Lluvia de peces por una tromba marina en Irán

I. G. LA VOZ

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Lluvia de peces por una tromba marina en Yasuj, Irán
Lluvia de peces por una tromba marina en Yasuj, Irán

Imágenes insólitas en la ciudad de Yasuj. Una tromba formada en el Golfo Pérsico succionó peces hacia la atmósfera por los vientos ascendentes. Después se precipitarían en una zona poblada sobre coches y personas

06 may 2024 . Actualizado a las 19:30 h.

Juan Luis Guerra, en una de sus míticas bachatas, decía aquello de que «ojalá que llueva café en el campo». La ex de las Spice Girls Gery Hallywell versionó a comienzos de este siglo una conocida canción de The Weather Girls en la que decía que llovían hombres (It´s Raining Men). Y aprovechando que acaba de ser el día de la Madre, muchas de ellas suelen decir que si los hijos nos creemos que el dinero cae del cielo. Pero definitivamente, a no ser que usemos la lluvia de forma metafórica, lo que llueve es siempre agua, que se evapora de la superficie terrestre, se condensa en la atmósfera en forma de nubes y acaba cayendo cuando esas nubes están suficientemente cargadas del líquido elemento. Sin embargo, el pasado viernes en Irán no llovió agua, sino peces. Y esta vez no es una película, un dicho popular o una canción la que lo dice. Llovieron peces de verdad y hay vídeos que así lo atestiguan. 

Este fenómeno insólito ocurrió en Yasuj, una ciudad iraní, de la provincia Boyer-Ahmad. El extraño suceso se debió a una tromba marina en el Golfo Pérsico. Succionó a los peces que se encontraban más próximos a la superficie por las ráfagas de viento ascendente que se prolongaron durante minutos. Después, acabarían cayendo desde la misma altura a la que están las nubes al suelo. Al hacerlo en una zona habitada, con peatones y vehículos, las imágenes grabadas por testigos de lo ocurrido parecen sacadas de una sala de cine o de una serie distópica en un mundo paralelo.  

También llamadas mangas de agua o rabos de nube, se caracterizan por ser columnas de aire en rotación muy rápida que se extienden de nubes de tipo cúmulo (las que tienen pinta algodonosa de color blanco) hasta la superficie acuosa, como la de un mar o gran lago. Generan una especie de embudo con vientos fortísimos.

Este suceso atípico también puede producirse por tormentas y otros fenómenos meteorológicos, capaces de elevar el reducido peso de los peces desde el agua hasta la nubes. La actividad sísmica en lugares próximos a la costa también puede expulsarlos hacia la superficie.

Ya ocurrió en otras ocasiones

En el mar Caribe, como por ejemplo en la zona hondureña de Yoro, suele producirse puntualmente este fenómeno. Miles de peces de un tamaño similar a las sardinas que conocemos por nuestra costa caen al suelo desde las alturas en la época de tormentas, durante los meses de mayo y junio. Hace 16 años, en 2007, en la localidad alicantina de Rebolledo, fueron ranas pequeñas las que protagonizaron las precipitaciones. Medios locales, como el diario Levante, relataban lo sucedido en boca de una vecina: «No había visto nada así en mi vida. Me llamó mi nieta que había salido a la calle y me dijo "¡Mira cuántos bichos han caído! Yo no me lo podía creer y cuando llamé a mi hija para que viniera a verlo me trataba de loca».   

En 2005 pasó en Odzaci, en Serbia, también con las ranas como protagonistas durante un aguacero acompañado de fuertes vientos. En la villa británica de Knighton las precipitaciones de peces se remontan al 2004. Las percas en 2010 llovieron en Lajamanu, Australia.