La condena a los narcosobrinos abre otro frente más a Maduro

PEDRO GARCÍA OTERO CARACAS / CORRESPONSAL

ACTUALIDAD

HANDOUT | Reuters

La oposición amaga de nuevo con suspender la mesa de diálogo, actitud que reprochó y criticó el presidente venezolano desde su programa de televisión

22 nov 2016 . Actualizado a las 07:26 h.

Alguien -aparentemente sus asesores de imagen-, debe haber dicho al presidente venezolano, Nicolás Maduro, que le conviene dar la impresión de estar tranquilo y alegre, junto a su esposa, Cilia Flores. Desde hace dos semanas, en cada aparición pública, Maduro baila salsa con su pareja y lleva dos semanas como pinchadiscos de un programa de radio en el que pasa hasta dos tardes a la semana, mezclando canciones de salsa con comentarios políticos.

En ninguna de esas apariciones públicas han hecho mención Maduro o Flores a sus sobrinos, Efraín Campo Flores y Franqui Flores, ahora condenados en Estados Unidos por conspiración para trasladar 800 kilos de cocaína a ese país. Sin embargo, el caso de los narcosobrinos, como se los conoce en Venezuela, es otro frente que se le abre al mandatario, justo cuando la pausa por el diálogo que le ha dado la oposición política parece estar a punto de extinguirse.

En su juicio en Nueva York, los fiscales mostraron grabaciones de Campo y Flores (el primero de ellos considerado hijo adoptivo de Maduro y su esposa) señalando cómo actuaban con total impunidad e incluso cómo llegaron a trasladar droga a través del hangar presidencial del aeropuerto de Caracas.

Sin embargo, Maduro, quien el domingo hizo su primera aparición pública (en la que también bailó) tras la condena de los jóvenes, no mencionó el caso. Por el contrario, sí fustigó a la oposición y la amenazó: «Aquí nadie se levanta de la mesa» (de diálogo), increpó a gritos en su programa Contacto con Maduro, que ahora, imitando aún más el que tenía su antecesor, Hugo Chávez, se transmite los domingos.

La Asamblea Nacional comenzará a discutir hoy el caso de Campo y Flores en su sesión plenaria, a instancias del diputado Julio Montoya, quien señaló: «Si yo controlo el Sebin [la policía política], la Dirección de Inteligencia Militar, la Fuerza Armada, la policía científica y un miembro de mi círculo cercano es narcotraficante, yo soy gafo [tonto] o cómplice».

Los Flores tendrán hasta marzo para reducir su condena mediante el ofrecimiento de información, pero se desconoce si traicionarán a quienes estén por encima de ellos en la organización de narcotráfico que según los fiscales estadounidenses tenían.

Mientras tanto, la oposición se prepara también para abandonar la mesa de diálogo con el Gobierno, acusando a este de incumplir los acuerdos que tenía con el Vaticano, especialmente los referentes a la liberación de presos políticos. Ya Jesús Torrealba, secretario de la MUD, indicó que «Maduro no decide quién se queda y quién se va del diálogo».