Artículo de opinión
30 mar 2018 . Actualizado a las 13:32 h.De nada sirve llegar aquí si no se culmina la jugada. Falta el gol. Diez jornadas, diez finales. Todo por delante y el pasado bien guardado en un bolsillo a la espera de juntarlo con el broche final. Ese que haría historia y que devolvería al Sporting a Primera División.
Hasta entonces, de nada vale sumar de imaginación. Cuentos de la lechera que nada aportan. Se ha hecho un trabajo formidable desde la llegada de Baraja. Pesa en el olvido la mala racha anterior. Aunque, como dije antes, ni uno ni otro importan en este momento. La cabeza en el Almería y el corazón arriba, pero con los pies el suelo. Soñar para crecer, nunca para romper con presión el sueño que se persigue.
Ahora más que nunca hace falta apretar, seguir sumando de tres en tres cada jornada para restar de uno en uno los partidos que todavía faltan. Treinta puntos en juego que podrían garantizar un ascenso, pero que se antojan dificilísimos cuando en esta Segunda todo el mundo se juega algo. Es lo bonito del fútbol y lo cruel al mismo tiempo.
El Sporting, a base de trabajo, se ha colocado en una posición privilegiada para poder ascender. Solo falta culminar con gol la jugada que entre los Jony, Baraja, Rubén, Santos y compañía han ido cocinando día tras día. Un último regate, un último suspiro de la grada antes de contener el aliento y ver volar el balón hacia lo que podría ser el mejor gol de la temporada.
Por eso, ahora más que nunca, todos a una por este sueño y que el esfuerzo y las ganas se noten entre jugadores y afición para que rematen juntos el balón que nos suba de nuevo a Primera.