Podemos amenaza a Puig y Lambán con romper sus pactos si el PSOE se abstiene, como ya hizo con García-Page
04 oct 2016 . Actualizado a las 08:40 h.Los seis presidentes autonómicos que se alinearon para provocar la renuncia de Pedro Sánchez no mantienen una posición común sobre qué debe hacer el PSOE en una hipotética investidura de Mariano Rajoy. Al menos de momento. Todos ellos coinciden, sin embargo, en que hay que tratar de evitar que haya terceras elecciones. De los seis, solo uno, el extremeño Guillermo Fernández Vara, se ha decantado claramente por la abstención para dejar gobernar al líder del PP como mal menor. Ximo Puig, Emiliano García-Page y Javier Lambán, que fueron investidos con los votos de Podemos, se mantienen por el momento en el no. La formación morada advirtió ayer a los presidentes de la Comunidad Valenciana y de Aragón de que la abstención tendría consecuencias en los pactos.
Castilla-La mMancha
Roto el acuerdo de investidura. García-Page fue investido gracias a Podemos. El PP, liderado por María Dolores Cospedal, fue la fuerza más votada con 16 escaños, uno más que los socialistas. Los dos diputados de la formación morada desnivelaron la balanza. Hace unos días Podemos anunció que rompía el acuerdo de investidura. No hay ningún representante de esta federación en la comisión gestora del PSOE, lo que muestra que García-Page quiere distanciarse lo más posible de las decisiones que tome sobre la investidura.
Comunidad Valenciana
Puig, en problemas. Ximo Puig quedaría en una posición muy difícil si finalmente el PSOE facilita la presidencia del líder del PP. Gobierna en coalición con Compromís y el apoyo externo de Podemos tras el llamado Acuerdo del Botánico. El PP ganó las elecciones, con ocho escaños más que el PSOE, pero el pacto hizo presidente a Puig y vicepresidenta a Mónica Oltra. El secretario autonómico de Podemos, Antonio Montiel anunció ayer que convocará de «urgencia» a su grupo para tomar una decisión sobre la ruptura del acuerdo de investidura si se consuma la abstención.
Aragón
Lambán pide calma. Lambán obtuvo tres escaños menos que el PP en las autonómicas del 2015, pero fue investido con los votos de Podemos, la Chunta Aragonesista -que forma parte de su Gobierno- e IU. El secretario de organización de Podemos, Pablo Echenique, le advirtió de que si acaba gobernando el PP después de la dimisión de Sánchez «se plantearía una contradicción entre los intereses del Ejecutivo de Aragón y el papel jugado por su presidente». Lambán llamó ayer a recuperar «la calma y el sosiego» porque «no se puede poner en riesgo el Gobierno de Aragón».
Extremadura
Fernández Vara, con margen de maniobra. Guillermo Fernández Vara, al contrario que García-Page, Puig y Lambán, sí ganó las elecciones, con dos escaños de diferencia sobre el PP, aunque contó con el apoyo en su investidura de Podemos, pero no tiene ningún pacto con este partido. El hecho de haber derrotado a los populares en las urnas le convierte en referente del partido. Eso explica que haya sido el único en atreverse a abogar abiertamente por la abstención, sobre todo una vez que Rajoy recabó 170 apoyos. Pero esa posición le valió una campaña en las redes sociales en su contra, ante la que Susana Díaz, Alfredo Rubalcaba y otros dirigentes salieron en su defensa.
Andalucía
Susana Díaz, la más crítica con Podemos. Es la presidenta autonómica más beligerante con Podemos, que se negó a facilitarle la investidura, que logró gracias al apoyo de Ciudadanos después de una larga agonía. Hasta ahora se ha limitado a decir que no se puede gobernar con 85 escaños y que debe evitarse ir de nuevo a las urnas. Esto hace que la única opción posible con ese planteamiento, que comparte con Javier Fernández, es facilitar el Gobierno a Rajoy. La decisión que adopte será decisiva para que la balanza se incline por la abstención o las terceras elecciones, que considera el peor escenario posible al igual que el presidente de la gestora.
Asturias
Javier Fernández depende de Izquierda Unida. El presidente asturiano encabezó la lista más votada en las elecciones del 2015, pero necesitó los votos de IU, que lidera Gaspar Llamazares en el Principado, para ser elegido, mientras Podemos se abstenía. Los socialistas solo tienen 14 escaños de una Cámara de 45, lo que los coloca en una situación de debilidad. Llamazares ya ha advertido a Fernández de que si el PSOE gira a la derecha y da el Gobierno a Rajoy «influiría negativamente» en las relaciones en el seno de la izquierda en Asturias y crearía «un mal clima» para la negociación presupuestaria.