Así hace Pilar Meana la mejor fabada del mundo en Avilés: en olla ferroviaria, con fabas de Pravia y compango que «haga sudar»
Sabe bien
La cantina de Villalegre recuperó este año para Asturias el prestigioso galardón. Para la cocinera fue una sorpresa absoluta que llegó cuando ya no lo esperaba
28 Apr 2024. Actualizado a las 11:49 h.
La avilesina Pilar Meana se siente «abrumada» por la repercusión que le ha supuesto ganar hace unos días el concurso de La Mejor Fabada del Mundo 2024, con una receta que elaboró en la olla ferroviaria que utiliza habitualmente en La cantina de Villalegre, en Avilés, ubicada en una estación de tren.
La olla ferroviaria o putxera es un utensilio elaborado con hierro fundido preparado para resistir altas temperaturas, en el que se cocina lentamente con el calor generado por el carbón depositado en la parte inferior, un invento de principios del siglo XX de los ferroviarios que hacían el traslado de este mineral desde La Robla, en León, a los altos hornos de Bilbao.
Los ferroviarios, en aquellos viajes en tren que duraban 11 horas, descubrieron que podían «meter el carbón en una lata y a la vez cocinar», ha explicado Meana, para quien se trata de «una cocina de carbón en miniatura, un poco más evolucionada» que proporciona fuego «muy bajo», ideal para elaborar la fabada.
Meana, finalista en tres ediciones del concurso La Mejor Fabada del Mundo utilizando «siempre» la misma legumbre y compango (el chorizo, la morcilla y el tocino que acompañan a las fabas), se decantó este año por emplear la olla ferroviaria tras percatarse de que a la gente «le encanta» el resultado de los guisos que realiza en ella.
Empezó a usar esta olla hace tres años, cuando adquirió la primera después de que la «descubriera» en internet su marido, que «es muy de investigar» y se hiciera la pregunta de qué era ese artilugio que «encajaba tan bien» con la cantina del tren, ubicada frente a la estación ferroviaria avilesina.
«Es maravilloso poder poner las ollas en la puerta de casa o llevarlas a donde quieras haciéndolas funcionar con carbón o madera, sin necesidad de disponer de gas o electricidad», ha asegurado.
La faba que usa la ganadora del concurso procede de Pravia y es «muy mantecosa, cremosa, no rompe y nada pellejona», sin duda el «primer ingrediente principal» del plato, que elabora con «agua filtrada, nunca del grifo para evitar la cal».
Para alcanzar el éxito de la fabada, Pilar Meana propone un compango que «haga sudar» al comensal, especialmente una «buena morcilla asturiana».
El proceso de elaboración lo inicia poniendo a cocer el tocino de hebra y el chorizo, a los que añade la faba; una vez que alcanzan la ebullición desespuma y a continuación integra el azafrán, el pimentón y la papada ibérica para dar paso a un lento proceso de cocción, en el que aguarda el momento de poner la morcilla hasta media hora antes de dar por finalizado la elaboración del plato.
Entre tanto, retira parte de la grasa, que reserva por si necesita poner alguna a la hora de servir el plato, para darle «ese toque de color o potencia de aroma». La ganadora del concurso no tiene olla rápida: «Me niego, en mi cocina no existe pero entiendo que es muy práctica para la gente que trabaja».
Después de que el vencedor del pasado año fuera Mesón sidrería Arturo, de Madrid, Pilar Meana se siente «superfeliz de haber reconquistado» para Asturias el título que acredita a quien elabora la mejor fabada, un plato que «merece la pena ser degustado» en cualquier parte del mundo.
«Aunque el cachopo gusta mucho, de momento a la fabada no hay quien la destrone», ha asegurado sobre un plato «único».
Sorpresa al ser proclamada ganadora
La proclamación de Pilar Meana el pasado 16 de abril como ganadora del certamen La Mejor Fabada del Mundo 2024 supuso una sorpresa absoluta para la avilesina, cuando ya estaba sumida en la decepción al no escuchar su nombre entre los ganadores del segundo y tercer premio, ni tampoco en la distinción al mejor compango.
«Ya no me esperaba nada y estaba supertriste», ha revelado Meana, que entiende que todos los aspirantes van con «la artillería pesada y el mejor platazo porque es la final».
«Lo primero que pensé fue en mi madre, que hace tiempo que ya no está conmigo, pero percibí ese amor y ese olor de la fabada que ella siempre tenía sobre la cocina de carbón en nuestras casa familiar en el barrio de pescadores de Avilés, donde vivíamos», ha revelado en declaraciones a la agencia EFE.
Para sacarse una «espinita clavada», Meana pide a la alcaldesa de Avilés, Mariví Monteserín, que le lleve a San Agustín de la Florida, la ciudad estadounidense hermanada con la asturiana, para cocinar allí la mejor fabada del mundo.