Cada día que pasa es más difícil saber con precisión las cifras de empleo y desempleo en España. En los últimos años, con las sucesivas reformas laborales y el cambio en las estructuras productivas de las empresas, estamos viendo un número creciente de «empleados insatisfechos». Son personas que tienen un trabajo, pero que al mismo tiempo siguen estando apuntadas como demandantes de empleo en las oficinas del Sepe, el antiguo Inem.
Según los últimos datos del mes de agosto, en España hay 1.148.934 personas ocupadas que están registradas como demandantes de empleo, a las que se suman 303.801 que manifiestan «disponibilidad limitada» (son personas con empleo suspendido con intermediación y jubilados). En Galicia, las cifras son, respectivamente, 35.907 y 20.677 personas, también al cierre de agosto.
Esta situación, aparentemente contradictoria, en realidad no lo es, porque refleja hasta qué punto los trabajadores que han encontrado un empleo (en su mayor parte a tiempo parcial si observamos los datos de la EPA) o bien no están satisfechos y buscan un puesto de trabajo mejor a tiempo completo, o bien buscan otro empleo que sea compatible con el que ya tienen. Además de estos, aquí se incluyen personas en ERE, fijos discontinuos o trabajadores eventuales agrarios subsidiados (las peonadas).
A ellos se suman los empleos a tiempo parcial y, para aquellos que tienen derecho a la prestación por desempleo, esta situación es el pan de cada día: seguir cobrando el subsidio de paro en la parte proporcional del tiempo que no se está trabajando. De esta forma, el trabajador a tiempo parcial complementa sus ingresos mientras busca alternativas de puestos de trabajo.
También en esta lista hay casuísticas minoritarias, como apuntarse al paro para acceder a cursos formativos de determinado perfil, fomento del autoempleo o lograr una determinada prestación o subsidio (por ejemplo, el caso de las prestaciones por trabajos de colaboración social).
Este tipo de situación está en aumento. El año antes de la pandemia (2019), en el mes de agosto se registraban 597.730 personas ocupadas demandantes de empleo y 201.290 con disponibilidad limitada. En el 2020, superada la primera ola de la pandemia, también en el mes de agosto ya ascendió el número de ocupados a 1.410.312 y a 302.470 los demandantes de empleo con disponibilidad limitada, manteniéndose prácticamente estas cifras hasta la actualidad.
Dejando a un lado las casuísticas más especiales, que haya un número elevado de demandantes de empleo que están ocupados no sería necesariamente negativo, dado que podría denotar dinamismo en el mercado («efecto animación»). Sin embargo, si cruzamos los datos del Servicio Público de Empleo con los del INE, puede verse hasta qué punto lo que revela es insatisfacción y subempleo, especialmente en las mujeres mayores de 45 años.
Buscar una situación laboral notablemente mejor que la actual es el objetivo prioritario para más de medio millón de mujeres mayores de 30 años.
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