Lolo Angeriz sufre en las paredes de su negocio de hostelería de Paiosaco (A Laracha) y en su domicilio insultos homófobos. Dice que su condición sexual, su vida privada y la de su pareja no deberían ser motivo de este tipo de «delitos de odio».
Sí, se pone cada noche. Nos lo recuerdan esos que no valoran lo que es disfrutar de un buen atardecer. Cada tarde-noche es una nueva oportunidad. Una gama de colores diferente nos recuerda que que hemos agotado un día más. Y que ya queda menos para el siguiente