Sporting: Cuéllar(1); Lora(2), Mandi(0), Bernardo(2), Canella;(1) Cristian Bustos(1), Sergio Álvarez(2), Nacho Cases(1); Santi Jara(1), Lekic(2) y Scepovic(2).
Sustituciones: Isma López (sc) por Jara. Casquero(sc) por Sergio y Carmona(sc) por Lekic.
Girona: Isaac Becerra; Iván López, Richy, Eloy, Timor, Gerardo, Jandro, Migue, Junca, Ramalho y Ortuño.
Goles: 1-0 Lekic. 1-1 Ortuño. 2-1 Scepovic. 3-1 Lekic.
Árbitro: Ricardo de Burgos Bengoetxea, del Comité Vasco.
El Sporting puso fin a su mala racha de resultados con una victoria ante el Girona, tras dos minutos de frenesí y la pegada de Lekic y Sccepovic, que sacaron petróleo de una zaga catalana excesivamente blanda. Los de Sandoval mantienen el pulso a Eibar y Deportivo, que habían ganado sus respectivos encuentros y siguen a cuatro puntos del ascenso directo.
Era el Girona un rival propicio para enderezar el rumbo y hacer borrón y cuenta nueva del juego desplegado en los últimos partidos por parte gijonesa. Lo primero se consiguió, manteniendo la presión a los de arriba, pero en cuanto a lo segundo, el equipo continúa anquilosado en la intranscendencia del juego, al que solo su magnífica pegada balcánica y bisoñez defensiva rival pudieron aupar a un triunfo merecido pero exento de brillantez. Ante la baja de Barrera, Sandoval apostó por un Sergio de interior y situó a Bustos en el ancla, por delante de una defensa de cuatro en la que Mandi repetía tras el gatillazo de Jaén. Apretaron los rojiblancos de inicio, mirando al tendido, que les esperaba de uñas con el pulgar hacia abajo. Becerra calentó rápido los guantes y provenían ecos desde Serbia que auguraban mayoría absoluta en el referéndum del gol con Scepovic y Lekic en vanguardia y un Girona empequeñecido en el país de los gigantes. Los catalanes se fueron estirando y perdiendo pronto el respeto, buscando la espalda de Mandi sin preguntar siquiera. El canario volvió a ser un manojo de nervios, lento e impreciso, con Bernardo de ángel de la guarda haciéndole la cobertura, en uno de los mejores partidos del colombiano. No faltó el balón en largo en la cita del juego del Sporting, que encontraba espacios en un rival con tres centrales y dos carrileros, que sufrían demasiado cuando Scepovic se dejaba caer a la banda. El serbio habilitó a Jara con un pase en profundidad que el canterano no supo aprovechar. Poco antes había sido Lekic el que había tenido otro mano a mano que se paseó por los dominios de Becerra. Era el preludio del primer gol, que llegó tras la mejor combinación de la tarde. Sergio activó su visión periférica y encontró a Lora en el espacio, que centró para que Lekic empalmara con la izquierda a la red rival.
A pesar de lo que suele suceder, el gol no otorgó el control a los de Sandoval, que seguían encomendándose al arte del fogonazo sin pasar por la sala de máquinas, con Sergio y Cases poco participativos en la creación, mientras el Girona aprovechaba para hacer la goma y comenzar a inquietar a Cuéllar. Ordás habilitó a Ortuño en el vértice derecho, al que le faltó el café y el puro mientras se perfilaba para su pierna buena y ponía las tablas en el marcador. No hubo tiempo a la maldición ya que a los tres minutos Scepovic adelantó de nuevo a los rojiblancos aprovechándose de la bisoñez defensiva rival y poco después Lekic culminó el festín marcando el tercero que sería el definitivo. La fragilidad defensiva del Girona y la apisonadora serbia dejaban el camino despejado y las dudas intactas, aunque en el triunfo saben mejor.
La vuelta de vestuarios presentó un paisaje de irrelevancia absoluta. Los unos por especular con el resultado y los otros por no tener la calidad necesaria para poco más que inquietar al rival. Scepovic, con Lekic de Sancho Panza, volvió a nadar entre dos aguas y fabricar el solito todo el peligro del segundo tiempo con un control de pecho y volea que fue lo más reseñable de unos minutos en los que el Girona llevó el peso del partido, desnudando las carencias defensivas de los gijoneses, que sufrían a la espalda de los laterales y no eran capaces de imponer su juego ante el colista de la competición. Entraron Isma López y Casquero para dar mas empaque y voracidad a las contras, aunque ni lo uno ni lo otro se pudo percibir con claridad. La sensación de conformidad se acrecentaba minuto a minuto a pesar de que los visitantes intentaban por todos los medios salpicar el partido con una dosis de suspense, pero faltaban Hitchcock y su rubia mientras el partido se perdía en imprecisiones y unos miraban a Las Palmas y otros directamente al pozo. El Sporting salvó el envite sin brillantez pero con efectividad y será en las islas donde se deba mostrar su candidatura al ascenso directo. Tras el cambio de tendencia en los resultados toca el cambio en el juego y no hay mejor momento que éste, cuando llega la hora de la verdad.
Sergio Pinto
@dikembe