Así es la carta del restaurante que prepara el mejor rollo de bonito de Gijón

El pasado 4 de septiembre Casa Julio coronaba el podio en el I Concurso de rollo de Bonito de Gijón, celebrado en el Pueblo de Asturias. Un galardón, enmarcado dentro de las jornadas gastronómicas de Gijón Bonito, que Pablo Blanco y su madre, Geli Peláez, recibieron con mucha «ilusión». El secreto de su éxito, «una receta muy antigua de Luanco» que la madre de Pablo ha ido adaptando con el tiempo.

Casa Julio abrió sus puertas hace ya 24 años en un local situado en la calle Río Eo. «Anteriormente, el local ya era un referente en el tema de la parrilla aquí en la zona, pero con el tiempo nosotros hemos ido evolucionando con nuevos platos. Queríamos darle una visión un poquitín diferente a lo que es la parrilla, no solo centrándonos en las costillas», explica Pablo. La carta de este negocio familiar se caracteriza por una cocina tradicional combinada con platos un poco más «elaborados, sin salirnos del producto básico».

Entre sus elaboraciones más conocidas se encuentra el rollo de bonito. El secreto del éxito de este plato se debe a dos factores, según explica Pablo. En primer lugar, «una receta muy antigua de Luanco que nos pasaron mis suegros y que mi madre actualizó para darle un poco más de jugosidad», y en segundo lugar, «el sabor a bonito. Para mí lo prioritario del rollo es que no haya ingredientes que enmascaren el sabor del bonito. Mucha gente considera el rollo de bonito como una albóndiga seca, pero cuando la gente prueba el nuestro, se da cuenta de que es diferente a todo lo que probaron por ahí».

Este plato les ha llevado a conseguir el primer premio en el I Concurso de rollo de Bonito de las jornadas gastronómicas de Gijón Bonito. Y, aunque sabían que tenían posibilidades de ganar o, al menos, de estar en la final, «no sabíamos qué nivel tenían el resto de competidores». Pablo Blanco asegura que él tan solo acompañó a su madre a la entrega del galardón, porque «realmente ese premio es suyo. Ella es la artífice de todo. La receta, al final, es suya». Geli Pelaéz estuvo «toda su vida vinculada a la hostelería» y, tras varios años regentando Casa Julio junto a su hijo, decidió jubilarse, pero su receta aún se sigue a rajatabla. «Ahora tiene 80 años y este premio lo agredece mucho».

Casa Julio ya había formado parte en anteriores ediciones de las jornadas Gijón Bonito y tras hacerse con el título, no dudan en repetir el año que viene. «Es una cita en la que tenemos que estar. Nos gusta mucho vender bonito, porque es un producto que demandan mucho aquí en el local cuando empieza la temporada y con el tiempo se ha ido haciendo muy famoso entre la clientela». Ahora, Pablo espera que su rollo de bonito llegue a otras zonas de la ciudad y «que nos conozcan en barrios más periféricos al nuestro, quizá gente de El Centro o de Viesques que aún no lo han probado».

El rollo de bonito no es el único plato de éxito de Casa Julio. Otros de los platos «referentes» del local «que demandan mucho los clientes» son los chipirones afogaos, la parrillada de verduras, o los fritos de bacalaos, acompañados con una salsa de piquillos y cebolla caramelizada. «Trabajamos con buen producto en todo lo que son tapas e intentamos que la materia prima sea de buena calidad como, por ejemplo, carnes con IPG (Identificaciones Geográficas Protegidas) o calamares frescos», asegura el propietario.

Carta de Casa Julio

La carta de Casa Julio ofrece una gran variedad de opciones. Entre las entradas frías destacan la tabla de embutidos, la cecina de Wayu o el pastel de cabracho a las dos salsas. En las entradas calientes, los calamares fritos de potera, los Chipirones Guays o las croquetas de cecina y queso de cabra también llaman la atención. Aunque los amantes de lo tradicional podrán probar su chorizo a la sidra, el pote asturiano, la fabada o la sopa de marisco.

Entre sus ensaladas, destacan también la de quesos con crema de queso de hoja y compota de manzana o la ensalada templada de pulpo. Para los amantes del arroz, Casa Julio presenta tres opciones: el arroz con almejas, el arroz con bugre y la paella de marisco, todos ellos exigen un mínimo de dos raciones.

Los amantes de los platos del mar lo van a tener difícil para tomar una decisión. Entre sus mariscos seleccionados se encuentran la almeja extra grande de Carril a la plancha o a la marinera, los langostinos al ajillo, las zamburiñas y la parrilla de mariscos. Entre sus pescados destacan, como no, el bonito, la merluza, la lubina, el besugo y el bacalao, entre otros.

Las opciones de parrilla también son varias, para dos personas, el plato Parrillero y el Parrillero Selecto; de 3 a 4 personas, la parrilla de carnes o la de carnes selectas. Y para los amantes del cachopo, Casa Julio ofrece el tradicional, de jamón ibérico de bellota y queso, o el de cecina y queso de cabra con cebolla caramelizada y compota de manzana.

Para quienes les cueste decidirse, Casa Julio propone dos opciones de menús cerrados para dos personas. Por 58 euros, el menú parrillero incluye cecina del valle del Esla, Chipirones «guays», plato parrillero; postre a elegir entre tarta de queso o arroz con leche; bodega a escoger entre una botella de vino de Rioja joven o 2 botellas de sidras. Por 70 euros, el menú parrillero selecto ofrece cecina de Wayu, mejillones a la marinera, plato parrillero selecto con entrecot, picaña y churrasco Black Angus. Entre los postres a escoger se encuentran tarta de la abuela o tocino de cielo. En el caso de la bodega, se presentan las mismas opciones que en el menú anterior.

No hay comida que no se aprecie sin buen dulce, por ello este restaurante gijonés, ofrece de una amplia selección de postres caseros. Entre ellos, flan con nata, arroz con leche, tarta de queso, de la abuela, la de almendras o la tarta María Luisa. Quienes prefieran acabar la comida con un sabor más potente, el queso manchego, el tres leches de Pría o el cabrales serán las opciones perfectas.