Es muy importante diseñar una alimentación de calidad desde edades tempranas que servirá de base para los años posteriores

La alimentación de los más pequeños de la casa repercute de forma directa tanto en el crecimiento físico como en el intelectual. Durante los primeros meses de vida la leche -materna o artificial- es el alimento exclusivo y, a partir del medio año de vida, comienza a introducirse la alimentación complementaria que, como su propio nombre indica es, inicialmente, un complemento a esa leche que seguirá siendo todavía la protagonista. De forma paulatina se van introduciendo diferentes alimentos, comenzando por frutas y verduras, hasta incorporar en la dieta la mayoría de alimentos.

Es a partir de los dos años cuando ya se dan por sentadas unas rutinas alimenticias bien definidas. Es una época crucial para que el niño o niña disfrute con lo que come, pero que no tendrá éxito si no hemos ido incorporando todos los alimentos importantes -frutas, verduras, carne, pescado, legumbres, huevos...- y limitando al máximo los no recomendados -dulces, ultraprocesados, bollería industrial y todo lo que contiene calorías vacías-. No está de más recordar que los alimentos azucarados, grasos y calóricos son altos potenciadores de la obesidad infantil, por lo que limitar su consumo o, mejor aún, suprimirlo es la mejor decisión que un padre o una madre pueden tomar.

Entre los dos y tres años de edad deberían quedar bien establecidas cuatro comidas al día: desayuno, comida, merienda y cena. En algunos casos, se suele incorporar un suplemento lácteo a media mañana o antes de acostarse; esto es algo que el propio niño o niña irá demandando o no en función de sus necesidades. Lo que sí está claro es que el aporte calórico diario lo aportarán las cuatro ingestas anteriormente mencionadas que, a su vez, marcarán las bases para los años posteriores.

El reparto de calorías diarias recomendado para un niño de entre dos y tres años es de un 25% en el desayuno, un 30% en la comida, un 15% en la merienda y un 30% en la cena. A este reparto se añaden otros factores como interiorizar que la comida o la cena es un momento para disfrutar en familia o en grupo (con sus compañeros de escuela, por ejemplo) y para compartir conversaciones tranquilas en las que no hay lugar para las pantallas de móvil, tablet o televisión.

En resumidas cuentas, y aunque la alimentación infantil es un tema de largo recorrido, compartimos algunas recomendaciones de vital importancia para que la alimentación y la nutrición de los más pequeños de la casa vaya por buen camino.

1. Un desayuno completo y diario

La mejor forma de empezar el día es hacerlo con un desayuno completo. Cereales, frutas y lácteos son la combinación perfecta. Con estos vasitos de yogur con fruta y avena queda resuelto el desyuno además de que se divertirán preparándolo.

2. No obligar a comer

Forzar a un niño a comer no trae más que consecuencias negativas. Ellos mismos saben cuándo necesitan comer y cuándo no, por lo que ante una negativa lo mejor es no forzar.

3. Evitar los frutos secos enteros

Son prácticamente los únicos alimentos que tienen vetados a estas edades tempranas, más que nada por el riesgo de atragantamiento.

4. Comer de forma frecuente

Es mejor hacer varias comidas al día, por ejemplo, incluir un tentempié a media mañana para que el niño no llegue muy hambriento a la comida. Planificar estos tentempiés también ayuda a no caer en los recurridos snacks salados de bolsa. Una buena idea puede ser un batido como este.

5. Limitar los alimentos procesados

La comida rápida, los embutidos, la bollería industrial o los dulces en exceso no son compatibles con una alimentación saludable.

6. Evitar las bebidas azucaradas

Ni refrescos ni zumos envasados y menos aún dárselo en el biberón. Si queremos alternativas a este tipo de bebidas, los smoothies son una opción mucho más acertada.

7. No usar la comida como premio

Hacerlo puede provocar conductas caprichosas y quebraderos de cabeza. Premiar con dulces y chucherías solo crea un círculo vicioso del que es muy difícil salir.

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