Me pregunto cómo es posible que comentarios como los realizados por la señora Ayuso (definió a las feministas como unas «malcriadas que aspiran a llegar solas y borrachas») y el señor García-Gallardo («le voy a contestar como si fuera una persona normal», le dijo a la procuradora socialista Noelia Frutos) puedan contar con el apoyo y el aplauso por determinados sectores de nuestra sociedad. Ambas personas han llegado a donde están porque se presentaron a unas elecciones y los votos permitieron que ocupen esos puestos. Me causa tristeza y rabia la deriva por la que parece que está yendo España, aunque confío en que esa sensación no se plasme en realidad con las próximas elecciones andaluzas y se revierta la tendencia ascendente en las encuestas de la derecha. Olona se podrá presentar finalmente tras la decisión de la Junta Electoral de Granada (no existe «obstáculo legal alguno» pese a las dudas de su empadronamiento en Salobreña). Moreno Bonilla ha llegado a hablar ya de repetición de elecciones para evitar que Vox entre en el gobierno andaluz, pero esa declaración de intenciones viendo que ya se quitaron la careta en Castilla y León no tiene pinta de ser muy real. En el otro costado, lamentablemente continúa naufragando la unión de partidos que están en coalición en ‘Por Andalucía’ (ayer conocimos la dimisión del coordinador regional de Más País, Luis Arias). Como sigan así, sinceramente creo que van a perjudicar a toda la izquierda, porque no es la mejor estrategia vender una ensañada de logos de seis partidos distintos que cada uno va a su bola. El PSOE mantiene la segunda posición en los sondeos, y salvo sorpresa será difícil ganar, aunque por supuesto tampoco es imposible que Juan Espadas alcance el Palacio de San Telmo.
Salvador Ramos, de 18 años, es el autor del atentado contra 19 niños (la mayoría no tenían más de diez años y eran de origen mexicano) y a dos maestras en un colegio de Uvalde, en Texas. El terrible suceso ha reabierto un asunto que en Estados Unidos siguen sin solucionar, como es la compra y tenencia de armas. En esta parte del país no se requiere ningún permiso especial para portar una pistola. No hay ninguna sorpresa ni secreto no contado lo que representa el negocio que supone y la fuerza que ostenta el lobby de las empresas armamentísticas. También puede que haya un rasgo cultural, que bien se refleja en algunas las películas de Hollywood, por la que se pueda explicar que haya más armas de fuego que personas (332 millones). Si no revierten esa tendencia, los crímenes tan atroces como el vivido en esa escuela estarán a la vuelta de la esquina, y más vale actuar cuanto antes para evitar más muertes inocentes.
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