El festival de danza de Oviedo, que este año se inicia en marzo, apuesta por un programa ecléctico para todos los públicos con el compromiso de continuar siendo una de las citas de carácter generalista más longeva y estable de España. Este año la novedad se centra en la compañía norteamericana Pilobolus, la agrupación orquestal francesa Geneva Camerata, y la también francesa Kafig, que repite encuentro con el público asturiano
09 feb 2024 . Actualizado a las 21:47 h.Con ruido de tractorada de fondo en defensa de lo verde agrícola tuvo lugar esta mañana la presentación del Festival de Danza de Oviedo en el Salón de Té del teatro Campoamor, que este año se inicia, excepcionalmente, en el mes de marzo, casi un mes después de lo que suele ser habitual, y siempre tras finalizar la temporada de ópera. Ahí se mantiene, un año más, la cita más longeva con la danza del panorama asturiano y una de las más estables del circuito escénico nacional, que consigue mantenerse con un presupuesto que apenas varía desde años pre-pandémicos (en 2024 se sitúa en 217.000,00 €). Lejos quedaron los años en que se rondaban los 240.000 y más. Todo un logro en el que cabe una oferta para todos los públicos con seis funciones y cinco compañías, muchas de ellas de sobra conocidas por el aficionado. La reorganización del área de Cultura del Ayuntamiento de Oviedo, el nombramiento de Cosme Marina, director artístico del Festival de Danza de Oviedo, también como director artístico del Festival Internacional de Santander (FIS) este pasado diciembre, y el ajuste y reorientación de una parte de la programación cultural que estos años venía desarrollando el Ayuntamiento de Oviedo, tienen algo que ver en el arreglo del calendario. El 2023 fue año electoral, y aunque repite el PP, lo cultural en Oviedo siempre es sensible; a veces, a demasiadas cosas. Aun con todo, el festival tiene una representación más y finaliza a comienzos de junio, como suele ser lo habitual. Bien mirado, que se apriete en el calendario es hasta mejor. A ver si conseguimos apretarlo algo más.
Contemporáneo, flamenco, clásico y músicos que bailan son los aderezos dancísticos del programa, que este año echa mano de la madurez (qué bueno; se baila a cualquier edad) y torna en verde maduro la presentación a medios de su fondo de programa, y nos muestra cartelería y vídeo a través del posado de una veterana profesora ovetense, de esplendoroso cuerpo más allá de sesenta años. Mariné Pérez ilustra la identidad gráfica y el claim de este año bajo la denominación «Un baile de vida». La bailarina, recientemente jubilada como docente, nos retrotrae a recuerdos de comienzos de la década de los ochenta del pasado siglo, cuando hacia pareja con Antonio Salmerón; a ambos, entonces, se los pudo ver en el Campoamor, en aquello, aún tan incipiente todavía, que ya se llamaba Joven Ballet Contemporáneo (JBC).
En cualquier caso, de entre todo lo dicho y presentado, destacan sobre todo dos cuestiones. A saber: que podremos ver contemporáneo de distinta pasta y origen (francés y norteamericano) y que tres de las seis representaciones tendrán música en directo.
Los franceses de la compañía Kafig vuelven a la tabla carbayona y abren cartel (13 de marzo) de la mano del contemporáneo más audaz con el título Folia, un ensamble entre el barroco y el sonido electrónico, que intenta conjugar dos mundos emulando el estilo de Alexander Ekman. Los artífices de Vertical, una coreografía asombrosa y enormemente moderna para caja escénica, y que tuvo la oportunidad de verse en la temporada de 2021, estarán acompañados por la formación musical de corte historicista Concert de l’Hostel Dieu. A ver qué tal.
La siguiente oferta de contemporáneo será lo que exhiban los norteamericanos de Pilobolus (26 de abril), una compañía que se encuentra de gira por España con Re-creation y que ya ha pasado este otoño por Logroño, Valladolid o Navarra. Atesoran medio siglo de historia y han participado en citas como los Oscars o los Juegos Olímpicos. Figura, forma, exa-forma para grandes acciones bailadas que se reúnen en este resumen danzado formado por cinco de sus piezas más conocidas.
Y el contemporáneo se cierra con la que, quizá, se la apuesta menos dancística, pero no por eso menos curiosa: la que encarna la formación musical Geneva Camerata, músicos que bailan e interpretan obras de Lully y Mozart acompañados por el bailarín Martí Corbera.
El resto del programa ofrece clásico de la mano del Ballet Nacional de Cuba, habitual del Campoamor, con la sempiterna Viengsay Valdés al frente, y dos funciones: El Quijote (5 de abril) con la Oviedo Filarmonía en el foso, y un programa combinado (6 de abril) compuesto por cuatro piezas: Love Fear Loss, Tres preludios, Concerto Dsch y Séptima sinfonía. El recientemente galardonado con la Medalla al Mérito de las Bellas Artes, el bailaor Antonio Najarro, nos trae su Querencia que se podrá ver el 5 de mayo.
En la rueda de prensa de presentación a medios del programa de danza del festival ovetense estuvieron presentes: David Álvarez, concejal de Cultura y presidente de la Fundación Municipal de Cultura del Ayuntamiento de Oviedo; Antón García Fernández, director general de Acción Cultural y Normalización Llingüística del Principado de Asturias; Cosme Marina, director artístico del Festival de Danza; y Pilar Rubiera, presidenta de la Fundación Musical Ciudad de Oviedo.
Para acceder a la información del Festival de danza, presentación a medios de comunicación y programa completo, se puede realizar a través de este enlace.
Títulos y compañías del Festival de Danza de Oviedo de 2024:
- Compañía Kafig. Folia / Concert de l’Hostel Dieu. Miércoles, 13 de marzo, 20:00 h.
- Ballet Nacional de Cuba. El Quijote / Oviedo Filarmonía. Viernes, 5 de abril, 20:00 h. Programa combinado: Lover Fear loss, Tres preludios, Concerto Dsch y Séptima Sinfonía. Sábado, 6 de abril, 20:00 h.
- Pilobolus Re: CREATION. Viernes, 26 de abril, 20:00 h.
- Compañía Antonio Najarro. Querencia. Domingo, 5 de mayo, 20:00 h.
- Geneva Camerata. Dance of the sun. Lunes, 3 de junio, 20:00 h.