Alejandro Díaz Castaño, director del Festival de Cine de Gijón: «Dirigir el FICX es como ganar la liga de fútbol con un equipo pequeño»

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Alejandro Díaz Castaño, director del Festival Internacional de Cine de Gijón
Alejandro Díaz Castaño, director del Festival Internacional de Cine de Gijón Juan González | EFE

En las últimas ediciones, miles de personas asistieron a la proyección del centenar y medio de películas programadas para los nueve días que dura el evento cinematográfico gijonés

11 nov 2023 . Actualizado a las 13:27 h.

Con alrededor de 40.000 espectadores en sala, el Festival Internacional de Cine de Gijón (FICX) se ha convertido en uno de los de mayor público en comparación con otros certámenes organizados en otras ciudades de más población y con mayor presupuesto, algo que su director, Alejandro Díaz Castaño, considera equivalente a «ganar la liga de fútbol con un equipo pequeño».

En las últimas ediciones, miles de personas asistieron a la proyección del centenar y medio de películas programadas para los nueve días que dura el festival, que recuperó el 80% del público de los años anteriores a la pandemia de la covid, veinte puntos más que las salas comerciales.

«La pandemia significó un punto de inflexión porque la edición anterior fue de récord; ahora estamos recuperando y esperamos que en la 61 edición sigamos en la curva ascendente», ha afirmado Alejandro Díaz Castaño en una entrevista  sobre un certamen que este año se celebrará del 17 al 25 de noviembre. Financiado con un millón de euros en una ciudad de 268.000 habitantes, el de Gijón ha conseguido posicionarse como un referente del panorama de festivales de cine independiente de España y Europa, ha destacado su director.

Actualmente es uno de los de mayor venta de entradas para las proyecciones en sala al superar a otros de ciudades más importantes como Sevilla o Málaga, con presupuestos que duplican al de Gijón, o como el de San Sebastián, que cuenta con más de siete millones de euros. Precisamente el de San Sebastián es el espejo en el que quiere mirarse Díaz Castaño a la hora de imaginarse el futuro del de Gijón, porque considera que el certamen donostiarra es «un ejemplo de hacer bien las cosas».

Según ha expuesto, Gijón no tiene nada que envidiarle a San Sebastián porque tiene las playas y una gastronomía que pueden competir con cualquier otra a la hora de atraer turistas interesados por eventos culturales de alto nivel.

De lo infantil a lo radical

El director ha destacado la capacidad de adaptarse a los cambios de tendencias cinematográficas de un festival que comenzó siendo infantil para convertirse en el más radical durante la etapa del director José Luis Cienfuegos y orientarse hacia el cine de autor a mediados de los años 90 del siglo pasado. El Festival de Gijón fue durante muchos años el único espacio donde podían verse películas de corte radical, experimental o de búsqueda de nuevos lenguajes visuales, pero eso cambió en 1995, fundamentalmente porque muchos otros festivales fueron abriendo espacios con secciones especiales.

Díaz Castaño ha considerado un acierto haber ocupado ese espacio para el cine radical porque posicionó al Festival y lo caracterizó con un estilo que atraía a muchos espectadores de fuera de Asturias, pero cuando otros festivales comenzaron a programar este tipo de películas había que cambiar.

Apuesta por el cine independiente

Hoy Gijón está orientado a un cine independiente, de autor, sin descuidar otras narrativas que pueden ser un poco más extremas, y con especial dedicación a las producciones españolas y al fomento del cine asturiano, ha explicado. En su opinión, en un momento en que la industria cinematográfica afronta un fenómeno de transición con la irrupción de las plataformas digitales, los festivales tienen la misión de actuar como mediadores entre los directores, las productoras y la distribución.

Ir a ver una película a un cine es hoy algo excepcional, un momento ceremonial que tiene que ver con algo especial, una celebración, porque con las plataformas tenemos las películas en casa y las podemos ver en pijama, ha reflexionado. El director del FICX considera que la industria también se adapta a los cambios de esta era digital y comienza a producir obras distintas para las salas, hacia donde se dirigen las grandes producciones con grandes efectos especiales de imagen y sonido que solo en la platea a oscuras y en silencio se pueden apreciar en toda su magnitud.

Díaz Castaño no se ve dirigiendo el Festival de Gijón dentro de 20 años porque considera que «no hay que eternizarse en ningún aspecto de la vida», aunque cree que el FICX seguirá existiendo aunque probablemente con nuevos formatos y contenidos que vendrán dictados por la evolución de la tecnología, informa Efe.