El racismo de Farage provoca la primera gran deserción en el bando del «brexit»

rita álvarez tudela LONDRES / E. LA VOZ

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Un activista a favor de la permanencia en la UE reparte publicidad en Londres
Un activista a favor de la permanencia en la UE reparte publicidad en Londres LUKE MACGREGOR | Reuters

La conservadora Sayeeda Warsi se harta del odio y la xenofobia de los que quieren irse

21 jun 2016 . Actualizado a las 07:15 h.

Se llama Sayeeda Warsi, es diputada conservadora y, hasta ayer, era una de las figuras de referencia en el bando del brexit, del que ha decidido desertar asqueada por «el odio y la xenofobia» del líder del UKIP, Nigel Farage. Es la primera fractura de relieve que registra el campo euroescéptico, pero no la primera gran división interna que lo sacude, como puso de relieve la reacción airada del ex alcalde de Londres, Boris Johnson, desmarcándose del ataque de Farage contra los refugiados sirios. ¿Está haciendo recapacitar el asesinato de Cox a los partidarios de la salida? ¿Les hace ver que la agresividad que emplean incentiva el extremismo de los más radicales?

Es pronto para saberlo. Aunque ha vuelto a la campaña, el país sigue bajo la conmoción causada por la muerte de la diputada, homenajeada ayer por sus colegas en Westminster. El acto tuvo lugar en una sala de los Comunes llena hasta la bandera y con una butaca vacía que recordaba con una rosa roja y otra blanca la ausencia de Cox. Esa flor blanca, típica de Yorkshire, la provincia de la diputada, simbolizó un raro momento de unión, con el que la clase dirigente británica intentó intentó estar a la altura del dolor de los dos hijos de Cox, su marido, sus padres y su hermana.

El primero en tomar la palabra fue el portavoz del Parlamento, John Berkow, quien describió «la desgarradora tristeza» y «sincera solidaridad» de una Cámara que no tenía pensado reunirse hasta conocerse el resultado del referendo. El primer ministro David Cameron habría sido el siguiente en tomar la palabra, pero en un extraordinario gesto de tributo a Cox, cedió su turno al jefe laborista, Jeremy Corbyn, quien vio en la muerte de la diputada «un ataque a la democracia».

Cameron recordó que conoció a Cox en Darfur en el año 2006 y dijo que le había impresionado que diese la bienvenida a un político conservador, lo que no fue bien visto por todos. «Era típico de su determinación cruzar las líneas de los partidos en asuntos que ella sentía que eran mucho más importantes que las políticas de partido», argumentó.

A partir de ahí, varios parlamentarios siguieron recordando trabajos y hazañas de Cox, de la que trascendió que estaba ultimando un informe sobre el ascenso de la extrema derecha en su país. Fueron muchos los que no pudieron controlar las lágrimas y la emoción. Uno de ellos, Stephen Kinnock, hijo del exlíder laborista Neil y de su mujer Glenys, en cuya oficina en el Parlamento Europeo trabajó Cox hace veinte años, no pudo ser más explícito. Dijo que su amiga se hubiese sentido «furiosa» al ver el póster «que demoniza a cientos de refugiados», utilizado por Farage para promover la marcha de la UE.

El euroescéptico trató de defenderse ayer del diluvio de críticas que recibió por este motivo diciendo que su intención era utilizar ese cartel para señalar que «la UE es un proyecto fracasado en todos los sentidos». No se le ha entendido así y, además, la coincidencia con el asesinato está resultando letal para sus aspiraciones secesionistas.

Además de la marcha de Warsi, hay otra prueba en la reacción de los mercados. La cotización de la libra registró ayer su mayor ganancia en ocho años tras la serie de encuestas que muestran que los británicos son cada vez más propensos a votar por permanecer en la UE.

J. K. Rowling y Ken Loach contra Michael Caine y Roger Daltrey

La artífice de Harry Potter, la escritora J.K. Rowling, criticó ayer la retórica que rodea el referendo sobre la permanencia de Reino Unido en la Unión Europea: definió la campaña como «divisiva y amarga» y pidió «no abandonar una UE que le ha traído a la región más paz y estabilidad de la que nunca conoció». En un escrito en su página web, la escritora comparó la campaña con el proceso de creación de un «monstruo». Hizo una referencia explícita a los argumentos antiinmigración de los que están a favor del brexit y cómo, «en algunos casos», están dirigidos por «racistas». Rowling, que también resumió los argumentos económicos de los favorables a seguir en la UE como «sombríos», se describió a sí misma como «producto mestizo» de Europa, gracias a su mezcla de raíces británicas y francesas.

Rowling no es la única cara famosa partidaria de seguir en la UE, un bando en el que también está el astrofísico Stephen Hawking, quien cree que una salida sería un golpe a la ciencia nacional que se financia en parte con fondos europeos. El empresario y fundador de Virgin, Richard Branson, un brexit sería «uno de los días más tristes de la historia de Gran Bretaña». En su opinión, no hay razones por las qué debería ser amable la UE con Londres si deciden irse. Otro famoso partidario de quedarse es el cineasta Ken Loach, ganador de la Palma de Oro del festival de Cannes 2016. Sostiene que la actual UE es «un proyecto neoliberal, que exige privatizaciones, y lo que le ha hecho a Grecia es horroroso». Sin embargo, cree que la conducirá a un «Gobierno muy escorado a la derecha».

Los partidarios de la salida incluyen al legendario actor Michael Caine, ganador de dos Oscars, para quien Reino Unido «no puede ir haciendo lo que le dictan los miles de funcionarios europeos sin rostro que hacen estas reglas». En la misma línea se sitúa el ex futbolista Sol Campbell, quien sostiene que la UE ha perjudicado al fútbol británico. «A veces veo un equipo inglés con algunos futbolistas extranjeros mediocres y me pregunto: ¿Dónde está el talento inglés? Si pudiéramos controlar quién entra y sale del Reino Unido, atraeríamos a lo mejor de lo mejor», comentó. También el cantante de The Who, Roger Daltrey, milita en el bando del «out».