Tras una legislatura en la que las actuaciones del equipo de gobierno municipal de Oviedo fueron al paso de un folívoro, el animal que comúnmente conocemos como perezoso por la extrema lentitud de sus movimientos, al bipartito-fusión doble C, de Cuesta y Canteli, le ha entrado una prisa de centella para aprobar e inaugurar cosas urbanas. Una de las últimas, con gran cachondeo local en comentarios en la calles y en las redes sociales, la puesta en marcha de un sistema de alquiler de patinetes eléctricos, sólo para mayores de edad, a 25 kilómetros por hora como límite y con un precio de 0,22 euros por minuto, 13 euros la hora (que dan para dar una vuelta completa a la urbe en coche).
Del cachondeo ha surgido, en todo caso, la sospecha de que este gran anuncio y tremenda innovadora iniciativa (que ya existe en realidad en múltiples ciudades, en Gijón de hecho funciona desde hace años y en París han votado suprimirlos ya hartos del vehículo) es en realidad un remedo de la empresa tras un fallido concurso en Madrid. Bolt, que ofrece sus patinetes en ciudades de varios países dejó de operar el pasado mes de febrero en Madrid después de perder el concurso público lanzado en la capital del estado y en el que se impusieron tres operadores: Lime, Tier y Dott que empezaron a funcionar en sus calles apenas unos días atrás, el 3 de mayo.
Una semana después el Ayuntamiento de Oviedo anunciaba la puesta de largo de los patinetes verdes en la capital asturiana:
En Oviedo se han desplegado 200 patinetes en 94 puntos de estacionamiento distribuidos por toda la ciudad. Cuando Bolt dejó de operar en Madrid tenía allí 275 patinetes y también un millar de bicicletas eléctricas. Por cierto, el precio en Madrid era la mitad que en Oviedo: 0,10 euros el minuto.