La Comarca Vaqueira, un vasto territorio asomado al mar y marcado por la trashumancia

La Comarca Vaqueira toma su nombre de los vaqueiros de alzada, un grupo social con una cultura nómada que ha dejado su impronta en una vasta extensión de gran diversidad, que abarca desde los encantos marineros de los municipios de la costa hasta la belleza natural de los del interior, bañados por ríos, coronados por montañas y sierras y poblados de bosques frondosos. Los vaqueiros recorrieron durante mucho tiempo una tierra que hoy fascina y sorprende siempre a quien la visita.

Historia

Los vaqueiros de alzada fueron un grupo social que marcó desde tiempos ancestrales la vida de esta comarca con su sentido nómada de la existencia. Era el ganado el que les marcaba los tiempos y los lugares donde debían permanecer. Por el verano, la vida se desplazaba a las brañas y zonas de pasto de los puertos de montaña, y con la llegada del frío, los pastores y su ganado regresaban a los pueblos. Los vaqueiros vivían aislados, y sus costumbres y estilo de vida eran distintos de los de la gente de los pueblos agrícolas. Todavía hoy se les identifica por sus apellidos e incluso por sus rasgos físicos. Su cultura es uno de los grandes patrimonios intangibles de la comarca que le ha dado su nombre.

Por otra parte, el oro ha dejado una importante huella en la comarca, concretamente en el municipio de Tineo, explotado ya por los romanos, y su influencia sigue viva en la tradición del bateo de la localidad de Navelgas. En el mismo municipio podemos asomarnos también a la prehistoria visitando el dolmen de Merillés.

Por su parte, en el concejo de Allande hay testimonios de la cultura castreña en San Chuis , una muestra del mejor románico occidental en la iglesia de Santa María de Celón  y muestras muy valiosas de arquitectura y tradición indiana en Pola, la capital, que cuenta asimismo con palacios medievales como el de Cienfuegos.

Donde más presente está la huella de la Edad Media es en el concejo de Salas. Este municipio tiene una capital medieval que crece en torno al Castillo de Valdés Salas, cuna del que fuera fundador de la Universidad de Oviedo e Inquisidor General, Fernando de Valdés Salas. El municipio es, asimismo, paso del Camino de Santiago. En Cornellana, está situado el Monasterio de San Salvador, fundado en el siglo XI, que atesora en sus paredes el paso del tiempo y, con él, de los numerosos estilos artísticos que fueron surgiendo a lo largo de los siglos. Salas es, además, tierra de indianos, cuyas huellas son visibles en pueblos como Malleza y Mallecina.

Asomados al mar están los concejos de Cudillero y Valdés, que le aportan a la comarca su rica cultura marinera y pesquera en dos villas de gran belleza: Cudillero y Luarca.

Cudillero es conocida como la villa «pixueta» debido al argot lingüístico usado por sus marineros. Posee un anfiteatro único en Asturias por la disposición de las casas y por el colorido de las edificaciones.

Luarca, capital de Valdés, se conoce también como la Villa Blanca de la Costa Verde porque este es el color que destaca en sus edificaciones. La localidad es famosa por haber sido la cuna del premio Nobel Severo Ochoa.

La tradición marinera ha propiciado otros tesoros que hacen la tierra muy atractiva: los faros. Tanto Cudillero como Luarca tienen faros desde los que hay vistas impresionantes, a los que se suman los de los cabos Vidio, en Cudillero, y Busto, en Valdés, ambos situados en un entorno espectacular.

Naturaleza

Es precisamente en torno al cabo Busto donde está la Reserva Natural de Barayo. Situada en la desembocadura del río Barayo, en los lindes del concejo de Valdés con el de Navia, la reserva protege un complejo estuario de alto valor natural y elevada calidad paisajística. Valdés cuenta, asimismo, con un monumento natural, las Hoces del río Esva. El río discurre en este paisaje protegido por una garganta estrecha excavada en cuarcitas cuyas paredes llegan a alcanzar los 400 metros de desnivel. La ruta de las hoces es una de las más populares de la comarca para los amantes del senderismo.

En el concejo de Allande se puede disfrutar también de la comunión entre los humanos y la naturaleza en la Ruta del Molín de Valbona, que discurre paralela al río Nisón y donde nos encontramos castaños jóvenes y viejos, estructuras circulares de piedra llamadas xoxas en las que se conservaban las castañas —un fruto que hasta la llegada de la patata tras el descubrimiento de América fue fundamental en la alimentación en la zona— un calero y el molino restaurado. Asimismo, se puede disfrutar enormemente de la naturaleza en el trazado del Camino Primitivo de la Ruta Jacobea que atraviesa el municipio.

Por otra parte, el Tejo de Salas es un monumento natural de enorme valor. Situado en el cementerio de la localidad, junto a la iglesia de San Martín, es uno de los tejos de mayor altura de Asturias, con cerca de 16 metros. Los tejos, además de su valor natural, tienen un importante significado cultural, ya que desde tiempos remotos aparecen siempre situados junto a ermitas, iglesias u otras edificaciones religiosas.

Asimismo, el paso del Río Narcea por los concejos de Salas, Tineo y Allande ofrece hermosos paisajes fluviales y rutas que suman al atractivo paisajístico el interés cultural. Es el caso, por ejemplo, de la Senda del Salmón, uno de cuyos tramos recorre el concejo de Salas.

Ocio, cultura y actividades

El último domingo de julio, la braña de Aristébano, entre Tineo y Valdés, acoge el que es, sin duda, uno de los acontecimientos del año en la comarca: la Fiesta Vaqueira o vaqueirada, que rinde homenaje y divulga la vida y las costumbres de los vaqueiros de alzada. En ese marco se celebra uno de sus ritos más singulares y llamativos: la boda vaqueira, en la que una pareja decide contraer matrimonio de forma pública a la usanza tradicional.

También las villas marineras cuentan con fiestas con un extraordinario poder de convocatoria. Cudillero celebra cada año a finales de junio L’Amuravela, una fiesta con un color marinero único y singular. Luarca, en agosto, la fiesta de San Timoteo, una romería multitudinaria que se cuenta entre las favoritas de los asturianos.

Y Cornellana/Corniana acoge la Feria del Salmón, coincidiendo con la apertura de la veda de la pesca -a caballo entre los meses de marzo y abril- Esta feria en torno al rey del río, tiene como uno de sus momentos centrales la Subasta del Campanu, el primer salmón que se pesca en Asturias, que se convierte en todo un acontecimiento social, deportivo y cultural

A finales de julio, en Navelgas, se celebra el Campeonato Nacional del Bateo del Oro, una cita que, además de mantener viva la tradición de recoger oro del río, se convierte cada año en una fiesta multitudinaria. Todas estas celebraciones han sido declaradas de interés turístico.

Por su parte, los amantes del mar  tendrán mucho donde elegir. Bañarse o pasear por playas como la del Silencio, en Cudillero, o la de Otur, en Valdés. Practicar turismo náutico y de pesca, hacer surf, paddle surf, kayak de mar y un largo etcétera.

Y hacia el interior, además de los paisajes de montaña ideales para el senderismo, el río Narcea ofrece un escenario idóneo para la pesca del salmón, para caminar por sus márgenes o para disfrutar de un descenso en canoa.

Los amantes de la cultura y el arte pueden acercarse al Museo de Arte Sacro de Tineo, que atesora obras de gran valor. En el mismo municipio, concretamente en la localidad de Navelgas, está ubicado el Museo del Oro de Asturias, que ofrece una visión muy completa de la huella dejada por este metal tan preciado en la región.

Gastronomía

La riqueza de la tierra y del mar, unida a la tradición, convierten a la comarca en un territorio gastronómico de primer orden. En primer lugar, el mar. La tradición pesquera y la riqueza del Cantábrico se dejan ver en los platos, donde la estrella es la calidad del producto: pescados de todo tipo como merluza, lubina, rodaballo, rape o besugo, mariscos como la centolla, el bogavante, el buey de mar o la nécora, y por supuesto los preciados percebes, que tienen en estas costas una calidad extraordinaria. Además la historia pesquera le ha dado a Cudillero un producto único, el curadillo, un pescado desecado de origen pobre pero renovado e incorporado a la cocina de calidad. Luarca tiene también su plato con sello autóctono, la Sopa de pixín (rape) luarquesa.

Y tierra adentro no podemos olvidar la extraordinaria calidad de los salmones y truchas y de las carnes de la Ternera Asturiana que pasta en el vasto territorio de la comarca. En estas tierras tienen fama la fabada, el pote de verduras y los platos elaborados con carne de cerdo o de caza. Tineo, por su parte, cuenta con un producto autóctono con Indicación Geográfica Protegida, el chosco, un embutido a base de carne  de cerdo que cuenta con su propia cofradía gastronómica.

La cultura vaqueira le ha aportado a la comarca platos autóctonos y auténticos como la rapa, una torta de maíz enriquecida con carne y berza, o las natas vaqueiras, un postre lácteo de elaboración singular. Este postre se suma a los muchos que atesora la tradición asturiana y que se dan también en la comarca, como el arroz con leche o los frixuelos.

Asimismo, en Salas hay un dulce tradicional: los carajitos del profesor, unas galletas cuyo principal ingrediente es la avellana que hacen las delicias de los golosos desde principios del siglo pasado.

La Comarca Vaqueira tiene impronta medieval, un carácter marcado por la ganadería y la trashumancia, por la minería, con una poderosa cultura castreña y huellas romanas, en un territorio de gran belleza bañado por ríos o asomado al mar Cantábrico que nunca deja de sorprender y fascinar. Este gran territorio marcado por la impronta vaqueira se extiende por los concejos de Allande, Cudillero, Salas, Tineo y Valdés, situados en el occidente asturiano, algunos de los cuales están entre los de mayor extensión de toda Asturias.

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