El Principado reconoce «cierta ansiedad» por la demora de Arcelor en confirmar la inversión de la planta de DRI
ASTURIAS
Nieves Roqueñí señaló que la construcción de un nuevo horno de arco eléctrico en Gijón es la primera piedra de un camino que «no está siendo fácil para Asturias y para Europa»
23 abr 2024 . Actualizado a las 14:25 h.La consejera de Transición Ecológica, Industria y Desarrollo Económico, Nieves Roqueñí, ha admitido este martes que espera «con cierta ansiedad» que ArcelorMittal confirme la inversión de la futura planta de proceso de reducción directa (DRI).
Roqueñí, que ha inaugurado la jornada Energía e Infraestructuras. Competitividad y Descarbonización organizada por Compromiso Asturias XXI, ha señalado al respecto que este tipo de plantas, como otras tecnologías no maduras, deben ser competitivas desde el punto de vista de su explotación, de la que dependen un conjunto de factores como el precio de la energía y del hidrógeno o la llegada de los gases renovables.
«La ayuda está, pero la incertidumbre sobre el despliegue de la tecnología también está ahí», ha indicado la consejera. En este sentido, ha considerado que la próxima construcción de un nuevo horno de arco eléctrico en la factoría de Gijón es una primera piedra en un camino que «no está siendo fácil para Asturias y para Europa», por lo que ha explicado que «hay que dar un margen de confianza para inversiones como el DRI en una región en la que la siderurgia es estratégica».
«No lo oculto, las estamos esperando con cierta ansiedad», ha explicado al respecto. Roqueñí ha señalado que Asturias y el conjunto de Europa se encuentran en un «momento clave» para liderar a nivel global la lucha contra el cambio climático mediante el desarrollo de un tejido productivo descarbonizado y, al mismo tiempo, competitivo.
En este sentido, ha comentado que en este escenario los retos que afronta la industria son claros y pasan por «descarbonizar sin perder competitividad y para eso la energía y las infraestructuras son críticas». Para la consejera, este proceso supone riesgos e incertidumbres, pero también oportunidades para el desarrollo de nuevas actividades económicas y empleos en regiones de tradición industrial como Asturias, informa Efe.