Susana Díaz eleva la presión sobre Sánchez en la batalla por la sucesión

Enrique Clemente Navarro
enrique clemente MADRID / LA VOZ

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Carlos Barba | efe

Los barones aparcan el debate al congreso, pero evitan respaldar al secretario general. Aún así, de momento solo han pedido su cabeza sectores minoritarios

29 jun 2016 . Actualizado a las 07:11 h.

Pasado el susto de que se consumara el temido sorpasso, el PSOE se enfrenta a la cruda realidad de haber obtenido el peor resultado de su historia, a una distancia aplastante del PP. Los socialistas coinciden en que los votantes los han colocado en la oposición y ahora toca abrir un período de reflexión para iniciar una reconstrucción que creen inevitable. La cuestión es si será con Pedro Sánchez al frente o no. De momento, solo sectores muy minoritarios, como el que representan el secretario general de Madrid, Tomás Gómez, y el candidato a la alcaldía de la capital en las pasadas elecciones, Antonio Miguel Carmona, han pedido su cabeza. Ningún peso pesado se ha atrevido a hacerlo.

Exhibe su fuerza en Andalucía

Pero Susana Díaz, muy locuaz tras el 26J, se ha apresurado a trasladar que no se considera deslegitimada para liderar el partido, aunque ahora no toque postularse. Eso sí, dijo ayer, que «cuando toque tendremos que hablar y mucho para reconstruir un PSOE ganador». La batalla se pospone al congreso federal previsto para octubre.

Su derrota en Andalucía, la primera desde que es presidenta, parecía descartarla como rival de Sánchez, pero ella no lo ve así. La presidenta trata de conjurar la imagen de que es la gran damnificada por haber perdido ante el PP en su feudo. Con ese objetivo, insiste en que si no está contenta con el 31,2 % de apoyos que lograron los socialistas andaluces, mucho menos lo puede estar con el 22,6 % cosechado por Sánchez en España. También destaca que en su comunidad la distancia con el PP fue de solo tres escaños y no llegó a 100.000 votos mientras a nivel nacional subió a 52 escaños y 2,5 millones de papeletas. Resaltó que gracias al más de medio millón de diferencia que obtuvo sobre Unidos Podemos no hubo sorpasso. «El PSOE es mucho PSOE en Andalucía», afirmó.

Además, remachó que ella no se presentó como candidata y que la gente distingue muy bien si vota para el ayuntamiento, la comunidad o el Gobierno. Dicho de otro modo, la culpa es de Sánchez, no suya, que se ha dejado la piel como si fuera candidata. Y le lanzó un misil: la mera hipótesis de que estaba dispuesto a hacer presidente a Pablo Iglesias «ha restado mucha credibilidad» al PSOE. Y mas críticas: no se puede salir a pactar, sino a ganar, como hacía el «viejo PSOE» y debe hacer la autocrítica que soslayó tras el 20D.

Preguntada sobre los resultados del PSOE, la respuesta fue demoledora: «No me gusta hacer leña del árbol caído ni llorar sobre la leche derramada, hay que mirar al futuro». La repregunta era obvia: ¿Es Sánchez un árbol caído? Díaz prefirió la ambigüedad: «Son los resultados». No quiso pronunciarse sobre que si tiene que dimitir o no, lo que equivale a dejarle la puerta abierta. «Yo no le digo nunca a nadie lo que tiene que hacer», aseguró. Pero añadió con toda la intención: «Yo estaré en este partido hasta que sea útil y el día que no sea útil nadie me lo dirá», dijo. Para Díaz, la presencia en el Congreso de Eduardo Madina, quien fue rival de Sánchez en las primarias, es una «magnífica noticia, es de las personas que han sabido conectar con algunos sectores que últimamente no estaban cerca del PSOE». Es decir, lo que no ha logrado Sánchez.

Los barones se manifiestan

Otros barones se manifestaron ayer. El presidente de la Comunidad Valenciana, Ximo Puig, señaló que «los problemas del partido no son solo de liderazgo». Lo que expresado de otro modo quiere decir que también hay un problema de liderazgo. El presidente de Extremadura, Guillermo Fernández Vara, opinó que Sánchez no debe dimitir porque «los éxitos y los fracasos son de todos». Pero evitó mojarse apoyándolo: «Cuando llegue el congreso hablaremos y diré lo que pienso como siempre con absoluta lealtad a este partido». En un escalón inferior, el alcalde de Soria y secretario general del PSOE en esa provincia, Carlos Martínez, señaló que «hay que rehacer y reconstruir un nuevo proyecto».

Los socialistas advierten a Rajoy que debe buscar los apoyos para su investidura

En el PSOE hay un consenso: los electores le han enviado a la oposición, pero es a Mariano Rajoy a quien corresponde moverse y buscar los apoyos suficientes para superar la investidura. Solo el presidente extremeño, Guillermo Fernández Vara, aboga por facilitarle la presidencia mediante la abstención. Los barones cierran completamente la puerta a Pedro Sánchez para que intente llegar a la Moncloa.

Susana Díaz sostuvo ayer que «los ciudadanos han hablado con mucha claridad y nos han dado aún menos escaños que en diciembre y si con 90 no era posible, con 85 menos». Su conclusión es clara: «Nos vamos a la oposición para reconstruirnos y volver a tener un proyecto alternativo». Pero rechazó que se ponga sobre los hombros de un partido con solo 85 diputados la responsabilidad que corresponde a Rajoy, aunque añadió que ningún grupo estará «por darle un cheque en blanco a quien tanto daño ha hecho durante la última legislatura». «Rajoy no puede estar a verlas venir esperando que los demás le solucionen los problemas», señaló. Para Díaz, es impensable que haya nuevas elecciones, porque «sería infame para el país».

El presidente valenciano, Ximo Puig, apeló a Rajoy a que se mueva. «En el Parlamento hay derechas suficientes como para llegar a un acuerdo», sostuvo. Fernández Vara insistió en que «lo que hay que hacer es evitar que haya elecciones» y, por ello, «casi que debería abstenerse todo el mundo». El responsable económico del PSOE, Jordi Sevilla, fue categórico: «Si Rajoy quiere ser presidente, tendrá que buscar los apoyos parlamentarios que necesita en grupos distintos al socialista».