Borrell no fue al consejo de Abengoa donde se aprobó el pago de 11 millones a Benjumea porque presentaba su libro

La Voz AGENCIAS

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Fernando Alvarado | EFE

El exministro ha defendido la valía del que fuera presidente de la multinacional: «El talento hay que pagarlo»

22 jun 2016 . Actualizado a las 18:38 h.

El exministro socialista de Obras Públicas Josep Borrell ha alegado este miércoles en la Audiencia Nacional que no estuvo presente en la reunión del consejo de administración que aprobó las indemnizaciones millonarias de la cúpula de Abengoa, ahora investigada por presunta administración desleal. 

Borrell, que ha comparecido en calidad de testigo junto a otros cuatro consejeros, ha explicado a la sala que no pudo asistir a la reunión del 23 de septiembre del 2015 al estar en Barcelona presentando su libro Las cuentas y los cuentos de la independencia, por lo que delegó su voto en un consejero que apoyó la indemnización del expresidente de la compañía Felipe Benjumea y su ex consejero delegado Manuel Sánchez Ortega.

Además, el exministro ha defendido la valía del que fuera presidente de la multinacional, que fue contratado como asesor tras abandonar este puesto. «El talento hay que pagarlo», ha dicho, además de calificar como una «sorpresa» la quiebra de la compañía. 

Así lo ha explicado el abogado de la Plataforma de Perjudicados de Abengoa, Felipe Izquierdo, que también ha detallado que Borrell ha admitido ante la juez Carmen Lamela haber firmado el nuevo contrato suscrito por los investigados en febrero del 2015.

Respecto a la salida de ambos de Abengoa poco antes de decretarse el preconcurso de acreedores, principal argumento de la acusación de administración desleal, Borrell ha dicho que la situación de la sociedad «fue una sorpresa» hasta julio, cuando comenzaron a sentirse los primeros problemas.

Preguntado acerca de los 11,4 y 4,5 millones recibidos por Benjumea y Sánchez Ortega, respectivamente, el exministro socialista ha insinuado que legalmente a ambos les habría correspondido más dinero de no haberse modificado ese mismo año la normativa sobre remuneraciones de consejeros y directivos, ha relatado Izquierdo.

En este sentido, el letrado de la acusación particular ha revelado que según las cuentas anuales aportadas por la empresa cotizada ante la Comisión Nacional del Mercado de Valores (CNMV), los antiguos miembros de la cúpula habrían percibido una cantidad extra en concepto de indemnización.

Además, ha destacado que, en la misma línea de Borrell se ha mostrado el actual director general de la filial estadounidense Abengoa Yield, Santiago Seage, quien ha defendido el papel de Benjumea como asesor externo de la compañía tras abandonar el cargo de presidente ya que contribuía al bien de los accionistas.

A su salida del juzgado, el que fuera presidente del Parlamento Europeo ha asegurado que su deseo es «colaborar con la justicia y explicar todo lo que sabe, y ha manifestado su confianza en la justicia.

Borrell ha querido destacar que ha declarado ante la juez «en calidad de testigo, como todos los miembros del consejo», para contestar a las preguntas de la juez, del fiscal y de la acusación, y no «para dar ruedas de prensa».

Para mañana están citados otros ocho cargos vinculados al consejo de la energética, entre ellos el ex presidente ejecutivo de Abengoa entre noviembre del 2015 y marzo del 2016, José Domínguez Abascal, y el que fuera exvicepresidente de General Electric Claudi Santiago, que recientemente ha renunciado como consejero dominical.

Como sucediera este miércoles, todos ellos acudirán como testigos en la causa contra Benjumea y Sánchez Ortega, iniciada a partir de la querella de dos bonistas de la compañía, por el cobro de unas indemnizaciones que, según los investigados, pretendían «asegurar su permanencia en el cargo».

Sánchez Ortega también se enfrenta a una acusación por uso de información privilegiada tras fichar por el fondo de inversión Blackrock justo cuando los títulos de Abengoa comenzaron a desplomarse en Bolsa.

Actualmente, Abengoa y sus acreedores ultiman el acuerdo definitivo de reestructuración, con la intención de evitar el concurso.