Cisma total en el Frente Nacional francés

fernando iturribarría PARÍS / COLPISA

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PHILIPPE WOJAZER | Reuters

Los Le Pen escenifican su ruptura celebrando por separado la ofrenda a Juana de Arco

09 may 2016 . Actualizado a las 19:42 h.

Duelo de Juanas de Arco en la familia Le Pen. Jean-Marie, el padre, realizó ayer su tradicional ofrenda floral en la estatua ecuestre de la parisiense plaza de Pyramides. Su hija, Marine, honró a la santa emblemática de la identidad cristiana de Francia una hora más tarde ante otra escultura a caballo situada en la plaza San Agustín. La celebración por separado del Primero de Mayo plasmó la ruptura dinástica en el ultraderechista Frente Nacional, que renunció al tradicional desfile y mitin en la plaza de la Opera por las amenazas del autoproclamado Estado Islámico (EI).

En uno de los últimos números de la revista Dar Al Islam, se reproducía una fotografía de la manifestación ultra del Primero de Mayo acompañada de la leyenda: «Reunión de idólatras del FN. Objetivos de primer plano». El Ministerio del Interior se tomó en serio la amenaza y juzgó imposible garantizar la seguridad de la concentración frentista. Debido al riesgo, la dirección del FN suspendió el desfile que organizaba desde hacía 28 años y lo sustituyó por un banquete con 2.500 simpatizantes en un recinto cerrado de La Villette.

Jean-Marie Le Pen, expulsado en agosto del partido del que era presidente honorario, mantuvo la convocatoria ante la estatua con el lema Juana, socorro. En un discurso, ante 400 partidarios, el fundador del FN reafirmó que el abandono del desfile en honor de Juana de Arco se enmarcaba en la «deriva política» del movimiento de extrema derecha en nombre de una «desdemonización» que juzga contraproducente. «Mi exclusión tenía evidentemente una significación emblemática, como la decapitación del rey Luis XVI por los revolucionarios de 1793», pregonó.

A sus 89 años pronosticó que su hija será derrotada en la segunda vuelta de las presidenciales del 2017 y quizás incluso en la primera ronda si no cambia de estrategia. A un año de los comicios, todas las encuestas dan a Marine posibilidades de llegar a la segunda vuelta, y hasta un sondeo vaticina que se proclamaría vencedora si el actual presidente Hollande, es su adversario.

Jean-Marie, cada vez más solo

El acto reflejó el aislamiento que el octogenario dirigente padece en su propio campo. Solo dos personalidades del FN, el eurodiputado Bruno Gollsnich, y su vicepresidenta, Marie-Christine Arnautu, desafiaron la advertencia de sanciones disciplinarias por parte del Estado mayor a quienes secundaran una concentración que se considera hostil a las tesis oficiales. Estos casos serán examinados en la reunión del buró político del partido, anunció el secretario nacional, Nicolas Bay.

La renuncia de Marine al mitin de la Opera no evitó que su acto alternativo se viera alterado por las Femen. Media docena de activistas con los pechos al aire abrieron botellas de champán donde se reunieron los frentistas al grito de Viva el final del FN, antes de ser detenidas por las fuerzas del orden.

En su alocución a la militancia ultraderechista, Marine Le Pen declinó el lema La Francia sosegada que preconiza y proclamó que «la necesidad imperiosa del país es la unión de los patriotas para constituir la mayoría que Francia necesita». «Continuaré llamando al conjunto de los franceses sin excepciones, vengan de la izquierda o de la derecha, siempre que lleven a Francia en el corazón», dijo la líder que se presenta como alternativa a las fuerzas que se suceden en el poder.

Los sindicatos mantienen el pulso a Hollande en la calle

Los sindicatos contestatarios franceses mantuvieron ayer el pulso callejero para obtener la retirada de la reforma laboral del Gobierno de izquierdas mientras que las centrales reformistas organizaron mítines en los que reiteraron su intención de arrancar mejoras del texto cuyo debate comienza mañana.

Las manifestaciones del Primero de Mayo, con algunos altercados violentos en París, plasmaron la división sindical en torno a un proyecto de ley que la ministra de Trabajo, Myriam El Khomri, consideró «justo y necesario». Según el Ministerio del Interior, unas 84.000 personas se manifestaron por toda Francia, algo más que las 76.000 contabilizadas el año pasado. En París, donde desfilaron cerca de 70.000 personas según la CGT, y 17.000 en el cómputo policial, unos 300 individuos encapuchados y con cascos lanzaron proyectiles contra las fuerzas del orden, que replicaron con cargas y gases lacrimógenos. Los alborotadores, que portaban una pancarta con el mensaje: Seamos ingobernables, actuaron al grito de «todo el mundo detesta a la policía». En el resto del país apenas se produjeron algunos incidentes aislados que rompieron el buen transcurso de las manifestaciones del día del trabajador.

En Rennes varios jóvenes pintaron de rojo la pasarela donde el jueves un universitario perdió un ojo por el impacto de una pelota de goma y formaron con letras el mensaje: La policía mutila. Poco después, unos 300 manifestantes irrumpieron en un cine del centro de la ciudad y forzaron la suspensión de la proyección matinal. En Marsella, cuatro personas que participaban en la marcha reivindicativa fueron detenidas cuando llevaban ocultas piedras y bolas de petanca.

La ministra de Trabajo se mostró confiada en que la aprobación parlamentaria de la reforma salga adelante, pese a las discrepancias aparecidas en las bancadas de la mayoría gobernante. «Cada vez hay más diputados, especialmente entre los socialistas, que reivindican este proyecto de ley. Una reforma que es apoyada tanto por los sindicatos llamados reformistas, que representan a una enorme mayoría de asalariados, y un gran número de diputados progresistas», declaró El Khomri.