Apple amenaza con deslocalizarse tras la millonaria sanción de Bruselas
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La compañía, obligada a devolver 13.000 millones de euros a la Hacienda irlandesa
31 ago 2016 . Actualizado a las 07:58 h.La Comisión Europea le puso ayer los puntos sobre las íes a Apple, y de paso aprovechó para dejarle claro a Irlanda que su política de ventajas fiscales para grandes multinacionales no es bien recibida en Bruselas. Así, anunció que el gigante tecnológico tendrá que devolver a Dublín la friolera de 13.000 millones de euros más intereses por impuestos no pagados desde el 2003. A partir de entonces, la multinacional creadora de teléfonos, ordenadores y otros productos tecnológicos, se benefició de forma ilícita de un régimen fiscal por el que solo pagó inicialmente solo 1 % en impuestos, y bajando año a año. Un porcentaje mucho menor que el de otras empresas, según anunciaron ayer en Bruselas tras tres años de investigación.
«Los Estados miembros no pueden dar beneficios fiscales a las empresas de forma selectiva. Esto es ilegal según las normas sobre ayudas estatales de la UE», reconoció la comisaria europea de Competencia, Margrethe Vestager. De hecho, apuntó a como en este caso se redujo artificialmente la factura fiscal de Apple para conseguir el beneficio de tantos millones.
Ni Apple ni el Gobierno de Irlanda se han quedado de brazos cruzados y ya han anunciado que recurrirán. Los primeros confían en que la medida sea revocada. Los segundos, de la mano de un incrédulo ministro de Finanzas, Michael Noonan, se muestran «en profundo desacuerdo» con la Comisión. Pero además, la polémica deja sobre la mesa más tiranteces en las relaciones trasatlánticas, pues Washington se sumó a la queja y acusa a Bruselas de extralimitarse de sus funciones como organización con esta investigación. «Vamos a seguir vigilando estos casos a medida que avanzan, y vamos a seguir trabajando con la Comisión hacia nuestro objetivo común de prevenir la erosión de nuestras bases de impuestos corporativos», dijo un portavoz del Tesoro estadounidense.
Se trata de uno de los peores escenarios que se esperaba para Apple y la respuesta de un enfurecido Tim Cook a la decisión no se hizo esperar. El jefe de Apple tiró a donde duele y donde más miedo puede crear, hablando de «consecuencias serias», que bien podrían poner en peligro su inversión en Irlanda, un país que vive en el miedo a las consecuencias directas de la salida del Reino Unido de la UE, pues es su principal socio comercial.
Cook no mencionó la reducción de su actual plantilla de 6.000 personas en Irlanda, frente a las apenas 60 que había cuando abrieron su centro en Cork en octubre de 1980. Pero el sucesor del fallecido y mediático Steve Jobs sí hizo memoria para recordar cómo esa ciudad sufría en esa década un alto desempleo y una inversión económica extremadamente baja. Alardeó de como los líderes de su empresa vieron a una comunidad rica en talento y con el potencial para acomodar el crecimiento en caso de éxito. Sin embargo, ni una palabra de cómo la tasa de impuestos en Irlanda ha ido reduciéndose hasta el mínimo 0,005 % del ejercicio del 2014. Mientras, el resto de empresas sufren un impuesto de sociedades del 12,5 %.
Cook echó balones fuera, dejando claro como casi la totalidad del investigación y desarrollo de la compañía se produce en California, por lo que la gran mayoría de sus beneficios se gravan en Estados Unidos. A la par, recordó como las empresas europeas que hacen negocios en suelo americano están sujetas a impuestos de acuerdo basándose en el mismo principio.
La que es actualmente la mayor empresa del mundo por capitalización bursátil no es la primera en sufrir este tipo de reveses en Europa. De hecho, casos similares fueron protagonizados por Starbucks en Holanda y Fiat en Luxemburgo. Pero a lo significativo de la sanción a Apple, no parece que sea un problema, pues solo en su último trimestre fiscal ganó 7.100 millones de euros a nivel global, y tiene 17.000 de liquidez en caja.