Los crímenes más sórdidos de la historia reciente de Asturias

Manuel Noval Moro
Manuel Noval Moro REDACCIÓN

ASTURIAS

F. Sotomonte

Aunque la región no se caracteriza por ser un lugar violento, algunos sucesos han demostrado que la crueldad y el horror pueden aparecer en cualquier momento

31 mar 2024 . Actualizado a las 05:00 h.

El reciente caso del hombre que asesinó y descuartizó a su casero en La Felguera se suma al historial de crímenes sórdidos que golpean de tanto en tanto la actualidad de Asturias. Aunque la región no se caracteriza por ser un lugar especialmente violento, no deja de haber sucesos que muestran que la crueldad y el horror pueden aparecer en cualquier momento en cualquier parte. Estos son algunos de los crímenes que más han impactado a los asturianos en los últimos años.

Noche de San Juan en Vallobín (Oviedo)

El crimen de La noche de San Juan en Vallobín (Oviedo) en 2009 se recuerda como uno de los más sórdidos de la historia reciente de Asturias. Una mujer discapacitada de 36 años, María Luisa Blanco, fue asesinada por Jesús Villabrille, Cristian Mesa, y Larissa L.R. y descuartizada por su propio hermano, Pablo Blanco, en el piso que todos compartían en el barrio ovetense. Antes del crimen, tanto la víctima como su madre, María del Rosario Blanco, habían sido extorsionadas, anuladas y maltratadas por sus compañeros de piso durante largo tiempo. Pero la noche de San Juan de 2009, la violencia aumentó y se convirtió en crimen. Obligaron María Luisa a ponerse en pie la golpearon con una barra de hierro y el palo de una escoba, y a continuación la forzaron a beber whisky hasta que se ahogó. Tras el fallecimiento, el hermano de la víctima la descuartizó en la bañera para ocultar su cadáver en la nevera.

Villalibre y Mesa fueron condenados como autores materiales y Larissa, como inductora. El hermano de la víctima también fue condenado. En su caso, salió en régimen de libertad vigilada y el Tribunal Supremo rebajó su pena a 10 años de prisión y cuatro de libertad vigilada debido a su discapacidad mental. En cuanto a Larissa, cumplió pena de 10 años de internamiento en el centro de menores de Sograndio y fue puesta en régimen de libertad vigilada. Villalibre y Mesa cumplen condenas de 72 y 62 años de cárcel respectivamente.

Crimen de Erika (Oviedo)

El crimen de Erika Yunga, una niña de 14 años, en el edificio en el que residía en Oviedo, fue premeditado y, además, perpetrado con saña y crueldad. La menor llegó a su edificio, de regreso del instituto, poco después de las tres menos veinte de la tarde, tocó el timbre del portal, su padre le abrió la puerta y entró. El agresor, Igor Postolache, un hombre de 30 años que hacía poco tiempo había ido a vivir al edificio, estaba esperándola fuera, y cuando la menor llegó al portal, entró detrás de ella. Cuando se dirigía al ascensor, le asestó una cuchillada por la espalda, la empujó hacia las escaleras y le tapó la boca para evitar que gritase. Mientras se dirigía con la víctima a su propia vivienda, situada en el primer piso, el agresor siguió apuñalándola para minar su resistencia y la arrastró hasta introducirla en su domicilio, que estaba con todas las persianas bajadas. Una vez allí, la dejó en el cuarto baño, donde la volvió a apuñalar y la agredió sexualmente. A continuación, el agresor sacó a su víctima al pasillo, se encerró en el cuarto de baño y se autolesionó en numerosas partes del cuerpo. Poco mas de las tres de la tarde, una vecina llamo a la Policía. Cuando los agentes llegaron trataron de reanimar a la menor pero todo fue en vano. Poco después llego la UVI móvil, que solo pudo constatar su fallecimiento. El agresor, por contra, no logró quitarse la vida y fue ingresado en prisión. En agosto de 2023, Igor Postolache apareció ahorcado en su celda.

 Una chica de unos 14 años que al parecer presentaba distintas heridas de arma blanca en su cuerpo ha sido encontrada muerta en el interior del edificio en el que reside su familia, situado en el número 69 de la calle Vázquez de Mella, en el barrio ovetense de Vallobín
Una chica de unos 14 años que al parecer presentaba distintas heridas de arma blanca en su cuerpo ha sido encontrada muerta en el interior del edificio en el que reside su familia, situado en el número 69 de la calle Vázquez de Mella, en el barrio ovetense de Vallobín J.L.Cereijido | EFE

Masacre en Degaña

El crimen de Degaña fue también premeditado y especialmente cruel. El leonés José Manuel Álvarez mató en la madrugada del 23 de mayo de 2011 al padre, el hermano y la pareja de su exmujer, Silvia Brugos, con sus propios hijos de seis y diez años como testigos. Eran cerca de las cinco de la madrugada cuando José Manuel Álvarez se dirigió en coche a la casa de su exmujer, recién elegida concejala en Degaña por el PSOE. Una vez allí, pinchó las ruedas de todos los vehículos de la familia y accedió a la vivienda destrozando la puerta con una maza y se introdujo en la habitación donde se encontraban su exmujer y su actual pareja, Jorge Marqués, a los que asestó varias puñaladas. Marqués falleció y Silvia quedó malherida. A continuación, asesinó también a puñaladas al hermano de la concejala, Roberto Brugos, y a su padre, Manuel Ángel. La madre de Silvia resultó herida pero sobrevivió. El agresor huyó a esconderse a la localidad leonesa de Toreno, donde fue finalmente localizado y detenido. Fue condenado a 89 años de prisión que fueron rebajados posteriormente a 30.

Crimen en la cervecería Carvi (Gijón)

El dueño de la cervecería Carvi, situada en la calle Ezcurdia en Gijón, apareció muerto en su establecimiento en marzo de 2010. Juan Carlos Roces, de 45 años, había sido apuñalado en su propio local, y el perpetrador del crimen se había ensañado con la víctima. Porque el apuñalamiento fue por la espalda mientras estaba sentado en la barra, y no tuvo ninguna oportunidad de defenderse. Le asestaron 19 puñaladas con un cuchillo de grandes dimensiones. Dos de ellas, en la cara lateral derecha del cuello y el resto, en la parte posterior del cuello y en la espalda. No hay visión al local desde el exterior, de tal modo que nadie pudo ver el cuerpo sin vida del propietario del bar hasta que un empleado del establecimiento entró y lo encontró tendido sobre un charco de sangre. Avisó a los servicios de emergencias del 112, pero los sanitarios solo pudieron confirmar la muerte. En este caso, hubo un sospechoso que fue condenado a 18 años por un jurado popular por un delito de asesinato con alevosía. Sin embargo, el Tribunal Superior de Justicia de Asturias y el Tribunal Supremo decretaron su absolución después de tres años de prisión. El caso sigue aún sin resolver.

Crimen de Margarita Piloñeta (Riaño)

Margarita Piloñeta, peluquera de Riaño de 56 años, fue asesinada en 2006 de forma brutal, y su crimen permanece hoy en día sin resolver. El 13 de septiembre de aquel año se encontraba en su domicilio cuando fue víctima de la agresión. Recibió 47 puñaladas, varias de ellas en el corazón, y numerosos golpes. Algunos vecinos aseguraron que habían oído una fuerte discusión en los momentos cercanos a la hora del crimen, y también se conjeturó con que hubo personas que pudieron haber visto al asesino salir de la escena del crimen, pero no hubo ni testimonios ni pruebas que pudiesen incriminar a alguien. Las hermanas de la víctima acusaron a uno de sus hijos de haber perpetrado el crimen, pero fue absuelto en todas las instancias. El caso quedó archivado desde entonces y todo indica que el crimen quedará sin resolver.

Crimen de Santa Marina (Mieres)

Maria del Carmen García, una mujer de 61 años, fue encontrada en marzo de 2023 muerta en su casa del barrio de Santa Marina, en Mieres. Había sido asesinada brutalmente. Su agresor la ató y, posteriormente, la golpeó hasta quitarle la vida. El presunto autor de los hechos, el langreano D.H.R., fue detenido al día siguiente de perpetrar el crimen. Al parecer, era conocido de la familia y supuestamente amigo del hijo de la fallecida.

Crimen de Salesas (Oviedo)

En junio de 2017, en un edificio de la calle General Elorza cerca del centro comercial Salesas de Oviedo, apareció el cuerpo sin vida de un hombre, J.M.F.V. Concretamente, el cadáver apareció en el cuarto de basuras. El hombre apareció con numerosas heridas de arma blanca, que hicieron que desde un principio se descartasen la muerte accidental o el suicidio. Tanto el móvil como la autoría del crimen son todavía hoy una incógnita. Un hombre fue acusado del crimen y se pasó 566 días en prisión preventiva, desde junio de 2017 hasta enero de 2019, mes en el que fue juzgado y absuelto por falta de pruebas. Fue indemnizado por ello. En su momento aparecieron restos de ADN sin identificar en un cuchillo y no ha habido ninguna información concluyente sobre el asunto. La cartera del hombre no llegó a aparecer en la escena del crimen, donde fueron halladas cuentas de un rosario que él tenía en su casa. Por otra parte, el acceso al cuarto de basuras no estaba bloqueado, algo que abre más interrogantes acerca de la persona que pudo haber accedido al lugar para perpetrar el crimen. El asesinato hasta la fecha, ha quedado sin resolver.