Antonio Ortiz, que ayer se negó a contestar a las preguntas de la jueza, escuchó impasible el testimonio de dos delas menores agredidas
19 oct 2016 . Actualizado a las 16:54 h.La Audiencia Provincial de Madrid ha visionado en el juicio contra el presunto pederasta de Ciudad Lineal un vídeo del denominado «piso de los horrores», el lugar donde supuestamente llevó a dos de las menores para agredirlas sexualmente y donde se hallaron pruebas determinantes para inculparle.
Se trata de una infografía en tres dimensiones del piso elaborada por la Policía Científica con una cámara que graba y al mismo tiempo toma decenas de fotos de las distintas estancias de la vivienda, así como del garaje, del trastero y del interior del edificio, situado en la calle Santa Virgilia en el distrito madrileño de Hortaleza.
En el «tour» virtual se observan las marcas de las pruebas recopiladas por la Policía Científica durante el registro de la casa en baño, pasillos, cocina y dormitorios de la vivienda.
La grabación, que ha durado cinco minutos, se ha visionado en la segunda sesión de la vista oral contra el presunto pederasta que se celebra desde ayer en la Sección Séptima de la Audiencia de Madrid. Ortiz ha contemplado el vídeo en silencio y sin gesticular.
La Policía Científica realizó este vídeo para enseñárselo a las niñas y evitar de este modo que tuvieran que volver a la casa, en la que los investigadores encontraron restos de ADN de Antonio Ortiz y de una de las menores (TP3, la del 10 de abril de 2014), además de vómitos de la niña y huellas de las zapatillas de la pequeña.
Fue en el plástico colocado sobre un colchón en una de las habitaciones donde los investigadores hallaron sangre y una huella palmar de la menor, así como restos biológicos del procesado; mientras que detrás de un mueble encontraron restos de vómitos de la niña y ya en el pasillo una huella de la zapatilla de la pequeña.
Se da la circunstancia de que la madre del procesado mandó limpiar la casa poco después, pero no tocó ninguno de estos lugares.
Previamente, la Sala ha visionado a puerta cerrada las exploraciones de las otras dos menores (TP4 y TP5) que no pudieron verse ayer y que han durado cerca de dos horas y media: la niña de 6 años que fue agredida el 17 de junio del 2014 y la pequeña de siete años del 22 de agosto del 2014.
Son las grabaciones de las declaraciones de las dos menores ante psicólogas realizadas en fase de instrucción y que, por lo tanto, el acusado ya había visto antes. Para evitar el trauma, esta diligencia quedó como prueba preconstituida, es decir, que se incorpora al juicio como prueba.
Lo mismo ha sucedido con las ruedas de reconocimiento de las dos menores que le han señalado sin dudas, del mismo modo que hicieron ayer las dos primeras víctimas en las otras dos ruedas.
Mañana comienza la prueba testifical del juicio con las declaraciones de tres policías nacionales, entre ellos, aquel que elaboró el atestado.