El enganchón entre un hostelero gijonés y un cliente tras una mala reseña: «No volveremos ni regalado»
VIRAL
Cada vez es más habitual encontrar discusiones entre visitantes y dueños de resturantes, quienes denuncian habitualmente su indefensión ante las opiniones falsas
22 dic 2024 . Actualizado a las 05:00 h.Cada vez es más habitual encontrar en las webs de reseñas de establecimientos hosteleros discusiones entre propietarios y trabajadores de los locales con clientes insatisfechos que dejan malas valoraciones y comentarios negativos.
En esta ocasión, todo comienza con la opinión publicada por un comensal tras visitar un resturante en Gijón, el cual define como «digno de Chicote en 'Pesadilla en la cocina'», además de añadir que «no volveremos ni regalado». «La atención muy bien», comienza la reseña, antes de pasar a detallar todos los aspectos negativos de su experiencia gastronómica: «Arroz campero malísimo, hasta el rabo del conejo nos pusieron... con eso lo digo todo. Los spaghettis recalentados en el micro y tiesos, el plato quemaba y la comida fría, y para culminar... Cachopo de pollo del que viene congelado y envasado. No sabía a nada, evidentemente (por lo menos no estaba malo como el arroz). 12 euros y quedamos con hambre, solo pensábamos que sería un restaurante típico del programa de Chicote».
Ante las negativas impresiones de este cliente, la reacción del hostelero no se demoró. «Lamento leer sus impresiones sobre la visista que nos realizaron ayer usted y sus dos acompañantes», comienza escribiendo el dueño del negocio, para después compartir sus matices y sus detalles sobre la situación vivida: «Para ser rigurosos, le diré que en sus apreciaciones le faltan comentar dos detalles. El primero es que si quedaron con hambre fue sencillamente por decisión propia, en ningún momento le comentaron al servicio que el arroz no lo encontraban de su gusto. Cuando recogieron lo que quedaba de la mesa les hicieron el comentario que no les satisfacía el sabor a especias y, efectivamente, lleva especia, concretamente comino: un sabor puede que chocante pero que junto al caldo, pimentón, conejo, judiones, vainas... hacen una combinación que la clientela aprecia. En su caso no fue así, por lo que parece, pero no quisieron sustituir el plato por ningún otro de los once del menú de ese día, detalle este que junto con ofrecer repetir a quien así lo desee de algún plato lo lleva el servicio a rajatabla», manifiesta con total contundencia.
Pero ahí no acaba todo y el hostelero prosigue con su respuesta: «El segundo detalle es que desconozco donde comprará usted los cachopos de pechuga de pollo congelados y envasados; y que matices organolépticos encuentra cuando los consume, por lo que a mi me afecta le diré que por el tiempo que nos lleva hacer cachopos de pollo no me merece la pena ni andar congelando ni comprando cosas por ahí y así saben a lo que llevan: pollo, fiambre y queso de barra. Por último, los spaghettis se calientan en el horno cuando por circunstancias del servicio no pueden sacarlos inmediatamente después de emplatados».
Para rematar su réplica a la reseña del cliente, el hostelero se refiere a su posible interés por conseguir notoriedad en la plataforma mediante su crítica negativa: «Por nuestra parte ponemos todo lo posible para que los clientes queden satisfechos y repitan visita. Si surge algún problema somos los primeros interesados en arreglarlo si los clientes son lo suficientemente comprensivos para dar la oportunidad de hacerlo. Lamentablemente en algunas, pocas, ocasiones el arreglo es imposible porque prefieren rentabilizar los doce euros del menú cultivando su perfil en Tripadvisor de gastrónomo de menú implacable y permanentemente insatisfecho».
Este nuevo incidente evidencia el creciente impacto de las reseñas en internet en la relación entre clientes y hosteleros, así como las tensiones que pueden surgir cuando las expectativas de ambas partes no coinciden. Mientras que los primeros recurren a estas plataformas para expresar sus experiencias, tanto positivas como negativas, los propietarios encuentran en las respuestas públicas una oportunidad para defender su trabajo y ofrecer explicaciones.