María Rita Barberá Nolla, política singular, se convirtió en los últimos días de su carrera en uno de los mayores dolores de cabeza de Rajoy
23 nov 2016 . Actualizado a las 15:23 h.María Rita Barberá Nolla (Valencia, 16 de julio de 1948), era una política singular, y probablemente irrepetible, que tras haber cosechado los mayores elogios de sus compañeros de partido, que siempre alabaron sus peculiares formas políticas y su campechanía, llevaba tiempo convertida en uno de los mayores dolores de cabeza de un Rajoy que, como siempre ocurre con cualquier dirigente importante del PP implicado en presuntos casos de corrupción, no llegó a decir una sola palabra contra ella.
La que llegó a ser bautizada por Mariano Rajoy como «la alcaldesa de España» estuvo al frente del Ayuntamiento de Valencia durante 24 años. Llegó al sillón municipal en 1987 gracias a un pacto con Unión Valenciana que superó así al PSOE, que había ganado las elecciones. Desde entonces, fue cosechando consecutivamente aplastantes victorias por mayoría absoluta. Pese a esos éxitos, Barberá no fue una política vocacional. Hija del periodista valenciano José Barberá, que llegó a ser director de El Correo Gallego, Rita se dedicó también al periodismo tras estudiar Ciencias Políticas, Económicas y Empresariales en Valencia y sacarse el título en Ciencias de la Información en la Complutense de Madrid. Trabajó en Radio Valencia y en el diario Levante.
En 1976 se afilió a Alianza Popular y, tras superar algunas diferencias con Manuel Fraga, fue una de las fundadoras de la organización valenciana del partido. En 1987 fracasó en su intento de convertirse en presidenta de la Generalitat tras perder las elecciones frente al socialista Joan Lerma. Pero en 1991, ya con Aznar al frente del PP, se convirtió en alcaldesa de Valencia, ejerciendo desde entonces el cargo con una perfil populista, yendo siempre a su aire y sin atender demasiado a los dictados del partido, en el que era ya un peso pesado.
Fue la primera alcaldesa de España en oficiar matrimonios civiles pero, en una muestra más de su particular credo, años después se manifestó en contra de los matrimonios del mismo sexo. Valencia conoció un desarrollo extraordinario durante su mandato gracias a la llegada del AVE, la ampliación del puerto, de la red de metro, la construcción de la Ciudad de las Artes y las Ciencias o la celebración de la Copa América de Vela.
Pero fueron precisamente muchos de esos grandes proyectos y eventos los que han dado lugar a graves casos de corrupción que convirtieron al PP de Valencia en una organización con casi todos sus líderes imputados o investigados, empezando por el expresidente de la Generalitat valenciana, Francisco Camps.
La suerte de la popular Rita, convertida por sus formas y sus declaraciones en un personaje anacrónico dentro de un PP que aspira a renovarse, cambió cuando en el 2015 perdió la alcaldía tras dejarse la mitad de sus 20 concejales. «¡Qué hostia!... ¡Qué hostia!», se le escuchó decir abrazada a su exconsejero Serafín Castellano. Más de un año después, la senadora se sentó en el banquillo del Tribunal Supremo por su implicación en un supuesto delito de blanqueo.