Abucheos e insultos a Manuel Valls en el homenaje a las víctimas de Niza

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El presidente Fraçois Hollande (derecha) y el ministro de Interior francés, Bernard Cazaneuve (izquierda) en el minuto de silencio celebrado en París por las vícitmas de Niza
El presidente Fraçois Hollande (derecha) y el ministro de Interior francés, Bernard Cazaneuve (izquierda) en el minuto de silencio celebrado en París por las vícitmas de Niza BERTRAND GUAY / POOL | EFE

Ocho de cada diez franceses desconfían de la política antiterrorista del Gobierno galo

19 jul 2016 . Actualizado a las 01:59 h.

El atentado de Niza ha abierto una enorme brecha entre los franceses y su gobierno. Una brecha de tal magnitud que ocho de cada diez personas desconfían de la política antiterrorista de François Hollande. Una brecha que ayer se ensanchó, si cabe, un poco más. El primer ministro, Manuel Valls, acudió al homenaje a las 84 víctimas del atentado. Impertérrito, soportó los abucheos, las peticiones de dimisión y los gritos de «asesino» de parte de las 42.000 personas que participaron en los actos en recuerdo de las víctimas en el mismo lugar en el que Mohamed Lahouaiej Bouhlel arrolló a cientos de personas con un camión frigorífico. Una brecha que siguió quebrándose tras la ceremonia. «Los silbidos y los insultos son indignos en una ceremonia de recogimiento y de homenaje a las víctimas», dijo Valls, que también hizo un llamamiento a esa maltrecha unidad nacional y a no crear división y odio. El mismo llamamiento que hizo el ministro del Interior, Bernard Cazeneuve, tras el consejo de seguridad: «No se puede garantizar el riesgo cero», sentenció. «Solo se puede resistir en un país tan duramente golpeado si se le dice la verdad a los franceses y si se les prepara para afrontar los desafíos unidos».

El Gobierno ha sobreactuado en su intento de recuperar la iniciativa. El ministro de Defensa, Jean-Yves Le Drian, hizo público que Francia ha bombardeado posiciones del Estado Islámico en Siria e Irak. «Nuestras fuerzas siguen golpeando. Lo hicieron antes de ayer y de nuevo esta noche, para contribuir, dentro de la coalición, a erradicar ese cáncer», afirmó.

La vigilancia estará centrada este verano en lugares turísticos, playas y grandes citas culturales y deportivas. Además, se mantendrá a 10.000 militares patrullando por el país junto a los policías y gendarmes. Todo, para evitar otro ataque. «Nunca antes Francia se había enfrentado a esa amenaza como ahora», reconoció Cazeneuve tras el consejo de seguridad.

La brecha, sin embargo, se agranda. La derecha francesa ha salido en tromba a criticar ferozmente la política antiterrorista de Hollande a menos de un año de las elecciones presidenciales. Ayer, mientras Valls soportaba los abucheos, a su lado permanecía Christian Estrosi, un conservador que fue alcalde de Niza y ahora preside la región que es la punta de lanza de los reproches hacia el dispositivo de seguridad del 14 de julio. «La presencia policial y militar era insuficiente», dijo en una de sus intervenciones. A sus críticas se han sumado ya el expresidente Sarzoky y el ex primer ministro Alain Juppé, así como la extrema derecha, encabezada por Marine Le Pen.

Y la sociedad tampoco está contenta. El sondeo del instituto Ifop para el diario Le Figaro revela datos poco halagüeños para el equipo de Hollande. No es solo que ocho de cada diez desconfíen de su política antiterrorista. Es que el 88 % de los encuestados ven insuficientes las penas que la Justicia le ha impuesto a las redes y células terroristas y el 77 % creen que los medios para luchar contra el terrorismo son insuficientes. Además, seis de cada diez consideran que Francia se encuentra ya en situación de guerra.

El autor de la masacre tenía en su ordenador fotografías de Bin Laden y decapitaciones del Estado Islámico

El atentado de Niza es consecuencia de una rápida radicalización. Es una de las conclusiones de la investigación sobre la masacre perpetrada por Mohamed Lahouaiej Bouhlel. El fiscal de la República, François Molins, compareció ayer para dar más datos sobre los avances de la investigación. Aunque no se ha encontrado prueba alguna de que el autor de la masacre del 14 de julio hubiese jurado lealtad al Estado Islámico o que hubiese mantenido contacto con nadie de la organización, en su ordenador sí se han hallado imágenes extremadamente violentas y relacionadas con el yihadismo que se había descargado en las últimas semanas. Además de decapitaciones y crímenes perpetrados por el Estado Islámico, se han encontrado instantáneas de líderes yihadistas como Osama bin Laden y Moctar Belmoctar, así como imágenes de Charlie Hebdo.

Su historial de búsquedas en Internet también revela una radicalización reciente. Entre el 1 y el 14 de julio, Bouhlel buscó suras del Corán y cantos religiosos y que hacen llamadas a la yihad, así como información sobre las masacres de Orlando y Dallas. Una de las seis personas que siguen arrestadas reveló que el terrorista le había enseñado un vídeo de una decapitación y que le dijo que él ya estaba acostumbrado a ver ese tipo de imágenes. «La radicalización puede producirse más rápidamente cuando va dirigida a mentalidades perturbadas», afirmó el fiscal, que también reveló detalles que apuntan a que el atentado fue muy premeditado.

El autor de la masacre buscó en Internet información sobre las fiestas del 14 de julio en Niza y sobre accidentes mortales, así como un artículo en el que se hablaba sobre un choque voluntario contra una terraza de un restaurante. Las cámaras del paseo de los Ingleses y las fotos de su teléfono también revelan que recorrió en varias ocasiones la zona del atentado.

Además, Italia está investigando a un tunecino residente en Bario y que habló con Bouhlel horas antes del ataque, así como en varias ocasiones durante las últimas semanas, según el registro telefónico del terrorista, aunque no se ha establecido aún la relación entre ambas personas.