Comarca de la Sidra: esencia asturiana entre flores de manzano

La Comarca de la Sidra ofrece una gran variedad de atractivos con la cultura de la sidra como punto de partida. Desde cultivo de la manzana —con la deslumbrante floración de los manzanos— hasta la recogida de la manzana, su proceso de transformación en sidra y -evidentemente- su degustación en la que el escanciado como símbolo acompaña a toda una manifestación cultural que aspira a ser declarada Patrimonio Mundial por la UNESCO. Paisajes rurales y de montaña, pueblos marineros y una costa en la que la Ría de Villaviciosa y las huellas de dinosaurios aportan un singular valor añadido.

Cultura sidrera

La sidra es un emblema en la cultura y la gastronomía de Asturias, y en esta comarca que lleva su nombre se puede seguir todo su ciclo desde que la manzana está todavía en flor hasta que se consume (escanciada en el caso de la sidra natural, servida desde la botella que se sitúa en lo más alto de un brazo extendido en vertical para caer y «romper» el borde del vaso). El Museo de la Sidra (Nava) es un buen punto de partida para acercarse a la cultura sidrera asturiana y participar de todo lo que representa sin perdernos ninguna de sus referencias.

Una de estas es el Festival de la Sidra, también en Nava, que cada mes de julio congrega en esta villa a miles de personas y que otorga uno de los galardones más prestigiosos a los productores de sidra asturianos, el Premio a la mejor sidra elaborada en Asturias. Villaviciosa tiene su propio Festival de la manzana de carácter bianual y que, como el primero, ha sido declarados de interés turístico. En el marco de ambos se celebran campeonatos de escanciado.

Todas las primaveras se puede disfrutar en la comarca de la Semana de la floración del manzano, visitas guiadas a las plantaciones de manzanos de todos los municipios para observar los paisajes maravillosos pintados por las flores de los frutales. No son pocos los establecimientos de esta Comarca los que participan de la iniciativa del club de producto Sidraturismo que, combinando propuesta de alojamientos, hostelería y productores aporta nuevas maneras de acercarse y disfrutar del mundo de la sidra.

En esta Comarca también se encuentran las instalaciones históricas de sidra El Gaitero que, desde finales del siglo XIX, llevó la fórmula de la sidra espumosa por todo el mundo.

El mar

Varios de los municipios que integran la Comarca de la Sidra están asomados al mar y cuentan con dos villas marineras con un extraordinario encanto. La primera, Llastres, en el municipio de Colunga, ha sido fotografiada y filmada en incontables ocasiones reflejando sus casas escalonadas; al igual que Tazones, en el concejo de Villaviciosa, un pequeño puerto que fue el primer lugar en el que pisó tierra el rey Carlos V al llegar a España en el siglo XVI. Este hecho se conmemora todos los años en el mes de agosto con una representación teatralizada de la llegada del que acabaría siendo uno de los hombres más poderosos de su tiempo, la fiesta del Primer desembarco de Carlos V, declarada de Interés Turístico.

En la capilla de San Roque, situada en un alto en la villa de Llastres, podemos disfrutar de unas vistas espectaculares del paisaje costero; también en el Faro de Lluces, situado en el pueblo del mismo nombre en el concejo de Colunga: lugar de visita obligatoria para los amantes de los paisajes costeros. Está asomado a acantilados espectaculares y tiene una vista privilegiada de toda la costa de la comarca. El surf es otra de las referencias de esta comarca, con Rodiles como una de las principales mecas para la práctica de esta disciplina deportiva que ya es olímpica. Aquí no podemos, al otro extremo de la desembocadura de la ría de Villaviciosa el pintoresco Puerto de El Puntal.

Arte, historia, cultura

El itinerario de la costa del Camino de Santiago es uno de sus ejes, contando además con una desviación que permite conectar este itinerario con el Camino Primitivo que comienza en Oviedo/Uviéu. De los primeros tiempos de este Camino nos encontramos -entre otras- con edificaciones prerrománicas como San Salvador de Valdediós y San Salvador de Priesca, en Villaviciosa, o la iglesia de Santiago de Gobiendes, en Colunga, una de las últimas muestras de este estilo arquitectónico, ubicada en un alto con el mar de fondo. El románico tiene, asimismo, una de las mayores y mejores muestras arquitectónicas de toda Asturias: Santa María de Narzana, en Sariego; Santa María de la Oliva, San Juan de Amandi y Santa María de Llugás, en Villaviciosa; San Julián de Viñón, en Cabranes, y Santa María de Suares, en Bimenes.

Son muchas las localidades en las que nos podemos encontrar construcciones palaciegas y casonas de indianos; con ejemplos como la Casa de los Hevia de Villaviciosa, hoy convertida en Casa de Cultura, los palacios de La Cogolla y de La Ferrería, en Nava; el Palacio del Marqués de Casa Estrada, en Bimenes, el de Vigil-Quiñones en Sariego y el Palacio Estrada, la Casa de los Pablos o el Palacio de los Alonso Cobián, en Colunga.

Asimismo, en Bimenes podemos hacer la Ruta de los molinos, una muestra etnográfica con cinco molinos en apenas 3 kilómetros de un paisaje natural de extraordinaria belleza, que nos transporta a una época en la que el río era fuente de riqueza en una economía de subsistencia. En el mismo municipio, concretamente en la localidad de Suares, se encuentra la Casa de Les Radios que alberga dos colecciones, una de 340 piezas entre gramófonos, gramolas, micrófonos o discos y otra de 144 receptores de todas las épocas. Lliberdón, en Colunga, además de contar con edificaciones señoriales de enorme atractivo, alberga un centro de interpretación en memoria de Ramón García Tuero, que llevó el nombre de esta localidad a la fama (conociéndosele como el gaitero de Lliberdón o de Libardón) a través del sonido de su gaita.

Y en Cabranes se encuentra el Museo de la Escuela Rural de Asturias, desarrollado en una escuela construida en 1908, que ilustra la vida de otros tiempos en un concejo del interior de Asturias, y que consta de dos espacios. En la primera planta, «El hogar», con mobiliario y enseres propios de una casa de aldea asturiana, y en la segunda, «La Escuela», con un aula documental y la recreación de un «Aula del ayer» con pupitres, enciclopedias, mapas, etcétera.

En este mismo municipio, concretamente en la localidad de Torazu, galardonada con el premio Pueblo Ejemplar de Asturias, se celebra a finales del mes de agosto las Fiestas del Carmen, declarada de interés turístico, declaración que también tiene la fiesta de San Pedrín de la Cueva (Sariego), en la que se celebra una misa en asturiano dentro de una cavidad rocosa.

Dinosaurios

El Museo del Jurásico, situado en la llamada Rasa de San Telmo, muy cerca de Llastres, nos transporta a una época, hace millones de años, en la que los dinosaurios poblaron estas tierras. Con réplicas de aquellos animales colosales a tamaño real situadas por todos los alrededores del espacio museístico, es posible hacerse a la idea de sus colosales dimensiones. Ya en el interior del museo -que tiene forma de huella de dinosaurio- accederemos una información valiosa y muy completa de la vida de estos seres. El museo se encuentra en plena «Costa de los Dinosaurios», un tramo del litoral asturiano que cuenta con huellas fosilizadas de dinosaurios -algunas de las de mayor tamaño descubiertas en todo el mundo- con enclaves como el de la playa de La Griega. Hoy podemos Hoy es posible contemplar estas huellas, que se encuentran a poco más de medio kilómetro del arenal, y a las que se llega fácilmente a través de una senda.

Naturaleza

La Comarca de la Sidra está situada en un lugar privilegiado, asomada al mar y junto a paisajes hermosos de montaña. Entre las formaciones montañosas destaca la Sierra del Sueve, caracterizada por su abrupto ascenso desde la costa. En tan solo 3 kilómetros, la altitud se incrementa en más de 1.000 metros, creando un contraste impresionante entre el mar y las montañas. El Picu Pienzu, un imponente pico que se eleva a 1.161 metros, es la cima del Sueve y constituye todo un símbolo en la comarca. En la sierra se encuentran bosques antiguos y espacios abiertos donde pastan gamos y asturcones — raza autóctona de caballos de corta alzada - que le confieren un encanto especial. El Centro de Interpretación de la Sierra del Sueve, situado en Gobiendes, es un buen lugar para acercarnos a esta singular sierra volcada sobre el mar.

Otro espacio natural de gran valor es la sierra de Peñamayor, donde en las primeras jornadas de otoño se puede disfrutar con el espectáculo de la berrea de los venados. Una zona de Peñamayor, Les Praeres, en Nava, se ha convertido además en territorio de gestas deportivas, al acoger la llegada de una etapa de la Vuelta Ciclista a España. En Fayacaba, Bimenes, podemos acercarnos a esta sierra practicando la escalada.  En Cabranes se encuentra Peñacabrera, área recreativa con un mirador que nos permite admirar una amplia panorámica de los concejos de Cabranes y Villaviciosa. En Sariego el Picu Fariu es uno de sus imprescindibles, junto a un capricho de la naturaleza muy singular: un lugar de interior en el que brota agua salada, la Fuente del Pozu Saláu.

Imposible no hacer referencia a la Reserva Natural Parcial de la Ría de Villaviciosa, un estuario de alto valor ecológico en el que destaca su vegetación halófila y subhalófila, así como su excepcional condición como punto de avistamiento de fauna; sin duda uno de los lugares más privilegiados para los amantes de la ornitología.

Gastronomía

La comarca es una gran despensa ecológica en la que disfrutar productos de la huerta y del mar, especialmente en sus numerosas jornadas y certámenes gastronómicos.

Santolaya, la capital de Cabranes, es también es la capital del arroz con leche al organizar cada primavera un prestigioso y concurrido festival, en el que además de elegir el mejor elaborado de los muchos que se presentan al concurso, se celebra también un mercado tradicional y numerosas actividades.

Torazu (Cabranes), tiene lugar un acontecimiento gastronómico muy pegado a la tradición, el Festival de la Boroña de Forna, en el que se consume un producto típico asturiano, la boroña. Elaborada aquí de un modo singular, al horno entre hojas de berza, está hecha con harina de maíz y suele ir rellena de productos como el chorizo, el tocino o el jamón.

Y en Quintes y Quintueles, en el municipio de Villaviciosa, se celebran también en primavera las jornadas gastronómicas de la llámpara, que reúnen cada año a una multitud de comensales. Finalmente, Camoca, en Villaviciosa, celebra todos los veranos una feria en torno a uno de los frutos más preciados en la comarca, la nuez.

Integrado por los concejos de Bimenes, Cabranes, Colunga, Nava, Sariego y Villaviciosa, este es un territorio en el que el aroma a manzana se suma a la salitre del mar. Una combinación de esencias que dibuja una comarca con personalidad propia.

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