La Voz de Asturias

Tragos con un toque de magia líquida: así es la nueva coctelería inspirada en la alquimia de Oviedo

La Voz de Oviedo

Esther Rodríguez Redacción
El ovetense Jorge Serrano lleva metido en el mundo de la hostelería desde el año 2010 y a día de hoy cuenta con dos coctelerías

El bartender Jorge Serrano acaba de abrir las puertas de este local donde «lo imperfecto se convierte en perfecto». El ovetense completa así la oferta gastronómica de su ciudad natal que no deja de crecer

02 Jul 2024. Actualizado a las 09:34 h.

Jorge Serrano estudió la carrera de Derecho pero cuando le llegó el momento de adentrarse al mundo laboral se dio cuenta que esta formación «no tenía salida», laboralmente hablando. Como tampoco le «motivaba especialmente» ejercer de ello decidió buscar qué hacer realmente con su vida. Entre medias hizo un curso de hostelería en Oviedo y para su sorpresa le llamó encarecidamente la atención esta profesión. «Me dieron un par de tips que me motivaron a tirar por ese camino», asegura el ovetense, quien decidió especializarse en el mundo de la mixología.

Se empleó en varias coctelerías de la capital asturiana hasta que se dio cuenta de que «en Asturias no había suficiente formación» para poder llegar a donde él quería. Tenía realmente «interés, pasión y amor suficiente» para dedicarse profesionalmente a esta rama de la hostelería. Es por este motivo que decidió hacer las maletas para ir a trabajar fuera de la región y así seguir aprendiendo de la mano de grandes bartenders. Trabajó durante un tiempo en Barcelona y después en Londres. Y tras contar ya con una amplia experiencia fue su mujer quien lo animó a abrir las puertas de su propia coctelería.

Así hizo. Regresó a Asturias y siguiendo los consejos de su esposa inauguró en Avilés, Meeting Point, un negocio especializado en el arte de mezclar destilados del que el hostelero Fran Campa también es socio. Después de ocho años al frente de este local y a ver el éxito que estaba y está teniendo en la villa marinera, donde se ha convertido en parada obligatoria de quienes valoran un buen trago, Jorge se dio cuenta de que era ya el momento de que sus mezclas traspasasen fronteras.

El equipo de La Alquimia está conformado por «grandes profesionales» que en la mixología su pasión

Decidió por tanto abrir las puertas de otra coctelería. En este caso, en su ciudad natal, Oviedo. «Aprovechando que este año es capital gastronómica y con la llegada del AVE, vi que era la oportunidad perfecta para hacerlo», asegura antes de confesar que su intención no es quitar clientela al resto de coctelerías de la ciudad sino «todo lo contrario». «Aquí (en la capital asturiana) ya hay coctelerías haciéndolo muy bien y creo que cuantas más haya es mejor porque así generamos cultura», manifiesta el bartender a sus 42 años.

La que es ya su segunda casa lleva por nombre El Alquimista y se encuentra ubicada en el local que hace esquina entre la Avenida de Galicia y la calle Catedrático Miguel Traviesas, donde antiguamente se llegó a situar una de las tiendas de Camilo de Blas y una de las agencias de Viajes El Corte Inglés. «Aposté por esta zona porque siempre me gustó. Hay muchísima restauración conocida y de calidad, además con mucha variedad, y creo que somos el complemento perfecto que faltaba para esa primera copita de calidad, cóctel y demás», dice.

Desde que abrió sus puertas hace una semana la acogida por los ovetenses está siendo buena. Y no es de extrañar porque si hay algo que está caracterizando a esta coctelería es su atención al público. «Recibimos al cliente como si fuese su última experiencia. Nuestro objetivo es dar un servicio como si fuera de hotel, muy personal, porque al final es local es muy bonito y todo lo que tú quieras, pero la gente solo va a volver por el trato que le des», confiesa Jorge.

En La Alquimia cuidan mucho la presentación, es por este motivo que utilizan recipientes especiales para servir sus cócteles

En este sentido el bartender señala que su principal propósito y el de su plantilla, conformada por expertos en el arte de mezclar destilados con una notable trayectoria, es «educar» al consumidor. «Lo bonito es que un cliente te venga con un total desconocimiento y que tú consigas con el tiempo que te pida las cosas como si lo llevara tomando toda la vida», reza. Pero para eso, «tienes que ser profesional y un poco prescriptor también de lo que haces», asegura.

De los combinados históricos a los que tienen un «punto gastronómico»

En esta coctelería donde «lo imperfecto se convierte en perfecto» sirven desde cócteles clásicos como puede ser una Margarita, un Dry Martini o un Manhattan hasta los tragos más exóticos basados principalmente en el foodpairing o lo que es lo mismo aquellos en los que la bebida se mezcla con el sabor de los alimentos. «Siempre viajo mucho y estoy todo el día comiendo, entonces pienso mucho en cómo se podrían llevar esos sabores al cóctel», dice Jorge, quien se encarga de dar ese «punto gastronómico» a aquellos combinados cuyas recetas son ya más que históricas.

Entre estos cócteles de autor se encuentra el Pato a la naranja, la Mula Campestre o el Old Fashioned con sabor a lotus, entre otros peculiares tragos como puede ser la margarita al taco pastor. «Este cóctel tiene la base de la margarita clásica, pero le damos un toque de cilantro, piña y cebolla con una especie de mezcla con vinagre y azúcar. El reborde de la copa en vez de llevar sal, lleva una especias para, cuando realmente te lo estés bebiendo, te recuerde al taco», explica el profesional

Para conseguir estas mezclas de lo más curiosas en La Alquimia utilizan todo tipo de técnicas, desde el centrifugado hasta la redestilación, pasando por la utilización de nitrógeno líquido. Hasta elaboran ellos mismos el hielo que utilizan para enfriar los combinados. «Son todo elementos diferenciales que juntan con la atención que ofrecemos lo que tratamos es generar una experiencia única», señala confiado.

Algunos de los platos que sirven en La Alquimia para que quien lo desee puede acompañar así sus tragos

Sirven también cócteles sin alcohol preparados «con el mismo amor y cariño» que los que llevan destilados. «Para darle ese punch o potencia que puede tener un combinado que lleva alcohol usamos almíbares elaborados por nosotros mismos, zumos, sodas, kombuchas o incluso refrescos que también nosotros gasificamos», resalta. Preparan además café de especialidad y cuentan con una amplia gama de cervezas.

Pequeños bocados para acompañar los tragos

Y para que la experiencia en La Alquimia sea «completa» en la oferta gastronómica también figuran «bocados de ambrosía». Entre los snacks que preparan uno puede pedir burrata con confitura de tomate, parmesano e inyección de pesto, sandwich de pastrami y hasta anchoas ahumadas. «De esta manera conseguimos también retener a los clientes», apostilla Jorge, quien considera que el contenido del local «está igual de logrado» que el continente. Y no le falta razón, puesto que a la decoración del establecimiento no le falta detalle.

El local está ambientado en la alquimia, la ciencia empírica cuyos objetivos son, entre otros, la  fabricación del elixir de larga vida

Ambientado en la alquimia, de ahí su nombre, «en los trabajos realizados por aquellos botánicos que antiguamente tenían que estar en las reboticas escondidos para poder investigar y crear productos con fines medicinales», el local tiene hasta una bañera partida a la mitad que hace la función de asiento. «Como de aquella no había destiladoras ni nada, las ginebras y demás alcoholes se hacían en una bañera», dice Jorge antes de señalar la parte delantera de la barra, la cual simula los «pequeños cajones» de una farmacia.

«Si te das cuenta hicimos además un guiño a la cultura japonesa, con las flores de cerezo y la geisha, porque en Japón fue donde también se realizaron los primeros remedios utilizados con alcohol, se hacían para garantizar lo que llamaban la longevidad o vida eterna», apunta el bartender, quien realmente estuvo cuatro meses trabajando a destajo para poner a punto el local con el objeto de que quienes pongan un pie por primera vez en el mismo admiren por completo su interior.

«Estuve también muchísimos años formándome porque evidentemente en este mundo no hay garantías de nada pero, si realmente sabes bien lo que haces, vas a llegar al éxito», resalta confiado en que La Alquimia se convierta en más pronto que tarde en una de las paradas obligatorias de aquellos que valoran un buen trago y les encanta disfrutar un buen cóctel en compañía de sus seres queridos. «Queremos que los clientes vuelvan una y otra vez y que también lo recomienden», reza.


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