Figueres urge a «cerrar la brecha» entre los esfuerzos internacionales y el incremento de las temperaturas

la voz REDACCIÓN

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Christiana Figueres junto a Ban Ki-moon, Laurent Fabius y François Hollande
Christiana Figueres junto a Ban Ki-moon, Laurent Fabius y François Hollande CHRISTOPHE PETIT TESSON

La secretaria ejecutiva de la Convención Marco de la ONU sobre Cambio Climático recibe el Princesa como un premio a los gobiernos y actores comprometidos contra el calentamiento global

22 jun 2016 . Actualizado a las 15:58 h.

«Creo sinceramente que el Acuerdo de París, que se ha logrado tras más de veinte años de trabajo y con el aporte de tantísimas personas, marca un hito en la cooperación entre las naciones dentro de la ONU, haciendo frente a una amenaza global y sistemática para las vidas y el sustento de las personas en todo el mundo». Con esta declaración oficial ha recibido Christiana Figueres, secretaria ejecutiva de la Convención Marco de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático (CMNUCC), la noticia del Premio Princesa de Asturias de Cooperación Internacional que hoy ha sido concedido en Oviedo a la Convención y al Acuerdo de París; un documento que, para Figueres, «demuestra que el multilateralismo está vivo y goza de buena salud, y puede ser un catalizador y un faro que ilumine la cooperación internacional en un sinfín de retos en este siglo XXI, no sólo el del desarrollo sostenible».

«El acuerdo y el positivismo que se ha generado son las semillas para un nuevo y renovado compromiso con la paz y la seguridad en todo el mundo, que constituyen la esencia de la razón de ser de la ONU», ha añadido Figueres desde Bruselas, donde apura sus últimos días al frente de la Convención. El acuerdo es, en opinión de la diplomática costarriucense, no solo un «reconocimiento a la CMNUCC» sino también a «todos los gobiernos, nacionales y subnacionales, y a otros actores no gubernamentales» comprometidos en la lucha contra el calentamiento global «desde hace 21 años».

A su juicio, el galardón destaca el trabajo de la UNFCCC, que ha ido «construyendo poco a poco un entendimiento colectivo» para que se reconozca a nivel global que el cambio climático es «uno de los retos más grandes de la humanidad», al que necesariamente hay que «hacerle frente juntos», según declaraciones realizadas a EFE.

El Acuerdo de París que destaca el jurado en su fallo es, según Figueres, «el resultado de todos estos esfuerzos» conjuntos a lo largo de más de dos décadas. A este respecto, añadió que no son simplemente esfuerzos «hacia atrás», sino que todos los actores deberán seguir contribuyendo a la lucha contra el cambio climático en los próximos años porque éste es «un proyecto a largo plazo». Ahora se trata, argumentó la secretaria general de la CMNUCC, de «ir cerrando la brecha» entre los esfuerzos comprometidos hasta la fecha por los países y los niveles a los que hay que limitar el incremento de las temperaturas, según la ciencia, para evitar daños mayores.

Figueres considera un «gran honor» haber podido trabajar «al servicio» de gobiernos y organismos en la lucha contra el calentamiento global. La costarricense sustituyó en 2010 al holandés Yvo de Boer en la secretaría general de la UNFCCC y está previsto que le suceda, a partir del primeros de julio, la mexicana Patricia Espinosa, exsecretaria de Exteriores de su país.

La UNFCCC surgió en 1992, ante la creciente preocupación en la comunidad internacional por el calentamiento global y con el objetivo de «estabilizar las concentraciones de los gases que provocan el efecto invernadero en la atmósfera» para evitar que la acción humana afecte al clima. Si al principio constituían la UNFCCC un puñado de países, a finales del año pasado, cuando se acordó el Tratado de París, este organismo sumaba a 197 países y regiones.

El primer fruto de la convención marco fue el protocolo de Kioto, adoptado en 1997, y que por primera vez establecía reducciones vinculantes de emisiones, aunque solamente para 37 países industrializados, entre los que no se encontraba Estados Unidos.

Su máximo logro, sin embargo, llegó a finales del año pasado, cuando en la Cumbre del Clima de París la UNFCCC logró que todos los países, industrializados, emergentes y en vías de desarrollo, acordasen un protocolo vinculante para limitar el aumento de las temperaturas globales y reducir, en consecuencia, las emisiones de gases contaminantes. Este acuerdo, que sustituye al Protocolo de Kioto, entrará en vigor en 2020 y ha sido posible gracias a una serie de pasos previos que se dieron en sucesivas Cumbres del Clima, como las de Bali (2007), Cancún (2010) y Durban (2012).

En 1996, la UNFCCC decidió aceptar la oferta del Gobierno alemán y fijó su sede en la ciudad de Bonn, la antigua capital de la República Federal Alemana.