«Las 4 claves de la derrota del Sporting y del suspenso a Ramírez contra el Elche»

Dani Souto

SPORTING 1905

Miguel Ángel Ramírez
Miguel Ángel Ramírez LaLiga

Análisis

21 abr 2024 . Actualizado a las 17:56 h.

Dos versiones muy diferentes de un Real Sporting de Gijón incapaz de obtener rédito alguno de su visita al Martínez Valero ante un rival directo como el Elche CF. Una primera parte marcada por los errores propios dejaron muy encarrilado un partido que no consiguieron voltear a pesar de la mejoría mostrada en el segundo tiempo. Analizamos en base a 4 claves tácticas los aspectos más destacados del encuentro:

Concesiones defensivas y errores clave

Para muestras nada mejor que los dos goles encajados. En dos situaciones sin peligro aparente, los desajustes defensivos -que analizaremos a continuación en la siguiente clave- así como los errores individuales tuvieron un efecto directo y demoledor en el resultado del partido. Un duelo en la zona de rechace para el primer gol o una falta de comunicación con el guardameta y un mal despeje que se convierte en una pérdida fácilmente evitable que posibilitaron el segundo, mostraron a las claras y con el peor castigo posible que hoy el Sporting volvió a mostrar esa versión insegura, presa de sus propios errores. Errores que también se dieron durante ese mismo tramo del choque en área contraria, especialmente en la ejecución de situaciones prometedoras en los últimos metros durante el primer cuarto de hora de partido.

Desajustes en la basculación desde el sistema de partida

Ramírez decidió volver a la línea de 5 atrás que dibujaba un 1-5-3-2 en fase defensiva. Esa línea de 3, no siempre formada de manera exacta, empujó a un trabajo extra del doble pivote, formado por Róber Pier y Nacho Méndez, siendo este último más atareado en las ayudas al costado diestro. De esa disposición, además de la idea en el costado izquierdo, con Diego como tercer central con libertad para abandonar la línea y seguir a su par que llegaba a intercambiar marcas y presiones con su carrilero, Pablo García -algo no tan visible en derecha-, se dejaron ver nuevamente unas costuras defensivas ya recurrentes en el Sporting; los problemas en basculación a los lados de sus pivotes.

Estando en algunas acciones nuevamente demasiado separados -lo que origina el espacio para el avance vertical en la acción del primer gol-, a los rojiblancos les costó contener el juego por dentro cuando el Elche trató de llevar el protagonismo. A pesar de mostrar un sistema de ayudas ensayado, colectivamente hubo cosas nuevamente a mejorar en este sentido.

De ventajas interiores a problemas en salida

En el plano ofensivo el Sporting también tuvo dos caras muy marcadas dentro del primer tiempo. En un inicio los rojiblancos consiguieron encontrar en los apoyos de sus jugadores interiores de última línea -sobre todo Gaspar y Djuka y Mario puntualmente- vías de pase vertical para poder avanzar con claridad. El equipo mostró la inteligencia para circular balón con buenas triangulaciones para encontrar esa vía de pase. Y se logró, aunque no siempre se tradujera en ocasiones, pues a pesar de generar situaciones de ventaja éstas no se supieron aprovechar en los últimos metros con una toma de decisión muy mejorable, especialmente en botas de la figura más adelantada ayer, Mario González.

De esta situación de control y generación de ventajas, lo cual no es sencillo de conseguir, el Sporting pasó a ser presa de la presión adelantada del Elche. El conjunto ilicitano ajustó su altura en la presión, emparejando hombre a hombre a los cercanos, e impidiendo la combinación en corto de los rojiblancos, forzados a un envío directo que o era poco preciso o no encontraba continuidad tras recepción. Así, el Elche creció con balón y encerró a un Sporting incapaz de salir. Ahí, aún con el 0-0, comenzó a perder la batalla hacia el 2-0 que campearía al descanso.

Cambio de sistema y mejora en la segunda parte

Con un plan que no funcionó más allá del primer cuarto de hora inicial y con un efecto demoledor por verse dos goles abajo al descanso, Ramírez decidió ajustar el sistema desde los cambios pasando a un 1-4-4-2 definido que dotó de mayor orden para controlar el balón y estar equilibrado en defensa. Aun así, el principal mérito al cambio de contexto en el desarrollo de partido parecía más achacable al propio marcador en sí.

El Elche renunció al balón y a la presión alta, juntó su bloque en campo propio y estrechó sus líneas. Así se protegió de un Sporting totalmente dominador aunque casi estéril de cara a puerta rival. Se pudo marcar e incluso se hizo lo suficiente para merecer más. Pero esto no va de merecimientos. Los locales sí supieron aprovechar sus mejores momentos y los asturianos no, penalizados una vez más por su elevado desacierto en el entorno del área rival. Poco más hay que decir.

Los cambios

Queipo y Otero por Djuka y Pablo García. Modificación al descanso para cambiar el dibujo. Más allá de la mejoría del equipo ya comentada, la aportación individual de los dos jugadores de refresco también fue superior.

Cote por Diego Sánchez. Hombre por hombre buscando mayor peligro ofensivo ganando el recurso de los centros laterales de Cote y su guante a balón parado. Aportó algo más en esta faceta aunque sin tampoco destacar.

Hassan y Roque Mesa por Gaspar y Nacho Méndez. Refresco en los últimos minutos buscando un plus en ataque. Hassan tuvo alguna situación para generar peligro, especialmente en un gran centro que Mario no acertó a cabecear, pero no tuvieron tiempo para mucho más destacable.

Nota a Miguel Ángel Ramírez y el resto del cuerpo técnico

Insuficiente. Si bien al plan de inicio no se le supo sacar tajada, algo que depende más del acierto individual, no es menor cierto que los ajustes en la presión del rival desató los problemas para los rojiblancos, sin capacidad de reacción durante cerca de media hora hasta el descanso. En la segunda el cambio de sistema funcionó, aunque su influencia en el juego del equipo queda más en entredicho.

Por desgracia, la reacción llegó tarde y el Sporting no pudo sacar nada de su visita a Elche, algo lógico dado el bajo nivel de acierto y los problemas colectivos de buena parte del partido. Hay cosas buenas a las que agarrarse, pero lo que cada vez escasea más es el tiempo, y ya no vale con un punto y seguir mejorando, ahora toca el todo por el todo.