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Si consultamos la versión web del diccionario de la Real Academia Española, podemos leer las siguientes acepciones del término agricultura: 'Cultivo o labranza de la tierra' y 'Conjunto de técnicas y conocimientos relativos al cultivo de la tierra', pero detrás de estas dos definiciones más bien escuetas hay obviamente algo más ya que el sector agroalimentario español tiene una importancia fundamental en el PIB de nuestro país (y también en el de la Comunidad Europea).

Joaquín Maudos y Jimena Salamanca, especialistas del Instituto Valenciano de Investigaciones Económicas (IVIE) han elaborado el informe 2022 sobre el sector agroalimentario en España, que refleja que genera 111.147 millones de euros, el 9,2% del Producto Interior Bruto.

Esta cifra confirma a España como la cuarta economía agroalimentaria de la Unión Europea y líder en la producción de aceite de oliva, cítricos, carne de porcino y frutas frescas, cuyas cuotas de mercado son del 54%, 51,6%, 24,2% y 16,7%, respectivamente. Tampoco hay que olvidar que nuestro país es el segundo productor de plantas y flores, el segundo de hortalizas y el tercero de carne de vacuno, vino y cebada.

Sector agroalimentario: el papel crucial de la maquinaria agrícola

Si bien es muy fácil, incluso casi automático, asociar la digitalización y los avances tecnológicos a sectores como la automoción o la mecatrónica, es menos natural asociarlos al sector agrícola. En realidad, se trata de una visión un tanto miope, ya que a nivel tecnológico y digital, la agricultura ha dado pasos de gigante, hasta el punto de que desde hace algún tiempo se habla de Agricultura 4.0, una evolución relativamente reciente de la agricultura de precisión (Agricultura 3.0).

Evidentemente, estos notables avances también han afectado a la gran maquinaria agrícola, como tractores, cosechadoras, rotoempacadoras, etc.

Maquinaria agrícola de última generación

De hecho, los vehículos agrícolas de última generación se caracterizan por estar cada vez más predispuestos a interactuar con tecnologías de software y hardware particularmente sofisticadas que les permiten hacer considerablemente más eficientes todas las operaciones principales del sector agrícola y, en consecuencia, satisfacer las exigencias de la industria alimentaria.

Aunque en cierto modo era de esperar una mejora de la potencia de los motores, también se ha producido una notable evolución en la durabilidad de estas máquinas, incluso cuando se someten a cargas de trabajo cada vez más pesadas. Por no hablar del hecho de que la nueva generación de maquinaria agrícola es cada vez más resistente incluso en situaciones extremas (como temperaturas muy frías).

Asimismo, cabe destacar que las nuevas tecnologías también han permitido mejorar considerablemente los aspectos relacionados con la seguridad y el confort.

Teniendo en cuenta todo esto, parece bastante obvio que las mejoras tecnológicas en la maquinaria agrícola desempeñan un papel crucial en los retos a los que el sector agroalimentario está llamado a enfrentarse, a saber, una población mundial creciente y, por tanto, una mayor necesidad de alimentos a nivel global, una mayor necesidad de comodidad y seguridad para los millones de trabajadores del sector agrícola, la necesidad de un menor impacto medioambiental, un menor consumo de recursos (especialmente de agua) y la demanda de alimentos más saludables.

En esencia, en la actualidad, la Agricultura 4.0 parece ser la respuesta más adecuada para que el sector agroalimentario pueda satisfacer las necesidades mundiales.