Los ecologistas alertan de que se registraron altos niveles de ese compuesto cancerígeno en el aire durante al menos cinco días
01 nov 2019 . Actualizado a las 05:00 h.La contaminación y calidad del aire en Oviedo a mediados de este mes de octubre se disparó en cuanto a la concentración de benceno, un producto cancerígeno. Así al menos lo asegura la Coordinadora Ecoloxista d’Asturies, que a su vez se remite a los datos oficiales que ofrece el Gobierno asturiano.
De acuerdo a esos datos, señalan, se produjeron picos de 16 microgramos por metro cúbico y medias de 5,8 en la estación de Trubia. En la estación de Ventanielles también se reflejó este mismo incremento a la misma hora aunque en menor medida, «lo que da idea de la gravedad del problema de este peligroso contaminante que llevan décadas sufriendo los vecinos de Oviedo y de los concejos limítrofes».
También recuerdan que el valor de referencia anual en las guías de la Organización Mundial de la Salud (OMS) es de 1,7 microgramos de media anual, mientras para la «tolerante» normativa española está en 5 microgramos y la Comisión Europea recomienda que el valor sea cero.
El benceno es un compuesto orgánico potencialmente carcinogénico que, tras ser inhalado y después de exposiciones prolongadas, puede ocasionar graves efectos sobre la salud humana, ya que afecta al sistema nervioso central y a la normal producción de células sanguíneas, puede deteriorar el sistema inmunitario y dañar el material genético celular, lo que a su vez puede originar determinados tipos de cáncer (leucemia) así como malformaciones congénitas.
Sus efectos nocivos se dejan igualmente sentir sobre el medio ambiente, ya que resulta marcadamente tóxico para los organismos acuáticos y, en especial, sobre los invertebrados, en los que puede producir cambios genéticos (problemas reproductivos, malformaciones) y de comportamiento. Afecta también a la vegetación (puede llegar a provocar la muerte de la planta afectada, lo que adquiere además un matiz económico cuando se trata de cultivos), así como al clima, ya que se trata de un gas de efecto invernadero que contribuye al calentamiento de la atmósfera.
Los picos de contaminación atmosférica disparan los ingresos hospitalarios en Asturias por enfermedades respiratorias de acuerdo a un estudio epidemiológico realizado por la consejería de Sanidad del Principado de Asturias y presentado el año 2016.