Las operaciones de salida están paralizadas
20 jun 2022 . Actualizado a las 12:46 h.Dentro del mercado de verano más atípico que se recuerda en décadas, las directrices del Real Sporting de Gijón se van definiendo mientras prosigue a buen ritmo la venta del club y con ello el cambio en la propiedad, el hecho más importante en la historia de la entidad desde la conversión a Sociedad Anónima Deportiva. Una de estas cuestiones, las salidas de futbolistas con contrato con el Sporting, se mantiene totalmente paralizada hasta que termine por definirse la compra por parte del Grupo Orlegi.
Un mercado que, una vez más, venía marcado por la situación económica del club. Tras dos temporadas sin ingresar dinero en caja vía ventas, en unas cuentas anuales que siempre salen a deber en Segunda División dado el nivel de gasto del club, y al que cabe añadir la crisis económica derivada de la pandemia que llegó a nuestras vidas en el año 2020, el desfase económico del club alcanzaba los 7 millones de euros. Una cifra que además debe sumarse a una deuda que, si bien no está próxima a niveles históricos o con un importante monto que asumir a corto plazo, sí resulta preocupante mirando en el medio plazo.
Esto hace que el plan inicial de la dirección deportiva encabezada por Javier Rico pasara inevitablemente por vender jugadores importantes para compensar ese desfase en las cuentas. Nombres como los de Manu García o Fran Villalba, con un mercado relevante dentro y fuera de nuestras fronteras tenían muchas papeletas para salir este verano. Otros jugadores que se entienden capitales y que forman parte de la columna vertebral del equipo a corto y medio - largo plazo como Uros Djurdjevic, Pedro Díaz o José Gragera no tendrían el cartel de venta al cuello, pero sí se escucharían ofertas que pudieran ser verdaderamente provechosas para todas las partes.
De igual forma, la mala posición liguera de la última temporada, que acarreará consigo una disminución de los ingresos más relevantes para las arcas del Sporting en forma de derechos televisivos, afectará al límite salarial, que se verá igualmente alterado por la ausencia o no de ventas durante el presente mercado. Orlegi tendrá diferentes vías para modificar ese tope salarial, pero la intención inicial del club es que este, después de ingresar dinero por los traspasos, superara los 10 millones de euros. De ahí se entiende que la dirección deportiva haya hecho pública su intención de que jugadores con contratos largos como Nacho Méndez o Víctor Campuzano deban buscar acomodo lejos de Gijón, reduciendo el coste de plantilla en cuanto a salarios como han hecho con los 5 jugadores que finalizaban contrato y a los que no se les ha renovado, siendo Pablo Pérez el único que se mantiene aún en el aire pero sin una oferta sobre la mesa, tal y como adelantó La Voz de Asturias.
Todo esta perspectiva cambia en caso de que el Grupo Orlegi se haga finalmente con la propiedad del club. Las premisas de la directiva rojiblanca estaban claras de cara a un mercado de verano que se antojaba muy complicado, algo que con una nueva cabeza visible al frente, pueden verse altamente modificadas. Por el momento, mientras prosiga este periodo de venta, que todo apunta a materializarse a lo largo de la próxima semana, todo estará congelado. Se mantienen contactos en operaciones activas hasta la fecha en materia de entradas, como el caso de Pablo Insua, pero en cuestión de salidas, no habrá movimientos hasta que todo el proceso de cambio de propiedad termine por materializarse.