Mira a la vida de frente; nunca de lado. Amador de Castro tiene una mente privilegiada para las matemáticas financieras y la contabilidad, don que le ayudó -y mucho- en el mundo de los negocios. Tres veces trabajó para Astano y una para Amancio Ortega, «un amigo». Ha demostrado que cuando toma decisiones -sobre todo las más duras- lo hace razonadamente
Sofía Vázquez