Amazon y Bill Gates abren una siderurgia verde mientras Mittal duda en Asturias

F. S.

ASTURIAS

Una empresa financiada por las multinacionales abre en Colorado con electricidad de energías limpias

09 abr 2024 . Actualizado a las 05:00 h.

La propiedad de la siderurgia asturiana, la familia india Mittal, trae de cabeza no sólo al gobierno del Principado y al español sino a toda la UE. La multinacional, que ha recibido numerosas y millonarias ayudas para iniciar el proceso de transición energética en la industria del acero, duda ahora de muchas inversiones y reclama más garantías de las inicialmente pactadas para la contención de precios de la electricidad basada en el hidrógeno verde. En teoría, y según todos los anuncios, este mes de abril debería comenzar las obras para la construcción en Gijón de un horno eléctrico pero no termina de cuajar el compromiso para la puesta en marcha del horno de reducción directa del mineral de hierro (DRI). Y mientras tanto, en Estados Unidos, nada menos que Amazon y fondos entre los que se encuentran inversores como Bill Gates ya abren una planta así, en Colorado.

Se trata de la empresa Electra que ha inaugurado esa planta de siderurgia que se basa en electricidad obtenida al 100% por medios verdes y que según su director ejecutivo, Sandeep Nijhawan, se basa en un sistema elaborado por sus investigadores que han desarrollado «un proceso electroquímico para refinar el mineral de hierro a hierro de alta pureza mediante la reducción radical de la temperatura del proceso de 1,600 a 60 grados centígrados, reemplazando la energía del carbón con energía renovable intermitente y desplazando los minerales comerciales con menor minerales de grado que no se están utilizando o que actualmente se tratan como residuos en la actualidad».

La tecnología, el proceso de fabricación, el avance que puede suponer en transición energética, son interesantes, pero no es es menos la lista de inversores que ha apoyado el proyecto. Electra comenzó como una Star up, que recibió el respaldo financiero de Breakthrough Energy Ventures, el fondo de innovación energética fundado por Bill Gates, pero también de Amazon entre otros participantes en el proyecto. El año 2022 la empresa consiguió reunir más de 85 millones de dólares como apoyo a su iniciativa que ha cuajado ahora en esa factoría de Colorado.

Mientras tanto en Asturias se está a la espera de la supuestamente inminente puesta en marcha de las obras del horno eléctrico en Gijón. Hacerlo tiene un precio elevado y no sólo en dinero, la multinacional pretende aligerar plantilla en todo lo posible y con este proyecto va aparejado de mano un ERE que afecta a un centenar de trabajadores. Se trata de una de las principales preocupaciones de los sindicatos asturianos, no sólo el desarrollo de los proyectos que permitan un futuro sostenible para la siderurgia en la comunidad sino también que sigan siendo garantía de empleo.

Pero sigue en el aire, por las resistencias planteadas en los meses recientes por la familia Mittal, al otro gran proyecto de reforma en Asturias de la siderurgia 'limpia', el ligado al hidrógeno verde. De forma insistente y mientras en público, el presidente asturiano, Adrián Barbón, apela a la «diplomacia discreta» y a las conversaciones que está manteniendo el Ejecutivo central con la multinacional, lo cierto es que no ha dejado de repetir que el Principado ha aprobado ya las autorizaciones ambientales necesarias para poner en marcha las inversiones de ArcelorMIttal y le ha concedido 36,4 millones de ayudas públicas que se suman a los 450 autorizados por Bruselas, la mayor ayuda a una empresa en la historia de España.

Y es que ese malestar es compartido por buena parte de los gobierno europeos que están viendo peligrar muchas de las inversiones previstas desde hace tiempo para un sector tan crucial como el acero, crucial para la industria en general y también para el empleo en muchos territorios del continente. Pero distintas fuentes sindicales han expresado hace tiempo su temor de que el propósito final de Mittal sea simplemente abandonar Europa en su conjunto y que sólo busca hacerlo de manera progresiva y no de un plumazo que pudiera acarrearle muchos problemas.

Europa tiene en frente duros competidores en Asia pero también en América. Tanto Estados Unidos como Canadá han desplegado ayudas públicas multimillonarias y muy atractivas para las compañías tecnológicas y de industrias, atrayendo a muchos proyectos de transición energética y búsqueda de alternativas al carbón y combustibles fósiles. Son ayudas públicas, de los estados, no hay ningún incentivo privado, la única respuesta posible es un respaldo igual o superior desde instancia públicas europeas pero además el mercado europeo ha regulado requisitos medioambientales que no puede exigir a los productores extracomunitarios salvo que les impongan un arancel, y lo aprobó para arrancar en octubre.

Pero ese mismo mes, el presidente de EEUU, Joe Biden, anunciaba una inversión de 7.000 millones de dólares (unos 6.451 millones de euros) en la creación de siete plantas para la producción de hidrógeno verde en el país.

Según detalló la Casa Blanca en un comunicado recogido por Efe, los galardonados fueron un proyecto ubicado en la región del Atlántico Medio (Pensilvania, Delaware y Nueva Jersey), otro en los Apalaches (Pensilvania, Virginia Occidental y Ohio), así como otro en la costa del Golfo (Texas y Luisiana).

También se galardonó un proyecto en la parte del medio Oeste superior del país (Minnesota, Dakota del Norte y Dakota del Sur), en el medio Oeste (Illinois, Indiana y Míchigan), y el Pacífico Noroeste (Washington, Oregón y Montana).