¡Basta ya! Hay que tomar medidas drásticas de verdad contra la corrupción

Nuria Suárez PORTAVOZ DE RECORTES CERO

OPINIÓN

Koldo García, antiguo asesor del ministro Ábalos, a la salida de la Audiencia Nacional
Koldo García, antiguo asesor del ministro Ábalos, a la salida de la Audiencia Nacional SERGIO PEREZ | EFE

16 mar 2024 . Actualizado a las 05:00 h.

En las últimas semanas asistimos indignadas a las noticias que se suceden sobre los casos Koldo y el de Alberto González Amador (pareja de Ayuso). Nuestra indignación sube de grado cuando conocemos que son casos en los que se ha utilizado la pandemia para enriquecerse… la pandemia que hoy hace cuatro años provocó una conmoción en toda la sociedad, la muerte de más de 100.000 personas y un dolor inmenso en sus seres queridos. El tema llega a límites difíciles de soportar cuando el debate en el Congreso entre el PSOE y el PP se convierte en el «y tú más», degradando la vida política de nuestro país en vez de plantearse tomar medidas drásticas de verdad contra la corrupción.

Ante esta situación, desde la mayoría de partidos se piden dimisiones, imputaciones…. Pero desde Recortes Cero consideramos que esto no basta. Es necesaria una reforma del código penal para dar a la corrupción el mismo trato que la ley reserva para el crimen organizado; establecer mecanismos para que se devuelva el dinero robado y anular la prescripción de los delitos económicos y fiscales.

¿Por qué dar a la corrupción el mismo trato que al crimen organizado? Hay varias razones fundamentales.

En primer lugar, los casos de corrupción nunca son casos aislados, son siempre tramas que recorren diferentes aparatos del Estado y de las instituciones repartiendo «comisiones» para poderse desarrollar. Para extirpar la corrupción hay que llegar hasta el final de las ramificaciones.

Pero, además, limpiar de corrupción el Estado es una cuestión clave para que éste sea soberano. Los «grandes poderes», los bancos y monopolios que acumulan la riqueza y potencias extranjeras que quieran imponer a un gobierno determinadas políticas, jugosos contratos o legislaciones favorables pueden utilizar el conocimiento de casos de corrupción como dosieres cuidadosamente archivados y utilizarlos como herramienta de chantaje cuando les interese.

Y no se nos olvide una de las exigencias más importantes, que se devuelva el dinero robado. Esto no se subsana sólo con penas de cárcel y dimisiones. Esto se repone devolviendo el dinero «euro sobre euro».

Cuando los cinco grandes bancos acaban de anunciar que el año pasado tuvieron los mayores beneficios de toda su historia, 26.000 millones, seguidos de las grandes empresas energéticas. Y en el otro «lado» 12 millones de trabajadores españoles, casi la mitad, que, debido a la subida de los intereses bancarios, de la energía y de la vivienda, tienen un salario que no asegura llegar a fin de mes. No basta con dimisiones, se tiene que devolver el dinero hasta el último «céntimo». 

¿Y qué hay que hacer con este dinero? Yo, que en estos momentos me presento como candidata en las primarias de Recortes Cero para las Elecciones Europeas, lo tengo claro. Hay que redistribuir la riqueza. El Estado debe invertir todo este dinero en los servicios que necesitamos la mayoría: sanidad, educación, protección social y vivienda.