¿Es un sacrilegio la fabada de almendras de «Masterchef»?
Actualidad
Las redes sociales arden con una propuesta de Jordi Cruz en la semifinal de «Masterchef» que sustituye les fabes e incorpora cecina
30 Jun 2017. Actualizado a las 09:39 h.
Quién es el nuevo Masterchef España fue una incógnita que anoche quedó empañada por otra: qué es una fabada de almendras. El reality de cocina más seguido del país celebraba su final entre críticas del público por ciertos favoritismos y una búsqueda más de un producto de márketing que de cocineros con auténtico potencial, pero eso quedó en un segundo plano cuando en la prueba de la semifinal presentaron los platos que debían elaborar los tres aspirantes. Se trataba de un menú elaborado por Jordi Cruz -chef con dos estrellas Michelín a la par que jurado del concurso televisivo- que incluía, entre otras elaboraciones sofisticadas una fabada, pero no una fabada cualquiera. Ésta ha servido para que algunos pidieran la independencia de Asturias, o cuanto menos la Reconquista.
Se trataba de una fabada de almendras. Algo que para algunos, especialmente los seguidores de la cocina asturiana, es poco menos que un sacrilegio a nuestros fogones. Las reacciones no se hicieron esperar y las redes sociales ardieron. Casi tanto como cuando Ferrán Adrià declaró en una entrevista a LA VOZ DE ASTURIAS que el cachopo no dejaba de ser una croqueta. Ahora, un paisano suyo, ha utilizado el plato más característico de la gastronomía del Principado para dar una vuelta de tuerca y crear algo que, cuanto menos, es polémico: fabada de almendras con compango, lágrima y rabito ibérico con aire de picada. Antes siquiera de que al chef le diera tiempo a explicar el plato ya había voces que desde Twitter pedían que a Jordi Cruz se le declarara persona non grata ante semejante despropósito. «Fabada no hay más que una. Si le metes almendras será sopa, pero no fabada», aseguraba un tuitero con convencimiento, mientras otros sugerían probar a añadirle longaniza de Avilés o a preparar una fabada de langosta.
Otros directamente invocaban el espíritu de la Reconquista y llamaban a la independencia astur por «la aberración» que estaban viendo en sus televisores. «Vuelve, Rey Pelayo, vuelve, yo te invoco», decía un usuario mientras que otro llamaba a pasar a la acción y a quedar en Campomanes para defender la cocina asturiana. Ya se sabe que aquí con la comida, bromas, las justas. «Esto está casi al nivel del cachopo con canela», apuntaba un seguidor del programa, recordado precisamente otro de los despropósitos vividos en anteriores ediciones de «Masterchef» cuando plantearon a los aspirantes que hicieran su propia propuesta de uno de los platos más populares de la cocina asturiana y a uno se le ocurrió aderezarlo con canela.
Qué lleva la fabada de almendras
Al margen de la revolución que se estaba formando en las redes sociales el reality seguía con su programa y Jordi Cruz explicaba en qué consistía la fabada de almendras. Por si a alguien le apetece probar a hacerla que sepa que «la clave es la transformación», según explicó el propio chef. «Haremos los elementos parecidos al compango de la fabada», aunque él ahí incluía chorizo y cecina, un ingrediente que no forma parte de la receta asturiana, como recordaron varios seguidores del programa. Se «infusiona» ese compango y ahí se confitan las almendras «hasta que tengan textura de alubias». Se completa con carne de cerdo ibérico y aire con sabor a la picada, «un sabor muy catalán», según el cocinero. Y, por último, se añaden flores comestibles.
Los encargados de probar la fabada de almendras, que tuvo que elaborar Elena, fueron ocho miembros de la Real Academia de Gastronomía. Aseguraron que se había conseguido la textura de alubias en la almendra. Bueno, divertido e imaginativo fueron algunos de los calificativos que usaron para describir la elaboración. «Parece que estamos comiendo un plato que existía hace muchos años», apuntó una de las comensales. Al otro lado de la televisión las impresiones de la fabada de almendras no era tan buena.