La corrupción golpea al PP pero ya no le resta más votos

Enrique Clemente Navarro
enrique clemente MADRID / LA VOZ

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Iñaki Andrés | EFE

Los casos del extesorero Bárcenas y el exdirector de la Policía ponen en aprietos a Rajoy

24 may 2016 . Actualizado a las 09:20 h.

Un día sí y otro también los escándalos de corrupción golpean al PP. Los casos de las comunidades de Valencia y de Madrid, con sus ramificaciones, llámense Taula, visita del Papa, Gürtel, Operación Púnica, Granados o Barberá, aparecen y reaparecen con nuevas revelaciones que ponen a la defensiva a los populares. Además, la sombra del extesorero Luis Bárcenas es alargada y también se hace presente periódicamente. Ayer coincidieron dos asuntos muy graves. Por un lado, uno que afecta directamente al PP nacional, ya que deberá pagar en el plazo de diez días la fianza de 1,2 millones de euros que le impuso el juez José De la Mata en mayo del 2015 para cubrir sus posibles responsabilidades civiles en el caso de la caja b del partido. Por otro, el mismo magistrado decidió sentar en el banquillo a Juan Cotino, entre otros acusados, en la pieza del caso Gürtel donde se ha investigado la contratación de las pantallas y megafonía con motivo de la visita del Papa a Valencia en el 2006.

Bárcenas y Cotino no era unos cualquiera en el PP. El primero fue durante muchos años el responsable de sus cuentas, primero como gerente, con Álvaro Lapuerta al mando, y luego como tesorero tras ser nombrado por el propio Mariano Rajoy en un signo de confianza. El segundo fue, nada más y nada menos, que director de la policía y más tarde vicepresidente y consejero de la Comunidad Valenciana.

El propio Rajoy ha reconocido que lo que más daño ha hecho al PP ha sido la corrupción. Incluso se comprometió hace unos meses a no dejar pasar ni una a partir de ese momento. Pero acto seguido situó a Barberá en la comisión permanente del Senado para que se beneficiara del aforamiento, lo que de momento ha impedido su imputación.

Pese a los numerosos casos que afectan al PP, las encuestas reflejan un ligero aumento en sus expectativas electorales de cara a la cita del 26 de junio. Esto indicaría que la corrupción está ya descontada y que las responsabilidades políticas se saldaron en las elecciones del 20D, en las que el PP perdió 63 escaños y más de tres millones y medio de votos.

Cada vez hay más pruebas e indicios que apuntan a la financiación irregular del Partido Popular, a que acudió dopado a varias citas electorales y a que algunos de sus dirigentes se apropiaron de recursos públicos. Y todo esto es muy grave.