Sanders alarga el sufrimiento de Hillary Clinton

Victoria Toro NUEVA YORK / CORRESPONSAL

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JIM URQUHART | Reuters

Su victoria en Virginia no le da opciones de ganar la nominación, pero obliga a su rival a prolongar su campaña con más fondos

13 may 2016 . Actualizado a las 13:04 h.

«Estoy aquí para lograr la nominación a las presidenciales», dijo Bernie Sanders la noche del martes tras ganar las primarias en Virginia Occidental. Esta victoria no disminuye la diferencia del senador de Vermont con su oponente, Hillary Clinton, que sigue muy por delante en número de delegados, pero le da argumentos para no rendirse. El resultado es un nuevo motivo de preocupación para su rival demócrata. Según una encuesta de la CBS, el 44 % de los votantes de Sanders en Virginia Occidental elegirían a Donald Trump si Hillary Clinton fuera la candidata y un 31 % más no apoyaría ni al magnate neoyorquino ni a la exsecretaria de Estado.

La persistencia de Sanders está obligando a Clinton a continuar una campaña agotadora, tanto en fondos como en energía, y a situarse cada vez más a la izquierda. La última muestra pudo verse esta semana cuando la ex primera dama apoyó que a partir de los 50 años los ciudadanos puedan acogerse al servicio médico para mayores que financia el Estado.

A la vez, Sanders se propuso indirectamente como vicepresidente. En una entrevista aseguró: «Creo que los candidatos a presidente y vicepresidente deben abordar las preocupaciones que están en el corazón y la mente de los ciudadanos». A la vez, hizo una advertencia a su partido sobre el peligro de ser demasiado moderados en las generales.

La victoria de Sanders en Virginia Occidental se explica por la demografía de ese estado: pobre, eminentemente blanco y con fuerte dependencia de una decadente industria minera. También sigue poniendo en evidencia los problemas que tiene Clinton para conectar con la clase trabajadora blanca. 

Sondeos preocupantes

Unos problemas que empiezan a reflejarse en las encuestas sobre las elecciones a la Casa Blanca. Según un sondeo de Quinnipiac, Sanders tendría mayor ventaja que Clinton sobre Trump en tres estados clave: Pensilvania, Florida y Ohio. Incluso, en este último, el magnate va por delante de la demócrata. Y esa es una muy mala noticia para ella porque la historia electoral estadounidense dice que desde 1960 nadie ha llegado a la Casa Blanca sin vencer allí.

En el bando republicano, Donald Trump volvió a demostrar el martes que nadie le hace sombra. Había dudas sobre si los electores de Nebraska, que celebró primarias conservadoras, le darían la espalda porque Ted Cruz era el favorito antes de retirarse y el lunes había declarado que, si los votantes se lo pedían, podría volver a la carrera. Pero no fue así, Trump obtuvo allí el 61 % de los votos.

Cualquier incertidumbre que hubiera podido quedar sobre sus posibilidades de lograr la nominación está ya fuera de lugar a pesar de que el Partido Republicano sigue muy dividido. El propio Cruz, como había hecho el presidente de la Cámara de Representantes, Paul Ryan, se niega a respaldar a Trump. Precisamente hoy el magnate inmobiliario se reunirá con los líderes del Congreso: Ryan con el que lleva unos días polemizando a través de Twitter, y Mitch McConnell, el jefe de la mayoría republicana en el Senado que tampoco ha pedido aún el voto para él.