Mientras los empresarios asturianos quitan hierro al efecto de su victoria en la economía regional, IU cree hay una «contrarrevolución conservadora» y Podemos lo compara con Francisco Álvarez-Cascos
09 nov 2016 . Actualizado a las 18:35 h.Como en cada esquina del planeta a medida que el día iba llegando a cada meridiano y con él la noticia de la victoria de Donald Trump, también en Asturias se han sucedido las valoración sobre lo que representa en el triunfo de un magnate al que han acompañado tipo tipo des escándalos durante su campaña. Los hay que han considerado un desastre la decisión de las urnas en EEUU, y quienes se lo han tomado con filosofía. Y también quien ha llegado a encontrar más de un paralelismo con la política asturianas más o menos reciente.
Trump ha sido un candidato tildado de proteccionista, sin embargo, el presidente de la patronal asturiana destacó que el comercio forma parte de la propia idiosincrasia estadounidense y que, tras unas primeras reacciones de estupor, la normalidad regresará a los mercados. «A lo mejor hoy estamos todos sorprendidos porque no teníamos tan buena información como los americanos. No creo que un país como Estados Unidos de América se pegue un tiro en el pie. Será que los americanos saben bien lo que hacen, estoy seguro» afirmó el presidente de la Federación Asturiana de Empresarios (FADE), Pedro Luis Fernández.
Igualmente, el presidente de la patronal asturiana ha apuntado la existencia de «algo de pose» en la reacción de los mercados financieros: «Es parte del juego, siempre hay algo de pose sobre estas cosas. Ya veremos como las cosas se vuelven a estabilizar y tampoco hay que rasgarse las vestiduras». «Los americanos seguirán trabajando y haciendo las cosas bien, que son un país de emprendedores y de grandes compañías y de grandes empresarios», ha aseverado. El presidente de la patronal estaba acompañado de la directora del Instituto de Desarrollo Económico del Principado de Asturias (Idepa), Eva Pando, para quien «las empresas asturianas están vendiendo en Estados Unidos porque son competitivas, porque tienen buenos productos y porque lo hacen en el precio adecuado para poder competir allá. Y creo que es difícil dejar eso a un lado», y añadió que «hay que ser optimistas y seguramente que esos cambios no serán tan importantes como ahora prevemos».
La contrarrevolución y el Trump asturiano
En el ámbito político, las reacciones fueron más oscuras. El portavoz de IU en el parlamento asturiano, Gaspar Llamazares, destacó que la victoria de Trump representa «una etapa más de la contrarrevolución conservadora, racista y populista» y que su mensaje se alimenta «del fracaso neoliberal, y del desplome y la rabia de las clases trabajadoras y medias». En este sentido apuntó que esta es «una nueva lección para la izquierda europea», una advertencia de que «el futuro será plural y de recuperación del estado social o no será».
Para el secretario general de Podemos Asturies, Daniel Ripa, la presidencia de Trump es un fenómeno que reproduce el triunfo de Francisco Álvarez-Cascos en Asturias hace dos legislaturas. A su juicio, «es el mayor paralelismo» que se puede establecer. Según Ripa, la victoria de Trump se explica, al igual que la de Cascos en 2011, por el momento de crisis existente. En esas etapas, ha abundado, o se articulan movimientos sociales que «afiancen derechos», logrando una salida de la crisis «que no beneficie a unos pocos», o de lo contrario, sin una alternativa, «se producen monstruos» como Trump o Marine Le Pen en Francia. No fue le único paralelismo trazado por el diputado morado entre los comicios de este martes y la política asturiana. En este sentido, añadió que Clinton fue una peor elección para la candidatura demócrata que la que representaba Bernie Sanders «mucho más clara, contundente y popular» y afirmó que si Trump era como Cascos, Hillary Clinton era equiparable al presidente asturiano Javier Fernández. «Ni Javier Fernández puede dar aspiraciones al cambio político en Asturias ni Hillary Clinton representaba las demandas sociales existentes», señaló.