotos puede ser controlado por otro parámetro: la curvatura de la falla.

«La forma en que las personas de la comunidad científica piensan acerca de los terremotos es que algunas áreas de fallas resisten la fractura más que otras, y cuando se rompen generan grandes terremotos», explica el autor principal Quentin Bletery, investigador postdoctoral de la UO. «A menudo se discute la razón por la que se resisten más a la fractura. Pensé que las variaciones en la geometría de las fallas podían ser responsables, así que busqué cambios en la pendiente de las principales fallas de subducción del mundo», relata.

Bletery había llegado a la UO con la idea de que la geometría podía aportar pistas, basándose en su trabajo doctoral en la Universidad de Niza-Sophia Antipolis, en Francia. Desarrolló un modelo mecánico para estudiar su hipótesis en colaboración con los coautores Amanda Thomas, Alan Rempel y Leif Karlstrom, todos en el Departamento de Ciencias de la Tierra de la UO.

Para la investigación, financiada por la National Science Foundation, Bletery examinó la geometría de las fallas de subducción en todo el mundo para encontrar los gradientes de la pendiente, no la propia inclinación de inmersión, sino sus variaciones. «Calculé el gradiente de la pendiente (o curvatura) a lo largo de las principales fallas y lo comparé con la distribución de terremotos muy grandes ocurridos en el pasado», relata.

«Lo que encontré es lo contrario de lo que esperaba: grandes terremotos ocurren en áreas de falla donde la pendiente es la más regular, o plana», afirma. La falla de Cascadia, que experimentó por última vez un mega-terremoto en 1700, se encuentra a lo largo de una región muy plana, ponen como ejemplo Rempel y Thomas. «Terremotos como el que ocurrió en Sumatra son increíblemente grandes -subraya Thomas-. La ruptura fue de 1.600 kilómetros de largo. Cuando Cascadia se mueve, puede ser de 1.000 kilómetros si se rompe completamente».

Umbrales de rotura más heterogéneos en fallas curvas

Un aspecto clave es que los umbrales de rotura son más heterogéneos a lo largo de fallas curvas, por lo tanto, las distancias de ruptura se ven restringidas por porciones de secciones curvas que no están listas para quebrarse. El umbral de ruptura es más homogéneo a lo largo de fallas planas, permitiendo que áreas de falla más grandes se rompan simultáneamente, explican los investigadores.

«La correlación de las curvaturas con los mega-terremotos es fuerte -sentencia Thomas-. Los datos no mienten». Sobre la base de la curvatura promedio dentro de las áreas de ruptura de terremotos gigantes, los científicos concluyeron que la probabilidad de que los mega terremotos estén vinculados a la curvatura de las fallas es más del 99 por ciento. Sin embargo, no se cree que el descubrimiento tenga un impacto directo en la capacidad de los científicos para predecir cuándo ocurrirá un terremoto, según Thomas.

«En cambio, nuestros hallazgos respaldan la idea de que si usted está en un lugar que no ha tenido evidencia de grandes terremotos en el pasado y su ubicación está en una falla curva, entonces, quizás, nunca se producirá un mega-terremoto -apunta Rempel-. La implicación de este estudio es que no todas las zonas de subducción pueden tener terremotos realmente grandes».

Eso no quiere decir que un terremoto de 7,5 no pueda causar daño significativo, matiza Thomas. «El siguiente paso en la investigación es preguntarse por qué una placa plana es más susceptible a un gran terremoto que una curva», dice, apuntando que esa información podría, eventualmente, llevar a mejoras en los mapas de riesgo para las áreas propensas a terremotos en todo el mundo.