Los equipamientos turísticos vinculados al carbón siguen al alza y sumaron más de 110.000 visitantes en 2015
04 jun 2016 . Actualizado a las 05:00 h.Cuando la reconversión hirió a las comarcas mineras asturianas en lo más profundo de sus entrañas y el carbón empezó a salir cada vez menos porque cada vez había menos gente en las minas para sacarlo, estos territorios tuvieron que reinventarse para aprovechar los elementos patrimoniales relacionados con la minería. La diversificación tomó un importante camino por la senda del turismo y, aunque aún queda mucho por hacer para que Asturias sea el gran referente en turismo minero, los datos animan a seguir en esa línea. Así, cuando está a punto de celebrarse en el pozo Sotón, en El Entrego, la I Feria de Turismo Minero, La Voz de Asturias ha querido hacer balance con los principales turísticos vinculados al carbón de la región. Las cifras hablan con claridad: el turismo minero movió más de 110.000 visitantes durante el pasado 2015.
El Museo de la Minería y la Industria de Asturias (Mumi), el Ecomuseo del Valle del Samuño, el Museo de la Mina de Arnao, el Museo de la Siderurgia de Asturias, el Poblado Minero de Bustiello y los elementos turísticos vinculados al mismo del concejo de Mieres, y desde hace un año el pozo Sotón, son los principales recursos relacionados con la minería que atraen cada vez más turistas a las comarcas mineras asturianas, recursos a los que no les falta singularidad y que, por lo tanto, suscitan cada vez un mayor interés entre quienes visitan nuestra región, «que es una región que es más que mar y montaña», señala la responsable y guía del Museo de la Siderurgia, Silvia Riera.
El equipamiento turístico que más visitas congregó durante el 2015 fue el Mumi, en El Entrego, que recibió a 57.000 personas, incrementando de nuevo el pasado año el número de visitantes que en 2014 había superado en poco los 56.000 visitantes. Una baza pendiente del Museo de la Minería y la Industria es la puesta en marcha del Museo del Movimiento Obrero, que se ubicará en las ya reformadas instalaciones del pozo San Vicente, que quedarán unidas al Mumi por un convoy que circulará por una galería subterránea y a las que se podrán ascender en la «jaula» de dicha mina. Por el momento, aún no hay fecha para la puesta en marcha aunque desde hace tiempo se trabaja en la preparación de los contenidos.
Ecomuseo
También en el Valle del Nalón, en el vecino concejo de Langreo, se encuentra el segundo de los equipamientos turísticos vinculados a la minería que más visitantes atrae. Se trata del Ecomuseo del Valle de Samuño, por el que el pasado ejercicio pasaron 28.000 visitantes, y eso que el equipamiento no está abierto de forma continuada. Comienza su temporada en Semana Santa y concluye el 1 de noviembre. Pese a eso, el número de personas que se acercan hasta el ecomuseo minero va en aumento desde que abriera sus puertas en 2013. El coordinador del equipamiento, Manolo Rosete, ha explicado que el reto para el año en curso es «igualar al menos la cifra de 2015». Y para ello, e incluso superar el dato, se está trabajando «en muchas actividades nuevas» que pueden atraer a mucha más gente hasta el Ecomuseo de Samuño y las instalaciones del pozo San Luis de La Nueva. Recientemente, tuvo lugar en este equipamiento el I Taller de Infantil de Bateo de Oro y el campeonato de Asturias de montaña de ciclismo contrarreloj. También está previsto que en septiembre el Ecomuseo acoja una prueba de Trail de Montaña, que llevará a 200 participantes a pasar por la galería del Samuño, así como numerosas actividades programadas para niños.
El Museo Mina de Arnao, ya en el concejo de Castrillón, es otro de los recursos que mueve un gran numero de visitantes interesados en el turismo minero. Durante el pasado 2015, este equipamiento recibió a más de 11.600 personas, y eso sin contar los asistentes a las numerosas actividades que desde el mismo se organizan. Según la concejala de Turismo, Mar González, tuvieron mucha repercusión y afluencia de público los conciertos organizados en el anfiteatro minero, la presentación del poemario Mina de palabras..., el fundido en negro (cine sobre temática minera), salidas al poblado minero, charlas, exposiciones o los Encuentros Mineros que organiza cada año la Asociación de Vecinos de Santa María del Mar y que en cuatro días congrega en conferencias, coloquios y mesas redondas a personas vinculadas con la temática minera. Así, en su opinión, el minero es «un turismo creciente» que los hosteleros de la zona están tratando de aprovechar y, según avanza la edil, «se está trabajando en un Menú Minero, recreando platos tradicionales de la mina. A esta iniciativa se sumaran restaurantes de la zona».
El concejo langreano aporta también el Museo de la Siderurgia (Musi) al turismo minero, un equipamiento con mucha vinculación a la temática porque acerca al visitante al territorio de las cuencas mineras, origen y desarrollo de la minería y la siderurgia en Asturias y las condiciones de vida y trabajo de los obreros a principios de siglo XX. Según la responsable del mismo, Silvia Riera, el dato de visitantes durante el pasado año se acercó a los 7.000, superando este centro los datos de 2014. Así, señala la también guía del museo que «el turismo industrial ha subido muchísimo».
Bustiello
Y al turismo minero también tiene mucho que aportar la comarca del Caudal y, sobre todo, el concejo de Mieres, que cuenta con una red de equipamientos turísticos muchos de ellos relacionados con la minería. De ella forman parte, entre otros, el Poblado Minero de Bustiello (en proceso para ser declarado Bien de Interés Cultural), el Aula del Ferrocarril de Loredo, el pozo Espinos, el pozo Fortuna, el socavón de La Rebaldana y la Bocamina del Grupo de Minería de Montaña San Víctor. Según los datos facilitados por el Ayuntamiento mierense, el número de visitas a todos ellos estuvieron por encima de 5.000, lo que también supone «el mejor dato de los últimos años».
El pozo Sotón, reconvertido en equipamiento turístico, fue el último en ponerse en marcha a mediados del pasado año. Sin embargo, la experiencia de visitar una mina que hasta finales de 2014 estuvo en funcionamiento supone un gran atractivo y en los más o menos 120 días que estuvo a disposición del visitante, el Sotón recibió algo más de mil turistas, ya que tan sólo bajan diez personas por día para realizar una visita que dura entre cuatro horas. Sin embargo, la apertura de instalaciones exteriores del pozo, como el Centro de Experiencias y Memoria de la Minería (que ocupa la Casa de Aseos y la lampistería) y del Memorial de la Minería (localizado en una de las plazas del pozo) hace prever que la cifra crecerá considerablemente este año. Sólo durante la pasada Semana Santa, coincidiendo con la apertura de estas instalaciones, recibió a más de 1.600 personas.
Y, justamente, este pozo Sotón acogerá durante las jornadas de hoy y de mañana la I Feria de Turismo Minero (FETUMI), en la que estarán representados todos los equipamientos vinculados al turismo minero antes citados, además de una veintena de ayuntamientos relacionados con la minería. Y todos municipios mineros coinciden en que deben aprovechar conjuntamente su patrimonio histórico para convertirlo en un reclamo de futuro. El presidente de la Mancomunidad del Valle del Nalón y alcalde de Caso, Tomás Cueria, señala que «tenemos que ser conscientes de que la cultura minera, junto con la tradición y el patrimonio que tenemos en las comarcas del carbón, es algo que prácticamente ya no existe en Europa y deberíamos contemplarlo como un valor del que obtener rentabilidad y como un valor en el que trabajar en conjunto para promocionarlo y darlo a conocer fuera de nuestras fronteras».
Por su parte, María Teresa Mallada, presidenta de Hunosa y anfitriona de esta Feria de Turismo Minero destaca «la riqueza patrimonial» que tienen las comarcas mineras y sostiene que por la proximidad de todos los recursos existentes vinculados al carbón, «podrían ser candidatos a ser declarados Patrimonio de la Humanidad». Para ello, insta a que se trabaje «unidos» y plantea que se debe tener esa idea «como línea de trabajo futuro».
«Esta primera Feria tiene el objetivo de autoconvencernos de que debemos caminar juntos en la dinamización y promoción de nuestro territorio, en el aprovechamiento de nuestro patrimonio. No será la solución a todos nuestros problemas pero sin duda es algo que resultará positivo», manifiesta la presidenta de Hunosa.